Capítulo 4

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Escuché un tintineo metálico. La superficie donde estaba era dura y fría pero aún así dormí plácidamente, el tintineo no cesaba y pronto lo acompañaron algunos murmullos, abrí mis parpados lentamente uno a uno, lo primero que vi fue el destello de las llaves que alguien sacudía frente a mi rostro.

-Ya estoy despierto- dije enojado y se las arrebaté.

Me levanté tambaleándome de la forma que cualquiera haría después de haber pasado toda la noche a las afueras de su hogar, cuando me di la vuelta me encontré con Frank, la vecina del piso de abajo, el del piso de arriba y la del piso de más abajo junto con su hermana observándome ¿Qué tiene de raro dormir fuera de mi casa?

-Dejaste tus llaves, tu cartera y tu celular en mi casa- dijo Frank.

-Sí, si lo noté- me dispuse a abrir la puerta justo después de esa frase.

-¿Estás enojado?- preguntó.

-¿Por qué debería de estar enojado?

-No lo sé, tal vez porque ayer te dejé por irme con Marian por tal razón tuviste que dormir afuera de tu apartamento, porque revisé todos tus mensajes con Eleanor y porque me gasté todo tu dinero.

-¿Qué Hiciste qué?

-¡Es broma! Ten tu celular y tu cartera- me los entregó.

-De todas formas no le mando muchos mensajes a Eleanor y mi cartera solo tiene cinco dólares.

-Entonces si no estás enojado ¿Puedo pedirte un favor?- entramos- Wow, este lugar sí que es un asco.

El piso se encontraba lleno de envolturas de comida, ropa sucia por todas partes, el estante de libros bastante desordenado, el lugar no estaba tan mal al menos no para mí.

Frank quitó una camisa negra atorada en la ventana cubriendo el vidrio, la luz del sol entró instintivamente aparté la vista.

-¡Devuélvela a su lugar! La coloqué ahí apropósito, no me gusta que entre la luz- dije.

-Lo siento- trató de acomodarla de la misma manera- entonces hablemos del favor.

No sé si estaba dispuesto a cumplir otro favor suyo, el último fue un enorme fracaso y apenas ocurrió ayer.

-Dime.

-Marian la chica que hace un momento mencioné, con la que estuve ayer- asentí- tiene una banda, cuando nos fuimos me mostró algunos discos que grabaron, también me mostró fotografías de las demás integrantes.

-¿Y?

-A que no adivinas quien es la guitarrista.

-No, ni idea.

-Lizzy eh...olvidé su apellido- dijo con una sonrisa.

-¿Quién?- mantuve mi gesto de confusión.

-La chica que siempre te ha gustado desde la preparatoria.

-No, no la recuerdo.

-Pero si me contaste toda la historia.

-¿Cuándo hice eso?

-Cuando estabas ebrio.

-Oh...

-Bueno, el punto es que me invitaron a verlas tocar hoy.

-Y quieres que te acompañe.

Hizo otra vez su cara de súplica a la que nunca puedo decirle que no, soy demasiado blando.

Se quedó a pasar el rato conmigo hasta que tuviéramos que ir a ver tocar a las chicas, ordenamos una pizza, él trataba de entablar una conversación conmigo yo le correspondía pero seguía distraído pensando en la chica que había mencionado hace un momento, de verdad no la recuerdo, la preparatoria fue una época oscura para mí pues siempre me sentí rechazado por todos, los chicos me golpeaban, las chicas me ignoraban o se burlaban de mí si tenían oportunidad no desearía encontrarme con ninguno de mis antiguos compañeros y en unas horas más tendré que hacerlo, tendré que ver y probablemente charlar con una vieja compañera.

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