🥀 31: Feliz cumpleaños

22 3 31
                                    

—Según los resultados de atribución/exclusión de la hermandad, la probabilidad de hermandad para este caso es de 0.0%. Genéticamente se confirma que los involucrados no comparten ningún tipo de relación sanguínea —sus corazones por fin dejaron de latir desenfrenadamente, la tranquilidad y la calma llegaron a sus cuerpos y por fin, después de aquel tortuoso momento, pudieron respirar con tranquilidad.

—¡Lo sabía! —exclamó Emiliano yendo a abrazar a su hermana—. Sabía que tú no podías ser hija de ese hombre... sin ofender Max.

El mencionado soltó una risita, acercándose a donde estaba la azabache junto a su hermano, para poder abrazarla con amor, con aquella suavidad que solo él podía darle a la chica.

—Estamos destinados a estar juntos, y nada ni nadie va a poder separarnos, nunca —susurró el pelinegro sintiendo como la chica ocultaba su rostro en la curvatura de su cuello y respiraba con tranquilidad.

—No sabes el miedo que tenía... —murmura con un tono tan bajo que duda de que Max la haya escuchado.

—Lo sé, yo también estaba aterrado, hubiese muerto si tú y yo hubiésemos sido hermanos...

Varios "clicks" comenzaron a escucharse en la sala, Samira y Emiliano yacían con sus móviles en mano para plasmar en fotografías aquel bonito momento.

—Es que se ven muy bonitos —se excusa Samira sonriendo cuando Evangeline se lanza a sus brazos con felicidad.

—¿Qué haremos ahora? —cuestionó Max.

🥀

—¡¿En dónde estabas?! —vociferó Ismael con furia, recientemente se habían dado cuenta que la joven no estaba en su habitación cuando Emma fue a llamarla para que bajase a cenar.

—No les interesa saber dónde o con quién estuvo —responde Emiliano apareciendo por aquella puerta justo después de Evangeline—. En pocos días Evangeline cumplirá su mayoría de edad y hasta que eso suceda va a vivir conmigo, lo quieran o no —advierte.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Emma con el entrecejo fruncido.

—¿No lo he dicho ya? —pregunta irónicamente el peligris—. Vengo por mi hermana, y ninguno de ustedes dos va a detenerme.

Emiliano le hizo una señal a su hermana para que subiera y termina de empacar las cosas para poder irse, Evangeline como buena chica subió y completó su misión, dejando casi toda su ropa, solo se llevaría lo más importante, cosas que han sido compradas por su hermano, Samira y por Max, no quería nada de esas personas que se hacían llamar sus padres, no quería nada de ellos y por eso, se quitó el colgante que su padre le había regalado en su cumpleaños número quince, que constaba de su apodo "Linney" hecho a mano especialmente por él, lo dejó sobre la mesa de noche y salió, con dos simples maletas.

—¿Lista? —preguntó Emiliano a lo que su hermana sencillamente asintió.

El peligris sonrió y tomó las maletas de la joven para subirlas al auto, dejándola sola con sus padres por si quería despedirse de ellos.

—No voy a decir que les agradezco lo que hicieron por mí, porque a decir verdad nunca lo hicieron, Emiliano fue y es el único que ha velado por mi en esta familia —aquellas palabras calaron dentro de las cabezas de sus padres—. Sin embargo, espero que puedan seguir adelante.

Y dicho eso, dejó sus llaves en la mesa de café que estaba en el centro de la sala, para después salir de aquella casa en la que vivió por tanto tiempo, sus padres observaron todo en cámara lenta, viendo aquella frialdad en su hija más pequeña, aceptando que ellos fueron los culpables de tal cosa.

My Ideal BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora