Pesadilla - Juyeon

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Hoy era el día, hoy cumplimos Changmin y yo 7 años como mejores amigos. Nunca esperé durar tanto con un amigo como él, ya que la mayoría de amigos que tuve, me abandonaron al mínimo mes.

Me encontraba en mi habitación sentado donde el escritorio, había preparado un regalo para el menor. En especial era una pulsera, era lo típico que los amigos se pueden llegar a regalar, para mí era un gesto bonito. Justo cuando terminaba de hacer la pulsera, me llegó una llamada suya, me estaría llamando para pedirme dinero o algo.

—Juyeon al habla. —apoyé el teléfono en mi hombro, estaba aún terminando el regalo.

—¡Juyo! ¿Dónde estás? Tenemos que ir a la casa de mi abuela, tengo que recoger algo y no quiero ir sólo. —cualquier cosa que Changmin me pedía, era para acompañarlo o comprarle algo.

Esta vez era para que me llegase a la casa de su abuela para recoger algo, lo veía siempre patético pero últimamente me he dejado llevar por el contrario. Lo bueno era que me llevaba bien con la mujer, así que no había problema ninguno.

—¿Otra vez? La casa de tu abuela está a unas cuadras de la tuya, apenas a estas horas hay gente en la calle sabiendo lo vergonzoso que eres. —rechisté, además tenía razón, era demasiado temprano por la mañana, dudo que hubiese un alma por la calle.

— Juyo, hazlo por mí. Hoy es un día especial y lo sabes, hagámonos favores el uno al otro, sí? —al escuchar su voz, notaba el puchero que estaba haciendo tras la pantalla. Sabía cómo manipularme, y lo hacía bien.

— Está bien, tú mismo lo has dicho. Te tendría que grabar la voz para que admitieses cada vez que me des por mentiroso.

— Eso es ilegal. —Changmin empezó a reírse, no tenía duda ninguna sobre su respuesta.

Tan solo suspiré con una cálida sonrisa, se me había olvidado por completo que estaba haciendo. Este chico me estaba volviendo loco.

— Bien pues ahora bajo, espérame en mi puerta. —le dije para después colgar la llamada, nada más me incorporé y me dirigí a mi armario para agarrar un abrigo y salir.

Salí de la puerta de mi casa, me esperaba encontrarme con Changmin al frente, pero al contrario, no encontraba a Changmin por la acera ni en la carretera. Pero sí le vi en la esquina de la calle, al parecer junto a un chico de espaldas que me resultaba familiar. Me acerqué cruzando la calle, guardando mis manos en los bolsillos de mi sudadera.

—Hola, Changmin. —solté interrumpiendo la conversación que estaban teniendo esos dos.

No me equivoqué cuando me resultaba familiar el chico que estaba con él, era Younghoon, nuestro otro amigo.

—Me he encontrado a Younghoon por la calle, decidí saludarlo y acabamos como hablando por mucho rato. —Changmin me sonrió, le veía muy alegre y no dudé en sobrepensar mucho aquella situación.

—Juyeon, cuánto tiempo sin vernos. —Younghoon y yo extendimos nuestras manos, le dediqué una mirada fría y cuna sonrisa forzada.

La razón por la cual me comportaba así era por que Younghoon carecía un chico muy pero que muy envidioso o un malcriado desde pequeño. Desde que nos conocimos se montaba alguna que otra excusa para hacerme sentirme culpable o dejarme mal delante de todo el mundo. No le importaba hacerme quedar mal con absolutamente nadie.

—Sí, claro. Changmin vámonos ya. —agarré la mano de Chang, dejando a Younghoon atrás.

—Espera, que venga con nosotros.—se detuvo para hacerme un puchero.— Es que me explicó que lo estaba pasando mal estos días, y necesita un poco de compañía.

Odiaba cuando Younghoon venía con nosotros, odiaba a él, odiaba todo de él, era tan perfecto que me hervía la sangre nada más pensarlo. No me quedaba otra que aceptar; Changmin se apegó a él todo el rato, hablando de como le ha ido estos días y yo estaba como un perrito detrás de ellos. A veces sentía que Younghoon hacía estas cosas para hacerme rabiar.
Estuvimos así todo el rato hasta llegar a donde la casa de abuela de Chang, nos paramos en la puerta de mientras que éste saludaba a su abuela. De reojo me fijaba cómo Younghoon también la abrazaba, ¿ya se conocían? ¿desde cuándo?
La pobre muchacha le costó reconocerme y el listo tuvo que saltar.

—Señora Ji, él es Juyeon, el rarito de la secundaria.

Ese apodo tenía una larga historia. Como dije anteriormente, Younghoon me hacía la vida imposible. Lo único que me perseguía desde pequeño, era el mote bastardo, sí, bastardo. En clase nunca fui respetado pese a que era el menor de toda la secundaria y según el más débil. Cuando era inseparable de Changmin, su abuela nos venía a recoger de vez en cuando y comía en su casa. Hasta que la Señora Ji se enteró de que un día después de el anterior mote, me llaman el rarito. Odiaba mi vida, sí, pero un niño de tan solo 14 años, no pensaba en esas cosas.

—Hombre, Juyeon! Hacía mucho que no te pasabas por aquí, que alegría volver a verte.—me saludó con dos besos, solo sonreí ya que era cierto. La última vez que vine era porque cuando andábamos Chang y yo en una fiesta, tuvo que entrar a la casa de su abuela a vomitar ya que le pillaba cerca de la Discoteca.

—Hola, Señora Ji. Me alegro también.

Changmin se dirigió al parecer al baño, la abuela nos ofreció un asiento y una taza de té. No me gustaba el té, por eso no bebí intentado ser formal. Lo cual al contrario, Younghoon se comportaba como si estuviese en su casa, hablándole informalmente a la Señora Ji.

—Pero bueno, contarme de ustedes, ¿Cómo va las novias?

¿Era necesario responder a eso? ¿Y sólo se refiere a mujeres?... Yo solo digo, no quiere decir otra cosa, pensaba que Younghoon sí era gay.

—Justo estoy saliendo con un apuesto chico.—Esas palabras salieron del mismísimo Younghoon, normal que me hubiese quedado boquiabierto.

Younghoon saliendo con alguien y siendo un hombre, sería el fin del mundo.

—Yo todavía no.—Solté un poco cortante.

Mis palabras no se dieron importancia después de que Younghoon saltara con el tema de el chico con quien salía. La Señora Ji reaccionó alegre.

—¡Qué lindo saber eso! Y dime, ¿qué tal te va con él?

—Muy bien la verdad, justo tengo un regalo para él.—Sacó de su mochila una caja al parecer con un lazo de regalo por encima, ¿o sea, lo tenía planeado?

Puede que me equivoque, pero presentía que ese regalo era para alguien conocido. Me quedé en total silencio viendo como conversaban esos dos. Hasta que por fin vi volver a Changmin; con una gran y bonita sonrisa.

—Bueno abuela, si nos disculpas, nos vamos ya.—Vi el beso en la frente que soltó Chang a la Señora Ji. Me despedí con una reverencia y Younghoon con dos besos, estupendo.

Salimos a la puerta Younghoon y yo, no paraba de mirar la mochila donde guardó el regalo. De reojo no paraba tampoco de mirarlo a él. Tenía muchas preguntas.

Cuando salió Changmin noté como éste era agarrado del brazo por quién si no, Younghoon.

—Changmin, ¿puedo hacer algo primero?

Vale ya perdí el rencor, era lo que creía que iba ha hacer? Incluso no le importaba si lo hacía en frente mía. Chang sólo asintió y vi que sacaba el mismo regalo de antes, estaba bloqueado.

—Este es mi regalo por cumplir 2 meses saliendo.—Noté como el rostro de Younghoon.

No entendía nada, si esto era de verdad, ¿por qué Changmin no me dijo nada? Por qué sentía que mi corazón estaba latiendo lentamente? Estaba empezando a sudar, todo mi alrededor desaparecía, solo los fulminaba a esos dos. Sentía odio y tristeza a la vez, mi cabeza se estaba volviendo loca. 

Se me era difícil ver, mi vista se ponía borrosa, todo se convertía en un fondo oscuro, todo negro. Mi cabeza dolía como si estuviese a punto de estallar. Una lágrima noté recorrer por mi mejilla, No entendía nada. No sabía qué pintaba antes Younghon en esto si supuestamente era un reencuentro. ¿Changmin no me tenía la misma confianza para contarme todo?

Un silencio invadió todo, hasta que una voz reconocida me hablaba suavemente intentando despertarme... ¿Era un sueño? O tal vez me había desmayado y me llevaron a casa.





Continuará?

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2023 ⏰

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