Academia Plateada (laguna)
—Esta es la laguna de la Academia. Es un lugar muy agradable para pasar el rato —decía Trucy a la Swadloon, que contemplaba todo a su alrededor con un brillo de emoción en sus ojos—. Y eso de allá es la pérgola. Es un sitio ideal para detenerse un momento a descansar y disfrutar del aire libre. ¿Quieres que vayamos un momento? Ahí podemos descansar un poco.
—De acuerdo. La verdad, ya me estaba cansando de tanto caminar— reconoció la tipo bicho después de haber recorrido prácticamente cada rincón de la mansión siguiendo los pasos de la alegre Fennekin. Ciertamente, su cuerpo esférico no estaba preparado para realizar largas caminatas.
Sorzen y Arthel también les acompañaban. El Mudkip no había perdido la oportunidad de comentar algún detalle anecdótico cada vez que podía, ansioso de ayudar a la chica a familiarizarse con los habitantes de la academia. Gracias al joven tipo agua, Leaffy se enteró de la existencia de muchos pokémon, tanto estudiantes como profesores y funcionarios. Sorzen solo les seguía en silencio, aunque no podía evitar sonreír de cuando en cuando.
Una vez llegaron a la pérgola y tomaron asiento entre las macetas de flores, Leaffy dio una última mirada al paisaje que se veía. Ciertamente, los terrenos de la academia eran mucho más amplios y cuidados de lo que había imaginado. Lo mismo con el interior del edificio. Ni siquiera el gran templo de la colina de Nolmaria se comparaba a la grandeza de la mansión. Sin embargo, a pesar de que lo estaba pasando bien, el recuerdo de la ausencia de su abuela seguía clavándole el corazón. El quiebre fue ver entre las macetas de flores una planta pequeña, delicada y cuyos pétalos adoptaban una forma vagamente esférica de color pardo. Era un ejemplar idéntico a las que cultivaba Jaffye en su propio jardín.
—¿Leaffy, te encuentras bien? —preguntó Arthel alarmado— ¿Te sientes mal?
—No, no es nada, Arthel— respondió la insecto cubriendo parcialmente su cara con sus hojas—. Es solo que al ver esta Cola de Teddiursa, no pude evitar pensar en mi abuela. Es una de sus flores preferidas.
—¡¿Una cola de Teddiursa!?— exclamaron verdaderamente asustados y sorprendidos por igual Trucy y Arthel, mirando a todas partes esperando encontrar algún rastro de sangre del mencionado apéndice extirpado.
—Está hablando de esa flor —indicó Sorzen con un gesto de su mano—. No recuerdo bien su nombre verdadero, pero, creo que coloquialmente se le llama de ese modo.
Después del susto inicial, el Mudkip y la Fennekin respiraron más tranquilos.
—Ah, una flor, claro... No es que alguien haya amputado la cola de un Teddiursa o algo parecido— comentó Trucy.
—Lo siento, yo no sé mucho de flores. Nunca les he prestado mucha atención, que digamos —admitió Arthel—. ¡Pero bueno Sorzen!, veo que sabes bastante de estas cosas. Quizás la profesora Fleiris no sea la única experta en flores de la academia.
—No, ¿cómo crees? —murmuró Sorzen con una mano sobre la nuca—. Yo solo he leído de ellas por mera casualidad. Ni de cerca poseo tanta información botánica como la profesora.
—¡Pero eres tipo planta! Por supuesto que debes de tener alguna conexión mística con la naturaleza. ¿O no?
—No veo la relación...
—Amigo, tienes literalmente, una planta por cola...
—Hmm, tienes un buen punto, supongo —admitió Sorzen con una sonrisa.
Arthel y Trucy también parecieron bastante divertidos por la situación y sonrieron también, pero la apenada Swadloon seguía con la mirada baja, oculta con su capote de hojas. Un poco desorientados y sin saber muy bien que hacer para animarla, los tres aprendices de explorador se miraron entre sí, pero a nadie se le ocurrió otra idea.
ESTÁS LEYENDO
Pokémon Ausvandel: La academia Plateada
DobrodružnéEn una región habitada solo por las fantásticas criaturas conocidas como Pokémon, un joven Mudkip sueña con convertirse en un valiente aventurero y explorador. Para lograr ese objetivo, se dirigirá a la prestigiosa Academia Plateada, donde podrá ap...