respirare iterum

234 21 2
                                    

CAPITULO ÚNICO

Ellos me habían dicho que habían soñado algo especial, habían soñado que tenían lo que querían. (P) Uno de ellos dijo que él se encontraba en llamas sintiendo su cuerpo frío, sintiéndose en casa... Sintiéndose por un momento enamorado.
El segundo (J) dijo que tenía lo que quería, decenas de números indicando la cantidad máxima en aquellos insignificantes papeles... Tenía ardor en los ojos, apenas caminaba, poseía un exceso de cafeína en su cuerpo...Pero tenía lo que quería.
El último de ellos (A) dijo que su vida había cambiado, todo era colorido, daba vueltas, sonreía y reía sin parar... Todo era hermoso e inigualable que se sintió en la tierra prometida el tan esperado y poco creíble paraíso eterno; tenía las pupilas dilatadas, su piel era horrible, apenas y comía pero él tenía lo que quería.

Probablemente... Para una persona común aquello hubiera podido ser una pesadilla, claro es lo que las personas suelen pensar... pensar de aquella forma era natural, normal ¿Cierto?

Ellos tres se reunían en la misma casa, mejor dicho, en mí casa; siempre era así pero realmente no me molestaba en absoluto, resultaba curioso pensar que todos eran diferentes pero que de cierta manera sufrían exactamente lo mismo.

Ni siquiera sé sus nombres... Así que los llamaré por letras, el primer chico es P, el segundo es J y el tercero se llamará A

El cielo tornaba una gran erupción, se acercaba lo que llamaba el ocaso. Nunca había tenido la oportunidad de verlo con detenimiento... Era hermoso. P estaba mirando la bebida que tenía frente a él de una forma detenida, me pregunté si todo estaba bien... Pareciera que leyó mi mente. "- He estado pensando... ¿Saben por qué están viviendo?- " Dijo con un tono neutral y yo solo pude pensar en su pregunta.

"- Si, vivo por los números. La evaluación máxima es lo que necesito más que nada, no importa lo que pasé yo seguiré siendo el mejor en lo que hago -" habló J sonriente mientras se aferraba a su mochila de estudiante. "-Yo tengo también una razón de vivir, quiero que en algún momento mi realidad sea igual a mis fantasías y mis anhelos-" Esta vez hablo A mirando a P fijamente, sin embargo este suspiró abrumado por sus respuestas.

"-Que suerte tienen...-" dijo P dejándose caer de espalda al suelo acolchado extendiendo sus brazos. "-Yo no encuentro algo por lo cual vivir, pienso que nacer es el mayor acto suicida, después de todo vivimos para morir. J ¿De qué te servirán los números cuando tengas 40 años y sean inútiles entonces? Y tu A ¿No ves el daño que te haces al ignorar tu realidad? Ambos de ustedes tienen una familia que se preocupa por ustedes e ignoran ese hecho, en cambio yo...-" Y solo calló cerrando sus ojos volviendo a sonreír, ignorando aquellas palabras que anteriormente había mencionado.

Yo simplemente era totalmente incapaz decir algo respecto, pero tanto A como J pensaron por un momento en las palabras de su "amigo" P quien nunca les había dicho exactamente porqué actuaba así, la razón a sus comentarios tan extraños que raramente decía. Pero J sabía de sobra que cada persona tenía sus prioridades, incluyéndose y no por eso debía de pensar en las ideas de otra persona e intentar encontrar algún significado coherente.
Por un momento sintieron que podían volar, pero ellos no sabían que estaban bajo el agua.

J estaba en su hogar, mirando y mirando sus números sin parar, llevaba bebiendo 3 litros de café hasta el momento. Si lo pensaba desde la perspectiva de P no necesitaba seguir mirando sus números al menos no de esa forma insana, él siempre fue el mejor de su clase o al menos lo intentaba; sin embargo era inseguro... No podía dejar de mirar y mirar que todo estuviera en orden absoluto. No quería perder el control sobre sus propias acciones, sentía que su vida se haría pedazos si cometía un error en algún momento... por un tiempo él olvido que era un humano y no una máquina, sin embargo las personas no le recordaban aquello, más bien lo motivaban para que siguiera así ignorando lo que era más que claro, como una máquina que no necesita descanso, estabilidad emocional, alimento, vitaminas, cariño, comprensión y sobre todo... El derecho a equivocarse.

𝒕𝒓𝒂𝒎𝒑𝒐𝒍𝒊𝒏𝒆 / 𝑜𝑛𝑒 𝑠𝒉𝑜𝑡 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora