Un joven pirata caminaba a través del bosque, siguiendo las marcas antiguas que había hecho con anterioridad en los troncos de los milenarios árboles.
Llevaba una fresa entre sus labios, ya que no había podido evitar caer en la tentación de esa deliciosa fruta, si le preguntaban, era una de sus favoritas.
Llevaba un paño sobre su cabeza para evitar que sus cabellos cayeran sobre su rostro, no se sentía apurado y se dedicaba a saltar cada rama que veía.
Ponía un pie delante del otro imaginándose que estaba en una tabla y que caminaba a través de ella antes de ser lanzado al mar.
El oji-verde entre juego y juego llega al pequeño estanque en el que había conocido a Joaquín.
La verdad pensó que el tritón había rechazado su oferta, pero su sorpresa fué mayor cuando lo vio ahí, con la única diferencia es que llevaba una linda corona de flores en sus cabellos secos.
Eso era nuevo.
Emilio no puede evitar pensar que se veía jodidamente precioso.
__Viniste__Joaquín pone sus ojos azules sobre él y el rizado sonríe ante eso, se sentía halagado, al parecer Joaquín lo había estado esperando.
__Claro que sí, te dije que vendría__murmura para luego sentarse en el suelo, apoya su espalda en una roca y suspira, había quedado bastante cómodo__bonita corona, ¿la hiciste tú?
__Oh__el oji-azul lleva una de sus manos a su cabeza y sonríe cuando palpa la corona de flores__no, las hadas me la hicieron__murmura sin más y se acerca hasta el borde del estanque.
Apoya sus brazos ahí y recarga su rostro sobre sus brazos, la mirada de Emilio recae sobre el rostro de Joaquín y joder, si el oji-verde no temiera ser ahogado probablemente se acercaría para cerciorarse que era real.
__¿Hadas? Son una jodida molestia, nos odian__el oji-verde recuerda la vez que habían hecho un campamento en medio del bosque y como estas pequeñas criaturas se habían molestado porque habían utilizado madera para hacer una fogata.
Jalaron el cabello de cada pirata e hicieron un par de bromas, como vaciar sus cantimploras, botar su comida e incluso a Li le quitaron sus botas y eran las únicas que tenía.
__No son amables, pero hacemos intercambios, yo les traigo piedras preciosas desde el fondo del mar y ellas me hacen coronas de flores__Emilio ríe ante eso y apunta a Joaquín con su dedo índice, este mira confundido la acción.
__Eres muy listo__el oji-azul hace una mueca y luego sacude su cabeza.
__¿Trajiste las fresas?__el pirata asiente y le acerca la bolsa en donde estaban estas, Joaquín la abre con suavidad y observa el contenido.
Toma la primera que le llama la atención y la lleva a sus labios, Emilio espera pacientemente su reacción.
El castaño degusta el dulce sabor e inmediatamente sus ojos se ponen sobre el chico que le había traído tremenda maravilla.
__¡Son deliciosas!__exclama con los ojos brillantes y el oji-verde muerde su labio inferior, estaba de acuerdo con esa descripción.
__Te lo dije__el pirata pone la tabla de madera que había traído sobre sus piernas y de su abrigo saca una hoja de papel, desenrolla esta y la estira sobre la tabla de madera.
__¿Qué haces?__Joaquín murmura de una forma a penas entendible.
Tenía otra frutilla entre sus labios y con ambas manos se había dado un poco de impulso para ver que estaba haciendo el oji-verde.
__¿Puedo dibujarte?__Joaquín pierde la fuerza en sus brazos y le da una extraña mirada al chico frente a él.
__¿Para qué?__bueno... Emilio no había pensando en una respuesta ante una pregunta como esa.
__Bueno, suelo dibujar personas o lugares que me gustaría recordar, aparte posees una belleza divina__las palabras salen con encanto de sus labios.
Joaquín podía hipnotizar a cualquier persona con su belleza y con su voz, pero Emilio sólo necesitaba usar su encanto natural para lograrlo.
El oji-azul había quedado encantado por las palabras que habían salido sin dudar de la boca del rizado.
__Y-yo uhm...__Joaquín deja las hojas de la parte de la frutilla que obviamente no se comería en el borde del estanque.
__Aparte esa corona se te ve sensacional__Emilio saca el lápiz de carbón de su otro bolsillo, sólo tenía una oportunidad para dibujar a Joaquín, no tenía nada para borrar en esos momentos__¿aceptas?
Joaquín no lo piensa mucho, asiente con su cabeza y Emilio sonríe, se acomoda bien contra la roca y pone su mirada sobre el oji-azul.
No le pediría que se quedara quieto porque sabía que sería una tarea imposible, desde que lo conoció había notado que era bastante inquieto.
Comienza con las facciones de Joaquín, exáctamente estaba dibujando el momento exacto en donde el oji-azul había apoyado su rostro en sus brazos.
Si tuviera colores probablemente el dibujo le quedaría mil veces mejor.
El oji-verde mantenía su ceño fruncido mientras trazaba líneas una y otra vez, de momentos miraba de reojo a Joaquín y el lugar en dónde estaban.
El castaño estaba totalmente ocupado terminando de comer las fresas que le había traído el rizado.
Había quedado totalmente maravillado por el sabor, le habían encantado y estaba agradecido con Emilio por haberle traído.
Joaquín podía admitir que no había estado muy seguro de ir a ese encuentro, pero sentía curiosidad.
Solía escaparse para venir ahí, solía mirar los barcos piratas desde lejos, solía desobedecer las órdenes de su madre.
Su madre.
Generalmente pensaban que un Rey gobernaba el mundo acuático, pero realmente era una Reina y era la madre de Joaquín.
El castaño era el heredero al trono y odiaba serlo, odiaba las reglas, odiaba sus clases, odiaba ser correcto.
Era bastante astuto para escaparse sin que nadie lo pudiera seguir, había conocido el estanque hace un par de años atrás y lo frecuentaba cada vez que podía.
Jamás otra persona se había topado con él antes, Emilio era el primer humano con el cual había tenido una conversación.
Y todo el mundo terrestre le atraía de sobremanera, sabía que podía salir del agua y levantarse.
Sabía que podía cambiar, pero le aterraba saber que su cola se dividiría en dos, le aterraba no poder pararse.
Le aterraba... Pero amaría poder tener la valentía que solía presumir para poder caminar en el mundo que tanto le llamaba la atención.
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OCEAN HEART (Emiliaco)
Fanfiction___❝Emilio Marcos pertenecía a Dragón, una fuerte y tímida tripulación de piratas que navegan en los mares de Grecia. Toda su vida se la había dedicado a ser un buen Pirata y la lealtad hacia su tripulación era lo único que respectaba. Al tener tant...