Otra dimensión. (Omegaverse)

10

Hace una hora había oscurecido, Steve llegó a la torre, otro día sin lograr nada, se sentía frustrado por no poder encontrar a su amigo y más por ocultarle aquello al genio, al llegar a la sala observó a Clint y Natasha viendo la televisión, mientras que Bruce leía un libro.

— ¿Y Tony? —Preguntó el rubio.

— Supongo que en el taller. —Respondió Bruce.

Steve agradeció y se dirigió al taller, al entrar no encontró al genio, dio un suspiro frustrado, se dio la vuelta dispuesto a buscarlo en su habitación, pero antes de salir escuchó una alarma sonar levemente, volteó a ver hacia una de las pantallas que se encendió cerca del escritorio, una pequeña luz señalaba un lugar en el mapa.

— ¿Jarvis, que significa esa señal? —Preguntó el rubio.

— Lo siento Capitán Rogers, pero no puedo darle detalles.

— ¿Bien, entonces dime dónde está Tony? —Preguntó esta vez exaltado, hubo silencio por un momento.

— El señor Stark anda en una misión.

— ¿De qué trata la misión?

— No puedo darle detalles.

Steve frotó su sien y dio un suspiro tratando de tranquilizarse.

— Esta bien... —Permaneció cruzado de brazos y se quedó callado unos segundos.— Entiendo... —Se dio la vuelta y caminó hacia la salida, antes de abrir la puerta hizo una última pregunta.— ¿Qué hay en ese lugar, señalado en el mapa?

— Una fortaleza de Hydra, dónde se realizan algunos experimentos. —Contestó la IA, Steve sintió un escalofrío recorrer su espalda.

— Tony... Porque... ¿Qué clases de experimentos?...

Minutos después Steve volvió a la sala donde aún seguían el resto de los vengadores, estos al ver el rostro afligido del rubio deducieron que algo había pasado.

— Preparen todo, nos vamos a Sokovia. —Ordenó el capitán.

A pesar de ir en la armadura Tony se había tardado varias horas en llegar al lugar, pero había sido mucho más rápido que irse en avión o en el kinjet, dejó la armadura escondida y se colocó una gorra y lentes oscuros, había fabricado una tarjeta llave para poder abrir todas las puertas sin problemas, entro al lugar, pero primeramente se dirigió a la habitación donde estaba el cetro, sacó un bolígrafo de su bolsillo el cual tenía integrado un láser, con este removió cuidadosamente la gema y la guardó en una pequeña cajita negra.

— Bien segundo objetivo. —Murmuró el genio, caminó por los pasillos pasando desapercibido.

Habían pocos guardias aunque ya se acercaba el amanecer, Tony observó a los gemelos en aquellas celdas de cristal, se aseguró que no había nadie para luego acercarse.

— Hola niños. —Saludó Tony con tranquilidad.

— ¿Quien eres? —Preguntó la alfa, poniendose de pie.

— Alguien que vino a darles una oportunidad para ser libres. —Mencionó, para después escuchar una risita de parte del omega.

— Estamos aquí por voluntad propia. —Dijo el chico.

— ¿Oh enserio? ¿Entonces se ofrecieron para ser ratas de laboratorio?

— Te lo preguntaré una vez más. —Un gruñido se escuchó de parte de la alfa pelirroja.— ¿Quien eres?

Tony dio un suspiro y se acercó más a modo que la luz lo iluminará se quitó la gorra y los lentes oscuros, pudo notar como la pelirroja frunció el ceño y en sus manos se notaba aquella aura roja, el castaño tragó en seco en el momento que el cristal se rompió.