Capítulo: 14

15 2 1
                                    

Emilio no podía parar de ver la pulsera que le había obsequiado el castaño, probablemente si cualquier extraño se atreviera a tocarla le arrancaría la cabeza por el solo hecho de poner sus asquerosas manos sobre su tesoro.

No entendía los sentimientos que estaba teniendo, sabía que sentía atracción hacia el oji-azul, era imposible no tenerla, desde que lo conoció se sintió afectado por lo bonito que era.

Pero ahora estaban esos nervios presentes cada vez que lo iba a ver y el nudo en su estómago, era todo tan extraño.

Emilio juega con la pulsera entre sus manos y pone su vista sobre el imponente mar.

Un empujón lo desconcerta y mira por sobre su hombro.

Esperaba que hubiera sido uno de sus compañeros o hasta lo esperaba del tímido príncipe, pero jamás pensó que un guardia era el causante de eso.

Detrás de él había un par más, probablemente estaban de turno.

El pirata decide ignorarlos y tensa su mandíbula, le había prometido a Li que no se metería en problemas.

Escucha una risa detrás de él y luego el guardia desconocido se agacha a su lado.

__¿Eso también lo robaste?__la pulsera es arrancada de sus manos y Emilio en ese momento solo logra ver rojo.

La pulsera es lanzada a las manos de otro guardia y Emilio no duda en sacar una de sus dagas, toma por el cuello al estúpido que había tomado su pulsera y pone la punzante arma sobre su garganta.

__¿Piensas que porque tenemos un trato con el Rey no te haría nada? ¿qué estás protegido? ¿piensas que le debo algo a tu Rey?__pregunta de forma baja, casi siseando, mira por sobre su hombro al otro par de idiotas y tensa aún más su mandíbula.

Sus ojos vuelven a recaer en el chico frente a él y presiona levemente su daga logrando cortar la piel.

__Dile que me la devuelvan o te juro que te arrancaré los ojos y te cortaré las manos.

__Vamos, entreguenla__el guardia que tenía la pulsera entre sus manos, se acerca con pasos lentos y Emilio nota perfectamente como su mano libre iba hacia su espada.

El oji-verde corta superficialmente la piel de su enemigo y luego lanza la daga hacia la mano del otro guardia.

Suelta al chico y este cae al suelo mientras ponía las manos sobre su garganta, Emilio no puede evitar rodar sus ojos ante lo exagerado que era.

Sólo había sido un pequeño corte para mantenerlo ocupado, si hubiera querido matarlo no hubiera cortado su garganta, habría enterrado el cuchillo en ella sin pensarlo.

El pirata se agacha frente al otro guardia y saca la daga de su mano.

__Uh, eso dejará marca__palmea la mejilla del desconocido con burla y vuelve a tomar la pulsera para ponérsela en su muñeca__no se vuelvan a sentir superiores, porque no me llegan ni a los talones__la mirada del oji-verde recae sobre el único guardia que no había hecho nada.

El rizado se aleja del lugar, pero aún se mantenía alerta en caso de que quisieran atacarlo por la espalda.

Li lo mataría cuando se enterara, probablemente le gritaría que debía dar el ejemplo al ser el segundo al mando, que no podía ir por la vida lastimando a los guardias del Rey, diría muchísima miérda que Emilio no estaba dispuesto a escuchar.

Pero debía.

Refriega su rostro con cansancio y decide que él mismo le diría a su capitán lo que había pasado.

Sólo un par de pasos más y logra ver como Li seguía trabajando en el barco a pesar de que ya no había nadie a su alrededor.

Emilio sube por la pequeña rampa de madera y sus pasos resonaban contra esta, su capitán deja de martillar las tablas y alza la mirada hacia Emilio.

__Hey, ¿por qué no estás durmiendo aún?__el oji-verde se sienta al lado de Li y de encoge de hombros.

__Eso mismo te podría preguntar yo__escucha como Li suspira y vuelve a poner un clavo sobre la tabla que sería el suelo.

__No puedo dormir, estoy intentando pensar en un plan para salir de este enredo en el que nos hemos metido__confiesa finalmente y Emilio frunce su ceño ante eso, pensaba que Li estaba calmado con todo lo que sucedía, pero al parecer no__es jodidamente imposible encontrar una sirena, si tuviéramos la suerte de conseguirla y entregarla, seríamos repudiados en todos lados y joder, quizás tendríamos alguna maldición por parte de la luna, por quitarle a uno de sus hijos.

Emilio baja la mirada ante eso, era verdad, se estaban arriesgando demasiado.

Las sirenas y lo tritones adoraban la luna, generalmente solían nacer en noches de luna llena y tal como hace un par de noches atrás, salían cuando esta iluminaba el mar.

Eran los hijos de la luna.

__Pero si no lo hacemos volveremos a tener todos esos cargos contra nosotros y lo peor, el Rey les pondrá precio a nuestras cabezas por traición__Li suelta un gruñido bajo y luego deja el martillo a un lado__no sé que es peor.

__Ambas cosas lo son, estamos literalmente contra la espada y la pared__Emilio se estira sobra la madera y pone su mirada sobre el cielo nocturno__el príncipe Xuan es homosexual.

Li se estira a su lado y se remueve en su lugar hasta encontrar una posición cómoda.

__Así que es verdad lo que se rumorea__Emilio frunce su ceño confundido.

__¿A qué te refieres?

__Se dice que el Rey hace un par de años atrás asesinó a uno de los guardias de Xuan frente a sus ojos, porque estaban enamorados.

El oji-verde alza ambas cejas con impresión ante eso, no tenía idea sobre esa historia.

__Eso es macabro.

__Quizás le gustas Emilio, por eso debe estar empeñado en estar alrededor de ti__el menor se queda en silencio ante esa conclusión, gustar.

Pero a Emilio no le gustaba Xuan para nada, lo único que estaba en su mente eran esos ojos azules que le pertenecían a Joaquín.

Todo lo que estaba haciendo Emilio era por y para Joaquín.

Oh miérda, le gustaba Joaquín.

OCEAN HEART (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora