__Muévete Marcos, debemos ir a conseguir algo para comer__la inconfundible voz de Ji-Yang se hace presente y Emilio suelta un gruñido.
Tenía un sombrero sobre su rostro mientras mantenía su espalda apoyada en unos fardos de paja, intentaba mantener una siesta.
__Déjame dormir Ji-Yang__murmura y se cruza de brazos, lo siguiente que sucede en que el sombrero que cubría sus ojos es retirado de su rostro, Emilio mira de mala manera a su compañero y este rueda los ojos.
__Son órdenes de Li, debemos ir a cazar__el oji-verde arquea de una de cejas manteniéndose expectante, esperaba que fuera una broma, porque eran piratas no cazadores.
__Mejor robemos algo__el rizado se levanta de su lugar y Ji-Yang lo detiene.
__No podemos, es parte del trato, lo que tomamos lo pagamos__Emilio se rinde y finalmente toma el carcaj de flechas junto al arco que le estaba ofreciendo Ji-Yang.
Cruza el carcaj por su pecho y mira el arco de madera entre sus manos, esa misión sería un total fracaso.
Ambos chicos se encaminan hacia el bosque y deciden que la única regla que tendrían es que no se separarían pasara lo que pasara.
No conocían el terreno y sólo irían ellos dos, debían cuidarse ya que el número de la tripulación había disminuido considerablemente después de la emboscada.
No querían perder a más miembros.
Ji-Yang iba tarareando una vieja canción pirata y Emilio intentaba mantener sus ojos abiertos, no había estado durmiendo bien los últimos días.
La verdad es que se había estado quedando despierto durante las noches porque desconfiaba de las personas que lo rodeaban.
Se le hacia extraño el trato de Rey y sentía que en cualquier momento los traicionaría.
Mejor prevenir que lamentar.
__Ji-Yang, ¿de verdad no se te hace extraño el trato del Rey?__pregunta en voz alta y sigue caminando esperando una respuesta que nunca llegó.
El oji-verde se voltea en busca de su compañero y no lo ve por ningún lado.
Genial, habían roto la única regla.
El oji-verde respira hondo y sigue caminando, no se perdería, había estado tallando la corteza de los árboles con una flecha para no perder el camino de vuelta.
A lo lejos logra escuchar ramas quebrándose y saca una flecha del carcaj, la pone sobre el arco para estar preparado y comienza a caminar sigilosamente.
Un hermoso venado estaba a un par de metros.
El oji-verde se sigue acercando con lentitud para poder estar a una distancia prudente, claro que iba con la mirada fija en su objetivo por lo cual no miraba el suelo.
Sólo escucha el estruendo que causa al pisar una rama seca y el animal escapa.
Emilio no lo duda antes de salir corriendo detrás de él, salta las raíces que estaban lo suficientemente alto como para mandarlo de cara al suelo.
Suelta la primera flecha y como esperaba, no le da.
Esta se clava en un árbol y el oji-verde la saca con fuerza cuando pasa por al lado de este.
Había perdido al venado.
__¡Jodida miérda!__Emilio patea un árbol y luego suelta un quejido, toma su pie entre sus manos y se recarga en él__fué una mala idea.
Escucha una casi inaudible risa después de eso, si no fuera porque el oji-verde tenía muy buen oído, no hubiera alcanzado a oírla.
Frunce su ceño ligeramente y con lentitud comienza a caminar hacia donde creía que provenía la risa.
Emilio casi cae de espaldas cuando ve a la criatura frente a él.
Dentro de un pequeño estanque pero que aún así se veía muy profundo, se encontraba un chico de espaldas.
Tenía apoyado sus brazos en la vegetación que rodeaba el estanque y jugueteaba con una flor que había crecido cerca del lugar, solo la acariciaba y susurraba cosas que Emilio realmente no alcanzaba a escuchar.
Lo impactante no era eso, si no el hecho del que chico tenía una cola en vez de piernas.
Era un tritón.
Miérda, Emilio nunca había visto uno antes.
El oji-verde queda mirando fijamente la cola del tritón, era preciosa.
Azul de distintas tonalidades y también tenía pequeños toques de rosado, joder.
El oji-verde se mantiene observándolo durante un par de segundos más e intenta acercarse, pero otra vez pisa una rama.
Miérda, a veces solía ser demasiado torpe.
El chico voltea rápidamente chapoteando en el proceso y hunde la mitad de su cuerpo dejando solo sus ojos a la vista los cuales lo miraban asustado, Emilio igual se asusta ante el repentino movimiento.
__¡Tranquilo! Prometo no lastimarte__murmura estirando su mano para transmitirle confianza, el tritón mira esta por un momento y vuelve emerger.
Emilio había visto a muchos chicos preciosos alrededor del mundo, pero ninguno era la mitad de bello y magnífico de lo que era el chico frente a él.
__Wow...__el oji-verde se sienta en el suelo y silva ante la belleza frente a él__eres muy bonito ¿te lo han dicho?
El tritón abre sus ojos sorprendido y aparta la mirada, podían llamar ignorante a Emilio pero no había pensado que la criatura frente a él podía llegar a entenderlo en algún momento.
Pero sin duda le había entendido.
Tampoco podían culpar al oji-verde por decir algo así, siempre decía lo que pensaba sin filtro alguno.
__¿Cuál es tu nombre?__Emilio toma una rama seca y juega con ella, parte esta por la mitad y vuelve a mirar al chico frente a él.
__Joaquín...__susurra con suavidad y casi apenas audible.
__Mi nombre es Emilio__el oji-verde ladea su cabeza aún observando al chico frente a el__¿no me tienes miedo?
__Tú deberías tenerme miedo__Emilio abre sus ojos ante eso y pestañea un par de veces por la impresión.
__Pensé que los tritones y las sirenas eran más esquivos.
__Emilio ¿cierto?__el oji-verde asiente ante eso__estás literalmente en mi territorio.
Emilio sonríe de forma arrogante y lo mira de arriba abajo.
__Tu territorio es el agua Joaquín__remarca su nombre y el oji-azul frunce su ceño ante el cambio de voz del oji-verde__sale del agua y échame, avísame cuando puedas hacerlo.
Joaquín suelta un gruñido de forma baja cuando lo escucha reírse, nada un poco en su lugar y alza su cola logrando salpicarle agua al oji-verde, este deja de reír y finalmente el que ríe es Joaquín.
El que ríe último ríe mejor.
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OCEAN HEART (Emiliaco)
Fanfiction___❝Emilio Marcos pertenecía a Dragón, una fuerte y tímida tripulación de piratas que navegan en los mares de Grecia. Toda su vida se la había dedicado a ser un buen Pirata y la lealtad hacia su tripulación era lo único que respectaba. Al tener tant...