El Príncipe | Gay |

21

Noah observaba con nerviosismo como el castaño daba vueltas como loco por todo el departamento, solo estaba esperando el momento en que explotara.

—Eddie...

—¡cállate!—exclamó señalándolo, Noah tembló en su lugar.

—lo siento.—susurró con un hilo en la garganta.

—¿quien era ese? ¿Es otro de tus amantes?

—no Eddie, apenas lo conozco, ¡sabes que nunca te he sido infiel con nadie!

—¡si, como la vez que besaste a tu amiguito enfrente de mi puta cara!

—¡ya me disculpé por eso!

—¡pues no es suficiente!—Noah tembló cuando el castaño se acercó a él tomándolo bruscamente del brazo.—de seguro te revuelcas con el ¿verdad? Te escondes detrás de la leyenda de que es tu mejor amigo, pero seguro te coge cada vez que quiere ¿no?—su otra mano fue a su cabeza jalando su cabello fuertemente.

—E-Eddie...

—¿me equivoco? Ese chistesito de que nunca lo has hecho con nadie... no te creo.—rió cínicamente.—¿cuantos te han cogido? ¿He? ¿Cuantos te han usado Noah?

—Eddiee...—lloriqueó.—por favor... suéltame...

—me das asco.—lo jaló una vez más del cabello y lo empujó hacia el suelo, lamentablemente Noah no fue directo a este, sino que su rostro fue a dar contra la esquina de la barra de la cocina, haciéndolo soltar un gran alarido de dolor.

—Eddie...—suplicó, pero el castaño ya se había ido a su propia habitación.

Noah sollozó tirado en el suelo mientras sentía su frente sangrar, como pudo se levantó del suelo y salió del departamento en camino a su casa.

Cuando llegó, entró rápidamente sin siquiera asegurarse de que sus padres ya estuvieran dormidos.

—¡Noah!

El rubio levantó la cabeza asustado.

—p-papá...

Lee se acercó a su hijo y lo jaló resguardándolo en su pecho.

—Dios... ¿acaso has visto la hora? Dijiste que llegarías temprano, te llamé pero tu teléfono está apagado, no sabes cuánto me asusté.—sus manos acariciaban el cabello de su hijo, quien comenzó a sollozar en su pecho, Lee frunció el ceño separándose de él para verlo, ahí se dió cuenta del moretón en su mejilla y el corte en su frente.—cariño... ¿pero que te pasó?

—y-yo, fue un accidente, en de la mejilla me lo di ayer en la escuela con una puerta, en de la frente... estaba con Eddie y me caí tratando de bajar algo de la alacena, me golpeé con la barra.

—Noah, ¿estás seguro?

—s-si... si papá, de verdad...

Lee se quedó unos segundos mirando fijamente a su hijo con la duda escrita en el rostro, pero Noah solo se separó de él alejándose.

—i-iré a mi cuarto, estoy cansado...

—si...

Noah se alejó rápidamente de su padre subiendo las escaleras para ir a su habitación.

Lee se quedó solo parado en medio de la sala, suspiró pesadamente y subió igualmente a su habitación, donde Jackson salía del baño con el cabello mojado, este fijó su mirada en el castaño, notando rápido su preocupación.