Me agrada tú familia, se nota que son muy unidos – dijo Eliot sentándose a mi lado en el jardín.
– Deberías vernos cuando discutimos – contesté acomodando la mesa.
Eliot se quedó observándome unos minutos hasta que decidió preguntar algo.
– Tengo una idea, ya sabes para conocernos mejor, para reforzar nuestra amistad – explicó.
– ¿Reforzar nuestra amistad? – pregunté
– Sí, es decir somos amigos y la verdad es que conozco muy poco de ti – continuó.
– ¿Qué quieres saber?, soy un libro abierto – pregunté de nuevo.
– De acuerdo yo te diré diez preguntas y después tú harás lo mismo – explicó.
– ¿Lo que yo quiera? – quise saber.
– Todo – finalizó.
– Acepto, tú primero – sugerí.
– De acuerdo…veamos ¿película favorita? – preguntó.
– mmm… tendría que ser “Sin escalas” con Liam Nelson – respondí sentándome a mi lado.
– Me gusta, una chica de acción – contestó – tú turno.
– ¿Cuál es tú nombré completo? – quise saber recargándome en un viejo sillón.
– De acuerdo, pero promete que no le dirás a nadie – pidió, yo solo asentí – Eliot Fitbury Blackstone.
– Fitbury, ese sí que es un buen nombre – reí al ver su rostro.
– Sí, si no te burles – pidió sonriendo – de acuerdo ¿café o té?
– Supongo que café ¿quién no toma café? – pregunté para mí misma.
– Solo tenía que asegurarme – respondió.
– Bien mi turno, ¿tienes novia? – pregunté segura de mí.
– ¡oh! me agrada eres directa ¿quién lo diría? – respondió.
– Si vamos hacer amigos, necesito saber a quién golpear si te rompen el corazón, ya sabes código de amigos – contesté
– Tienes razón, solía haber alguien… pero no terminó bien – contestó suspirando – así que ahora solo quiero disfrutar el presente, el amor es muy complicado Grace.
– ¿y si a aquí encontraras el amor? – pregunté.
– No, lo dudo mucho, por ahora solo quiero disfrutar el tiempo con mi amiga Grace – respondió sonriendo – mi turno, ¿comida favorita? – continuó.
– Cualquier tipo de Espagueti… y de acuerdo esto sonara extraño, pero adoro las galletas de mantequilla de maní con crema batida, lo se… lo sé, pero sabe delicioso – finalicé.
– Para nada yo amo el oreo con mermelada de fresa – dijo sonriendo.
– Ahora ¿canción favorita? – agregué.
– Huy eso si es muy difícil pequeña Grace, pero creo que sería You may be right de Billy Joel – contestó recordando la canción.
– Es buena, Billy Joel es muy bueno – agregué.
– ¿Fecha de cumpleaños? – preguntó cruzándose de brazos.
– Nací un 15 de abril ¿y tú? – pregunté orgullosa.
– 3 de noviembre – respondió algo desilusionado.
– Oye, no falta tanto ¿estás emocionado? – pregunté entusiasmada.
– En realidad, no tanto… hace algunos años, cuando yo era pequeño, papá conducía del trabajo para festejar mi cumpleaños – dijo mirando el suelo – todos los niños jugaban cuando mi mamá recibió la llamada, mi padre había muerto a causa de un borracho, desde entonces no celebro tanto mi cumpleaños.
Escuchar sus palabras me causaron tristeza, no imagino lo que pudo sentir siendo un niño, un par de lágrimas se derramaron por su rostro, pero él trato de ocultarlo.
Sin pensarlo lo abracé con fuerza y no dije ninguna palabra, solo me quede ahí para él.
– Gracias, no era necesario – dijo limpiándose las lágrimas.
– Para eso estamos los amigos – dije mostrándole una sonrisa sincera.
– Así que si somos amigos – preguntó alzando una ceja.
– Claro, te lo has ganado – respondí.
– ¡Maldición! Mira la hora se supone que llegaría temprano a la fiesta, los chicos me deben estar esperando, ¿segura que no quieres venir? – preguntó levantándose.
– No te preocupes, en realidad estoy un poco cansada, pero disfruta por mí – dije haciendo mi mejor imitación de un saludo de soldado.
– Te enviaré fotos, espero no me obliguen a saltar a la piscina, oye ¿a tu hermano le molestara si me llevo su ropa? – quiso saber antes de irse.
– Para nada, yo le digo, ahora ve y divierte – respondí
– Eres la mejor, nos vemos – dijo saliendo de mi casa.
Después de que Eliot se fuera, guardé algunas cosas en la cocina, me di un largo baño y seleccioné algunas fotografías para la galería de mamá. Al poco tiempo me llegó un mensaje con una fotografía de Eliot.
De Eliot:
“Deberías de haber venido, esto es una locura”
Para Eliot:
“¿Estás ebrio? Ja ja ja, no cometas ninguna locura”
De Eliot:
“Trataré”
La puerta de mi habitación se abrió dejando ver a Noah.
– Llegaste – dije sin prestarle atención.
– Para nada soy el fantasma de Noah – contestó riendo.
– Que gracioso – respondí – oye Eliot te traerá la ropa después.
– No hay problema, después de todo él nos hizo ganar, es un buen tipo, hablando de eso… – quiso saber Noah recargándose en el marco de la puerta – ¿te gusta?
– ¡Noah! – alce mi voz.
– ¡Que! solo preguntó, soy tú hermano – respondió.
– No, no me gusta, es solo un amigo– dije evadiendo su mirada.
– ¿Segura? – volvió a preguntar.
– Sí Noah estoy segura – contesté algo molesta.
– Oye tranquila, solo fue un a pregunta, además eso es mejor, no es por nada ni que me guste Eliot, pero el chico es atractivo, todas las chicas de la universidad lo devoraban con la mirada– explicó mientras yo me acercaba a él.
– ¿Algo más? – pregunté antes de cerrar mi puerta.
– No, descansa y Grace ¿sabes que cuentas conmigo para todo? – preguntó.
– Lo sé, solo que estoy cansada – respondí, él entendió y se marchó.
Terminé de elegir las fotos y me dispuse a dormir.
– ¿Quién está listo para Halloween? – gritó Estefan llegando al jardín de la escuela – ya tengo mi disfraz.
– ¿A qué hora empieza? – pregunté ojeando algunos apuntes.
– a las diez, ya sabes las fiestas de Harry son muy alocadas – respondió Cassie.
– ¿ya tienes tú disfraz? – pregunté mirando a Cassie.
– sí, seré una linda hada, tengo que aprovechar mis genes pelirrojos – respondió – ¿y tú?
– No lo sé, hoy tenemos especial de terror en el cine, no sé si me dé tiempo– contesté.
– Por favor Grace, tienes que ir, es día de brujas, donde las personas se alocan y hacen lo que quieren – agregó Cassie.
– Lo pensare – dije.
– De seguro que si va ¿Eliot irás también? – bromeó Estefan.
– Oye no, yo también tomo decisiones– amenacé.
– ¡por favor! ustedes dos hacen casi todo juntos, se han vuelto como mejores amigos – dijo Estefan.
– ¿Celoso? – preguntó Cassie sonriendo.
– Para nada, solo digo los hechos – respondió poniéndose sus lentes de sol – como sea, tengo entrenamiento, espero verlas por la noche.
– Eres el mejor – gritó Cassie mirando como Estefan se alejaba.
– ¿Crees que se enojó? – pregunté.
– Claro que no Grace, ya sabes cómo es de dramático y yo soy la que estudia teatro – dijo Cassie provocando que soltara una risa.
– Deberías conocer más a Eliot, te caería bien y le gusta el teatro – sugerí.
– Sí, solo que entre tantos proyectos y con la obra de navidad tan cerca, casi no he tenido tiempo para salir, por eso tienes que venir hoy, será nuestra noche de chicas – pidió Cassie.
– De acuerdo, haré lo posible – dije tomando mis cosas – nos vemos, tengo que llegar más temprano al trabajo, hoy tenemos transmisión especial.
– ¿Qué película? – quiso saber Cassie.
– Caza fantasmas – respondí cuando escuché el claxon de la camioneta de Eliot – adiós.
Cassie se despidió de mí y yo salí corriendo al estacionamiento donde ya Eliot me esperaba.
– ¿Quién está emocionada por esta noche? – preguntó haciendo un baile extraño.
– ¿el cine? – pregunté poniéndome el cinturón de seguridad.
– ¿Qué? claro el cine, pero esta es mi primera fiesta de halloween en Chicago y no te preocupes ya tengo preparado nuestros disfraces y que también servirán para el cine– finalizó.
– ¿Seremos caza fantasmas? – pregunté entusiasmada.
– Mejor – respondió él.
– ¿Qué puede ser mejor que caza fantasmas? – pregunté confundida.
– Ya lo verás – contestó encendiendo el motor.
– No sé si eso sea bueno – dije suspirando.
La cara de Eliot era de complicidad, al llegar al cine inmediatamente bajó y me llevó a los vestidores entregándome una enorme bolsa, él tomo otra y se fue a cambiar.
– Tiene que ser una broma – mencioné mirándome en el espejo, cuando entro Eliot – soy un bombón gigante y tú un fantasma.
– Sabía que te gustaría, no tienes que agradecerme, aunque acepto malteadas – decía orgulloso de su disfraz de fantasma verde – anímate Grace, además todos se disfrazan de caza fantasmas y nadie de los fantasmas que cazan ¿entiendes? – preguntó soltando una carcajada.
Su risa era tan contagiosa que era imposible no reír estando a su lado. La puerta se abrió dejando ver a Ralph.
– Vaya, supongo que ya sabemos quiénes son los trabajadores del mes – comentó riendo – me sorprende su compromiso.
– ¿Trajiste algún disfraz Ralph? – pregunté mientras trataba de rascarme la nariz, al parecer con este disfraz era imposible moverse bien.
– Sí, mis nietas me ayudaron, seré un caza fantasmas– respondió Ralph, yo solo le lance una mirada amenazadora a Eliot.
– Protégeme Ralph, un bombón gigante me quiere comer – gritó él mientras salía corriendo de los vestidores.
– En serio no sé cómo le gustas a las chicas – grité yo asegurándome que escuchara.
– Sabes que te quiero – gritó desde el otro lado, yo solo suspire resignada al disfraz, Ralph solo se burlaba de nuestro comportamiento.
El cine se llenó muy rápido, todas las funciones habían estado llenas durante el día, Eliot atendía la dulcería mientras que yo trataba de controlar a los niños que corrían por los pasillos.
– Este debe ser el día más agotador desde que entre aquí – dijo Eliot limpiando las palomitas en el suelo.
– Y no has estado en un estreno – suspire sentándome en una banca.
– ¿Qué haces? – preguntó Eliot – arriba, nuestra noche apenas inicia.
– ¿En verdad tenemos que ir?, apenas siento mis pies – supliqué.
– No hay escusas, andando, si no tuviera este traje de fantasma te cargaría, pero no puedo así que andando bombón gigante – dijo tomando mi mano, ayudándome a levantarme.
– Adiós Ralph – grité tratando de entrar en la camioneta.
Después de unos minutos y muchos intentos Eliot logró que yo y mi traje entraran dentro de la camioneta, después fue turno de él con su disfraz de fantasma, cuando por fin lo logró, nos quedamos en silencio hasta que los dos soltamos unas carcajadas al vernos vestidos así.
– En serio esto es demasiado vergonzoso – le dijé.
– Ve el lado bueno, cuando seamos viejos tendremos muchas anécdotas que contar – comentó mientras manejaba.
Las calles eran invadidas por niños pidiendo dulces con sus padres, Eliot condujo hasta llegar a la casa de Harry, las luces y la decoración eran increíbles, su casa parecía digna de una mansión embrujada.
–Es enorme – murmuró Eliot estacionándose – esto será genial.
–Hay demasiados chicos atractivos y yo vestida como un bombón gigante – murmuré, sin embargo, el chico a mi lado escuchó.
–Tendrían que estar locos para dejar escapar a un dulce bombón como tú – dijo mirándome.
–No dijiste eso… ese fue el peor intento de conquista, por favor no le digas eso a ninguna chica – suplique riendo con fuerza.
–Por lo menos te hizo reír – contestó bajando de la camioneta.
– ¡Dios mío! creí que mis ojos lo habían visto todo – gritó Estefan mirando nuestros disfraces.
–Fue idea de Eliot – expliqué señalándolo – y tú ¿de qué vienes vestido? ¿por qué el vestido rojo? – pregunté confusa.
–Tienes que estar bromeado – dijo Estefan sacando unos lentes junto con una barita mágica.
–Eres el hada madrina de Shrek – dijo Eliot – viejo tú disfraz es increíble.
–Y yo pensé que lo había visto todo – imité a Estefan dedicándole una sonrisa.
La música retumbaba por cada rincón de la casa, las luces deban más ambiente a la pista de baile, otros chicos jugaban competencias de bebidas, hasta que en medio de la multitud Estefan diviso a Cassie con un hermoso vestido verde que resaltaba su cabello.
–Vinieron – gritaba Cassie acercándose a nosotros, para abrazarnos de la emoción – ¿Eliot cierto?
–A tú servicio – contestó, mientras Cassie también le dio un abrazo, el cual Eliot correspondió.
–Gracias por hacer venir a Grace, no vendría si tu no hubieras venido – finalizó.
–Cassie, sabes que no – agregué.
–De acuerdo, por cierto, me encantan sus disfraces muy de los ochenta – mencionó ella.
–Tú no te quedas atrás, un hada sexy, me gusta – dijo Eliot coqueteando.
Cassie solo le dedicó una sonrisa y después regresó su vista a nosotros.
–Hay que bailar – pidió tomando mi mano y la de Estefan alejándome de Eliot.
La canción de “Someone to you de the Banners” sonaba mientras nosotros nos dejábamos llevar por la música, la música seguía hasta que apareció Eliot a nuestro lado bailando y cantando, juntos cantábamos a todo pulmón. La fiesta siguió y las bebidas también, la verdad era que nunca había bebido tanto como lo estaba haciendo, hasta llegar a un punto donde ya no pensaba lo que decía.
– ¡arriba las nutrias! – grite saltando de emoción, mientras los demás gritaban conmigo.
–Creo que bebió demasiado – dijo Estefan viendo como bailaba sin sentido.
–Estoy de acuerdo contigo – agregó Eliot imitando mis movimientos – aunque me encanta la libertad de esta Grace, es tiempo de llevarla a casa.
–Sí, yo iré por Cassie que debe estar coqueteando con alguno de universidad – menciono Estefan.
–Vamos Grace, es hora – pedía el chico de ojos bonitos.
–Yo no quiero, aquí estoy bien, amo a las nutrias – dije haciendo pucheros.
–Sí vienes conmigo prometo que te compraré una – explicó ayudando a levantarme.
Mi cabeza daba vueltas, pero con ayuda de Eliot subí a su camioneta.
–Si quieres vomitar solo dilo y me detendré – pidió mirando como mis ojos se cerraban del sueño.
–No hay nadie en casa – solté.
– ¿Qué? – preguntó.
–No hay nadie en casa, mis padres salieron y Noah no está y yo olvidé las llaves – contesté mientras tenía un ataque de risa.
–¡Grace! pudiste mencionarlo antes, maldición… Estefan ya se fue con Cassie y no te dejaré en la calle – decía mirándome con el ceño fruncido – vendrás conmigo.
–Pijamada en casa de Eliot – grité emocionada – ¿tienes gomitas de osos?
–Recuérdame que no te deje beber tanto la siguiente vez – explicó camino a su casa.
Todo el camino permanecí dormida hasta que la camioneta se detuvo, muy despacio abrí mis ojos mirando el gran edificio en el que vivía Eliot.
– ¿Vives aquí? – pregunté balbuceando.
–Si, en el quinto piso – contestó ayudándome a entrar al elevador.
El sonido del Elevador me mareaba hasta que llegamos al piso del departamento, al entrar todo estaba a oscuras, con cuidado me guío a una habitación llena de discos de vinil en la pared.
–Veamos déjame ayudarte con eso – dijo quitándome el disfraz, por suerte llevaba el uniforme del cine.
–Eres muy guapo – solté con una pequeña risa – por eso te amo, eres mi mejor amigo ¿lo sabias? – pregunté antes de caer en un profundo sueño.
A la mañana siguiente desperté con un intenso dolor de cabeza, lo primero que hice fue buscar un baño urgente antes de vomitar sobre mi ropa.
Cuando salí del baño, no recordaba lo que había hecho la noche anterior ni como había llegado aquí, de inmediato supe que estaba en la habitación de Eliot por la gran cantidad de discos y una vieja foto de él de niño.
El aroma a café inundo mi nariz, por lo que decidí salir de la habitación, el departamento era hermoso y la decoración era muy particular, en cada esquina había figuras de barro de diosas griegas.
–Son hermosas – murmuré, pero alguien más escuchó.
–Gracias, es un trabajo muy detallado – respondió la dulce voz de una mujer.
–Lo siento, yo – dije tartamudeando mientras acomodaba mi cabello.
–Grace ¿cierto? mucho gusto, Eliot me ha hablado tanto de ti que hasta creo que podrías ser mi hija, soy Mery mamá del Eliot – dijo dándome un tierno abrazo – ¿gustas café?
–Por favor – dije sonriendo.
–Y por favor ten la confianza de decirme si alguna vez Eliot te hace algo, que ya lo pondré en su lugar – explico dándome la taza de café.
–Gracias, es usted muy amable – respondí mirando a mi alrededor.
–Ya no tardará querida, fue por algo de desayunar, unos pancakes del señor Floop creo – comentó.
–Sí, son los mejores en la ciudad, Eliot y yo los desayunamos camino a la escuela – expliqué.
–Entonces deberé probarlos – dijo sonriendo, el teléfono de la mamá de Eliot sonó y ella contestó, al parecer por lo poco que pude escuchar ella hablaba del cumpleaños de su hijo y como a él no le gustaba festejarlo – Lo lamento, sabes que no puedo, no sé cómo reaccionaría si tan solo se enterara.
La verdad no quería sonar entrometida así que tomé la taza de café y me puse a observar algunas fotografías de Eliot con su padre de pequeño.
–En ocasiones extraño al Eliot de esas fotografías – continuo su mamá, acercándose a mi lado – tan feliz, pero lo que si se es que desde que llegamos tú le has ayudado mucho, cuando nos mudamos no sabía cómo reaccionaría, así que gracias, gracias por ser su amiga.
–No tiene que agradecerlo, él es asombroso, ahora entiendo por qué es tan amable – respondí mirándola.
– ¡oh! Grace a veces quisiera creerlo – comentó frustrada – el día en que su padre murió, el día de su cumpleaños, su padre venía en carretera, Eliot piensa que el venía del trabajo, pero la verdadera razón era que él y yo habíamos discutido, él me engañaba.
–Señora Mery yo no sé qué decir – expliqué tomando asiento a su lado.
–No, tú perdóname a mí, no sé porque te digo esto, lo siento, solo que a veces necesito sacarlo – explico ella.
– ¿Por qué? – gritó Eliot detrás de nosotras – ¿qué estás diciendo? – preguntó molesto tirando la comida.
–Cariño, escucha, tienes que tranquilizarte – pidió su madre.
–Eliot escucha a tú mamá – pedí yo.
– ¡No! ¿qué haces Grace? te abro la puerta de mi casa y solo vienes a sacar información– preguntó enojado.
–Grace será mejor que te vayas – pidió su madre.
Mis pensamientos estaban confundidos, nunca antes había visto a Eliot tan molesto, al salir del departamento podía escuchar los gritos de Eliot a su madre.
Al día siguiente Eliot no me dirigió la palabra en ningún momento, faltó al trabajo y no contestaba mis mensajes, yo me sentía mal por lo que había pasado, como él se había enterado de aquello.
– ¿Sucede algo cariño? – preguntó mi padre entrando en mi habitación.
–No, estoy bien – respondí mirando por la ventana.
–Sabes conozco demasiado a mis hijos como para saber que algo no está bien – dijo tomando asiento en la esquina de mi cama.
–Es Eliot, se molestó conmigo por un accidente – solté.
–Entiendo, están pasando por su primera pelea como amigos, recuerdo la primera pelea de Noah y Lizzie – comentó– Noah lloró una semana entera.
–y eso de que me sirve a mi papá, sugieres que lloré – quise saber.
–No cariño, pero si en tus manos está solucionarlo, deberías intentarlo, Eliot es un buen chico, estoy seguro que solo fue un malentendido, los amigos saben perdonar – explicó saliendo de mi habitación.
Toda la tarde pasé pensando en cuál sería la mejor manera de solucionarlo, hasta que mi mente se iluminó.
Al día siguiente, me levanté temprano y fui a comprar un montón de globos, tomé prestada la vieja grabadora de papá y fui hasta el edificio de su departamento.
Amarré los globos a mi bicicleta y prendí el estéreo reproduciendo Chiquitita de ABBA, algunos vecinos se me quedaban viendo mientras otros se burlaban de mí, pero eso no importaba, yo seguí cantando para que Eliot pudiera escucharme.
El balcón de su habitación se abrió y él salió observando como hacia el ridículo.
–Cantas bien – gritó mientras sonreía.
–Lo siento – grité yo.
Después de esto Eliot bajó a la entra principal y se acercó a mi analizando los globos y el gran letrero de Feliz cumpleaños.
–Feliz cumpleaños – dije sosteniendo un cup cake – Lo lamento, yo no sabía que tu madre me diría eso.
–No Grace, yo debo pedir perdón, no tenías la culpa, pero el saber aquello, no lo sé supongo que fui cegado por el dolor, perdona si no te contesté los mensajes, tenía que pensar todo, después de que te fuiste mamá me lo explicó y no la culpo – dijo suspirando.
–Me alegro, ella es una buena mamá, tienes suerte – contesté.
–Sí, en verdad lo es – contestó.
–Toma, lo compré solo para ti, tu favorito, chispas de chocolate – sonreí entregándole el cup cake.
Eliot se acercó a mi soplando la vela en el pequeño pastelillo.
–Solo debo decir que no cantas tan mal pequeña Grace – dijo riendo.
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Prometo Quedarme
Novela JuvenilEliot Blackstone se muda a la gran muda de Chicago, donde conoce a Grace Mitchell. Su amistad los lleva a vivir grandes momentos, hasta que Grace descubre que todo ese tiempo a estado enamorada de su mejor amigo. Historia orginal. Prohibida la copia...