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—¿Quién toca el timbre con tanta desesperación a estas horas de la noche?

—¡Señora Jeon! —La trabajadora doméstica entró corriendo a la habitación de los esposos.

—¿Qué pasa? —Dijo la mujer con el rostro preocupado.

—Es su hija Somi. Ha venido llorando.

—¿Somi?

Enseguida, la rubia entró corriendo directo a los brazos de su padre para poder seguir llorando, todo ante la atenta mirada de su madre. Ver a Somi de nuevo después de varios años fue algo totalmente inesperado, y se preguntaba el grado de gravedad del problema por el que estuviera pasando su hija para que entrara en el lugar en que se prometió nunca regresar, a menos que...

—¿Qué pasa, princesa?

—J-Jungkook... Él... ¡Quiere dejarme!

Los ojos de Sunah se abrieron en demasía al escuchar aquello, ahora se preguntaba qué rayos pasó para que alguien como Jungkook quisiera dejar a Somi.

La rubia lloraba y lloraba en el pecho de su padre, y el hombre sólo atinaba a acariciar su cabello para tranquilizarla.

—¿Qué ha pasado? ¿Por qué te dijo eso? —Habló por fin su padre.

—Me dijo que se ha enamorado de alguien más...

—Es tu culpa.

Padre e hija voltearon a ver a Sunah. La mirada de Matthew era de incredulidad, y la de Somi igual, combinada con rabia.

—¿Q-qué has dicho?

—Es tu culpa. —Repitió. —Por ser una estúpida y aferrarte a alguien que nunca te quiso desde un inicio.

—¡Sunah! —Su padre regañó.

—¿Qué? ¿Acaso estoy mintiendo? —Rió secamente. —Lo mejor que puedes hacer es aceptar que quiere separarse de tí. Ya era hora de que llegara este momento.

—¿Estás loca? ¿Por qué le hablas así a tu propia hija?

—Todo lo que siempre ha hecho ha sido despreciarme. —Lamentó Somi, mientras su madre la miraba con seriedad. —Nunca me ha apoyado en mis decisiones.

—¿Terminaste con tu berrinche?

—Pero tú, papá, siempre lo has hecho. —Ignoró la pregunta de su madre y volteó a ver a su padre con una sonrisa, sonrisa la cual Matthew le devolvió mientras asentía con la cabeza, Sunah viéndolos con desagrado. —Y seguirás apoyándome en mis decisiones, ¿Cierto?

—Claro que sí, hijita.

—Entonces... ¿Crees que puedas hacerme un favor?

—Claro, lo que tú quieras. Tu felicidad es la mía.

—No puede ser... —Murmuró Sunah mientras se masajeaba las sienes.

—Planeo hacer que Jungkook regrese arrepentido. ¿Crees que puedas despedirlo por ahora y congelar sus tarjetas? Cuando regrese podrás contratarlo de nuevo. Todo volverá a la normalidad, te lo prometo.

EN LA AVENIDA MAPO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora