Capítulo: 8

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__Cuéntame de ti__la ronca voz del pirata saca a Joaquín de sus pensamientos y toda la atención de el oji-azul recae sobre él.

El pirata tenía la mirada fija en su dibujo, de cierta forma a Joaquín le hubiera encantado que el oji-verde tuviera su atención solamente puesta en él.

__¿Qué quieres saber exáctamente?__Emilio aparta la mirada de su hoja por un breve momento y mira a Joaquín casi sin parpadear.

La mirada del rizado era tan fuerte, directa y neutra.

__¿Familia?

__Tengo tres hermanas, soy el mayor__Emilio asiente ante eso y vuelve a apartar la mirada, el oji-azul siente la necesidad de contarle más, sólo para que el oji-verde ponga sus ojos sobre él__mi madre es la Reina.

Las palabras se escapan de sus labios y Emilio deja de mover su lápiz sobre la hoja blanca de papel, vuelve a poner su mirada sobre Joaquín y frunce su ceño.

__Eres el heredo al trono__no había sido una pregunta, lo estaba confirmando__¿debería hacer una reverencia o algo por el estilo?__Joaquín no puede evitar reír ante eso, le había parecido gracioso.

__No, claro que no__Emilio sonríe y luego muerde su labio inferior, vuelve a repasar los detalles del lugar en el dibujo y a pesar de que tenía toda su atención puesta en lo que estaba haciendo no puede evitar divagar en lo que había revelado Joaquín.

__¿Puedes cambiar tu cola por piernas? Creo haber escuchado eso en algún lado__Joaquín traga en seco ante eso, ¿cómo lo sabía?

__Sí podemos, pero según mi madre, el cambio se puede hacer sólo una vez__Emilio silva ante eso y finalmente comienza a pasar sus dedos por el dibujo, difuminando en las partes que fueran necesarias.

__Entonces deben elegir muy bien el momento__el oji-verde voltea el dibujo hacia a Joaquín y este se inclina un poco para poder verlo de más cerca.

Estaba precioso, el oji-azul estaba seguro que no todos tenían la habilidad que tenía Emilio, había plasmado una situación en papel, era... Indescriptible.

__Lo amo, si pudiera llevármelo, lo haría__Emilio tararea y niega con su cabeza, dobla el dibujo en cuatro partes y lo guarda en su abrigo.

__El dibujo es para mí__el oji-verde mira la bolsa en dónde había traído las fresas y se da cuenta que estaba complementa vacía__No me dejaste ninguna.

Joaquín ríe y se encoge de hombros, Emilio no le había dicho en ningún momento que debía dejarle fresas, así que simplemente se las comió todas.

__Lo lamento__el rizado rueda sus ojos y luego entrecierra sus ojos de forma pensativa.

__¿Cómo llegas a este estanque?__Joaquín mueve sus manos en el agua, haciendo pequenas ondas y luego mira hacia a abajo.

__Es como una cueva, bueno... Mejor dicho un túnel submarino__el oji-azul intenta explicar de la mejor manera posible__es demasiado profundo, pero finalmente se conecta con el mar__Emilio asiente, hubiera preferido acercarse para corroborar que tan profundo era, pero seguía desconfiando de Joaquín__no te ahogaré, acércate.

El oji-verde traga en seco y muerde su labio inferior con fuerza, Li probablemente lo golpearía en el rostro por el simple de hecho de comenzar a confiar en una criatura como aquella, las cuales solían ser preciosas como el paraíso, pero dañinas como el infierno.

Emilio saca su abrigo de su cuerpo y arremanga su camisa, Joaquín inmediatamente se fija en los dibujos que tenía sobre su piel.

El rizado mete su mano al estanque y sus ojos se enfocan a través del agua, sólo alcanzaba a ver las paredes rocosas.

Joaquín se acerca a él y el oji-verde no se mueve, no sabía si era por temor o porque no quería hacerlo.

Los ojos del castaño lo hipnotizan con facilidad y siente como la mano fría de este se posa en su mejilla, el cuerpo del pirata se estremece de pies a cabeza, pero aún así no se mueve.

Estaba perdido.

Joaquín finalmente pone su mano empapada sobre la frente de Emilio y lo empuja hacia atrás, alejándolo.

El rizado estaba desconcertado, no había entendido que había sucedido, los ojos de Joaquín seguían rondando en su cabeza y su toque se sentía latente en su piel.

La risa del oji-azul aterciopela los oídos de Emilio y este sacude su cabeza saliendo de su estado de shock.

__¿Qué hiciste?

__Nada, por eso es gracioso__el oji-azul cubre su boca con una de sus manos y el oji-verde suelta un gruñido bajo__¿Por qué no te corriste?

__Porque eres atractivo y estabas cerca, quería la cercanía__Joaquín deja de reír y ahora es Emilio quién lo miraba de forma divertida.

Podía notar perfectamente las mejillas sonrosadas del tritón y como el color se extendía hasta sus orejas y parte de su cuello, definitivamente era una obra de arte.

__¿Me estás mintiendo? Los piratas suelen ser embaucadores__Emilio inclina su cabeza ante eso, demostrando que no le molestaba reconocerlo, que incluso le enorgullecía.

__Lo somos, pero no mentimos ante la belleza de otra persona__Emilio desliza una de sus manos a su cuello, recién estaba tomando en cuenta el intenso dolor que tenía en él.

Joaquín sólo se permite observar sus movimientos, su brazo lleno de tinta, su mano con anillos, como había cerrado sus ojos y había abiertos sus labios para soltar un quejido de dolor al haber apretado su tenso cuello.

Emilio también sabía como hipnotizar, Joaquín lo estaba y le costaba admitirlo.

¿Por qué no se sentía así con los de su especie?

No lo entendía.

Emilio vuelve a abrir sus verdes ojos y estos contrastaron con los árboles que estaban detrás de él.

Joaquín suelta un suspiro ante eso y la necesidad de irse hasta el fondo del mar lo había invadido, estaba cohibido.

__¿Qué sucede?__la voz del pirata lo trae de vuelta a la realidad y el tritón traga en seco, de pronto había sentido su garganta muy seca.

__¿Alguna vez estarías con un hombre?__Emilio alza ambas cejas con impresión ante la pregunta, no le incomodaba, pero realmente lo había tomado desprevenido.

__Claro que sí, porque me gustan los hombres__responde con simpleza y Joaquín siente como le falta el aire, quizás debió haber preguntado un:

¿Alguna vez estarías con un tritón?

Sí, esa debió haber sido su pregunta.

OCEAN HEART (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora