Yo quiero una ciudad para mí. Que por un día cada tanto se encuentre vacía de repente sin que nadie más que yo pueda oír el viento que esquiva los edificios buscando la libertad que aparece al llegar al río.
Quiero una ciudad que se estanque por algunas horas en el tiempo, que el reloj pueda seguir corriendo pero que en las calles no pase nada, donde no exista ninguna persona más que yo para escuchar los pasos y el eco que se los lleva como si nunca nadie volviera a pisar las calles. Una ciudad para poder ver el sol irse desde una plaza en la que la humedad caiga derretida sobre las hamacas, la silueta de los árboles se vayan dibujando muy lentamente sobre el asfalto gris de la tarde y los pájaros ensayen su último canto antes de ir a dormir.
Yo quiero una ciudad de forma egoísta por un rato, quiero no poder escuchar otra cosa que no se mi aliento dibujado en el aire, poder chasquear los dedos en el sur y que el sonido llegue al norte en dos segundos sin que tenga que perderse en el sinfín de ruidos cotidianos de todos los días.
Yo quiero una ciudad de noche donde no exista ni siquiera tu voz por mucho que te ame. No quiero verte en mi ciudad, la quiero para mí en exclusiva , es el lugar donde nací y la quiero abrazar en silencio sin que me preguntes si me pasa algo. No tiene nada que ver con vos, es que cada tanto me gusta no dar respuestas porque no quiero recibir preguntas.
Cada vez que vuelvo tarde (incluso con alguna copa de más) me bajo del auto y antes de entrar a casa me siento sobre el cordón de la vereda, enciendo un cigarrillo e imagino que ese momento se parece mucho a la ciudad que quiero. En la penumbra anidan los fantasmas de quienes fuimos, los miedos de lo que deseamos y no logramos pero también la esperanza de lo que podemos hacer mañana. Todos esos fantasmas que nos ven pasar cada día, habitan nuestros espacios y nos escrutan en silencio porque son parte de nuestras vidas.
Pero solo en la oscuridad de la noche, bajo un farol de cualquier vereda, los podemos ver.
Son la ciudad de cada uno, la que deseamos todos por un rato. La que hoy quiero para mí.
