Percy estaba en el campamento mestizo, de eso estaba seguro. Pero sin embargo había algo que no cuadraba con la ecuación, y él sí que sabía de ecuaciones que no cuadraban, nunca en su vida le había salido una bien sin la ayuda de alguien, últimanente era Annabeth quien siempre le ayudaba.
El lugar irradiaba una esencia un tanto distinta. Pero no era sólo eso, cuando se acercó a su novia para explicarle porque había llegado tarde, ella le huyó y al ver que Percy la quería abrazar le aplicó una técnica de karate, no era la primera vez que la chica le aplicaba un movimiento de pelea a su novio, pero esta vez no fue uno tierno que terminaba en un beso, esta vez Percy podía ver en sus ojos que el resentimiento de su chica era real, lo que no podía ver era que era lo que la estaba molestando. Seguro, el había llegado tarde, pero no lo suficientemente tarde como para un movimiento de karata, tal vez un golpe en la barriga, pero no uno de karate. Dioses, Percy sabía que esa chica iba a ser como una ecuación muy complicada, pero esta vez él quería volverse matemático por ella.
Lo segundo que le pareció extraño era que después de eso todo el mundo lo estaba mirando, pero no una mirada de !oh Perseo, eres tan kúl! Como poco a poco se estaba acostumbrando, sino unas miradas raras, acompañadas por susurros bastantes audibles como "¿por qué lo habrá hecho?" "¿acaso no se acuerda que Annabeth lo desprecia? " y el favorito de todos " ¡JA! Lo venció una chica". Pero al que a él más le preocupaba era el segundo, las palabras no se acuerda le dejaron un mal sabor de boca, principalmente porque ya había tenido amnesia una vez, no quería que le pasara de nuevo.
Estaba pensando en esto cuando unos brazos lo abrazaron, si era Annabeth esa chica estaba loca, pero estos brazos estaban muy palidos como para ser de su rubia favorita.