🔳 潘多拉之谜 ~ Penguins: El Misterio De Pandora [2° Parte]

Líder Desaparecido

Mientras Julien se cambiaba de atuendo recordó el día en que se enteró que Skipper se había ido. Se sintió molesto, Skipper se marchó sin la intención de despedirse de su familia ni amigos, contradiciendo a la imagen estoica que mostraba decidió huir como un cobarde.

Poco tiempo después de que Skipper se fuera Julien empezó su relación con Sandra. Ella era su primera novia, alguien que lo admiraba y veía futuro en su carrera de actuación, Julien se dijo a sí mismo que debería estar feliz, pero realmente no se sentía así, aprecia a Sandra, es una gran amiga, pero tal vez fue muy apresurado empezar una relación romántica.

Julien extrañaba cómo era todo antes de lo que ocurrió con Thilo, las reuniones de navidad, ver a los pingüinos correr y hacer maniobras mientras cumplían "misiones".

Él fingía no darse cuenta, pero cuando fue a la escuela Holmes notó las miradas desagradables que la mayoría le dirigía a los pingüinos. Aunque Manfredi seguía actuando animadamente Julien sabía que su sonrisa era fingida, cuando entró sigilosamente al departamento lo vio parado frente a un espejo sin que éste notara su presencia, Manfredi tenía una expresión triste mientras veía el parche que cubría parte de su rostro.

Julien había hablado con sus padres sobre Thilo, les contó lo que le hizo a Manfredi, que una chica murió, que Thilo lo secuestró, robó un invento de los pingüinos y los atacó, sus progenitores no le dieron importancia y se fueron a otra fiesta de sus amigos. Thilo los atacó por lo que ellos le hicieron, alguien murió, su amigo perdió un ojo... y a ellos no les importaba. Anteriormente Julien los había extrañado, sufría cada vez que lo ignoraban o le decían algo hiriente por algún rumor de la prensa, pero desde lo que pasó deseaba estar lejos de ellos. Hace unos días ellos volvieron a la mansión y Julien le pedía a los espíritus del cielo que el tiempo pasara más rápido para que vuelvan a Francia.

—Llegarás tarde a la escuela —habló Maurice entrando a la habitación.

—Hoy no iré.

—¿Otra vez? Es la el tercera vez esta semana.

—Iré a hablar con los pingüinos.

—¿Les preguntarás por Skipper?

—Sí —agarró su bolso deportivo—. La vez que grité al usar su lanza-telarañas esa monja se burló de mí llamándome "gallina", quiero verlo otra vez y reírme en su cara por haber huido. Ja, ja, ja. ¿Quién es la gallina ahora?

—¿Por qué no hablas con Timo? —notó la expresión confundida del otro—. Me contaste que él tenía varios inventos en su pequeña casa metálica, quizá tenga algo que ayude con la búsqueda del líder de los pingüinos.

—Timo, ¿eh? —murmuró pensativo—. Timo es un inventor, iré donde él primero. ¡Qué buena idea! ¡Me alegro de haberla tenido! —dijo saliendo de la habitación.

Maurice dejó de sonreír al darse cuenta de lo que dijo su amigo.

—¡Oye, fui yo quien-...!

—¡Estoy apurado! ¡Hablamos después! —gritó desde las escaleras.