"Nunca sabrás que tu alma viaja
dulcemente refugiada en el fondo de mi corazón.
Y que nada, ni el tiempo, ni la edad, ni otros amores,
impedirá que hayas existido.
Los caminos que seguiste, hoy me señalan el mío,
aunque jamás sabrás que te llevo conmigo,
como una lámpara de oro para alumbrarme el camino,
ni que tu voz aún traspasa mi alma.
Suave antorcha tus rayos, dulce hoguera tu espíritu.
Aún vives un poco porque yo te sobrevivo".
-Marguerite Yourcenar
...
Aforo de un consultorio < [un doctor + una familia (un papá + una mamá + un hijo) + un pesado diagnóstico]
Tiene tres personas frente a él: al pequeño Koutarou, al papá de Koutarou y a la mamá de Koutarou. Tiene seis ojos mirándolo atentamente y, al mismo tiempo, solo dos ojos para poder corresponder la expectante conexión visual. Como un nistagmo horizontal, sus ojos ruedan del papá de Koutarou a la mamá de Koutarou, Kazuo y Azumi, Azumi y Kazuo. Su visión encuadra a Kazuo, un quisquilloso mesurado, un viejo amigo, un compañero con quien alguna vez habló de sueños y metas en la preparatoria, velando cada uno por un futuro prometedor hasta por lo menos sus noventa años. Kazuo no deja de observarlo, el temblor de su pupila está a la espera de su diagnóstico; sin embargo, también le pide guardar silencio unos segundos más, o mentir, o, por último, tragarse sus palabras y encerrarlas en un baúl hasta el fin de los tiempos; quizás de esa manera la verdad no se asomaría hacia la realidad y solo sería una simple ilusión, una fantasía de caricatura. Una silenciosa complicidad navega en medio del ambiente. El diagnóstico es un secreto, un secreto que todos los adultos saben, asumen, pero niegan.
"Doctor" Azumi, la mamá de Koutarou, lo llama. La mujer, ojos como dos flechas, le recuerda su profesión, su lugar. Ella también es doctora, conoce de antemano el revoltijo glacial que se siente en una situación como la presente. No obstante, está sentado como un doctor, no como un amigo.
Entreabre los labios para finalmente ser el libertador del secreto. Kazuo parece suplicarle a gritos con la mirada: que alargue el mutismo, que mienta o que calle. Vuelve a cerrar los labios.
"Amor" Nuevamente Azumi maniobra, toma las manos de su esposo y relaja los temblores con suaves caricias, la yema de cada dedo parece una almohada de nube, la niebla en el limbo, la calma en la tormenta. Con las cuatro manos unidas y una traquilidad estable, Azumi asiente con la cabeza en su dirección, vuelve a dar permiso a su palabra.
Las respiraciones oscilantes, el zumbido del silencio, el traqueteo de los corazones, los desatinos barbáricos de la vida... Maldición, es difícil hacer que las palabras salgan y no sean tragadas por una estrecha garganta. Ha perdido la cuenta, no sabe a cuántas familias ha resquebrajado la felicidad, resguardando en su interior la desazón de haber sido el espectador que abrió las puertas, a muchas de esas familias, hacia un interminable dolor. Nunca se acostumbrará, de eso está seguro. "Es Alzhéimer prematuro" Sus labios no suspiran, sino que dictaminan con fuerza y claridad tres palabras cortas y escuetas, sin ningún discurso que constantemente de volteretas y alargue la penuria. Tres simples y directas palabras que sintonizan una acústica caótica entre cuatro paredes blancas que luchan por emanar tranquilidad, pero que guardan en su pasado la testificación de apesadumbrados diagnósticos que asfixiaron el corazón de más de una persona.
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Alzheimer's Experience [AkaBoku | BokuAka]
FanficUn par de amantes que corren. El mundo que muere en sus sueños. Aquel que ya no será el mismo. Las lágrimas del otro que solamente se vale de recuerdos: "Me enamoré un día de verano. Esta es una historia de amor común y corriente, de una primavera c...