Un día más de controlar el ciclo de la vida, el tiempo de vida de los humanos es un misterio para cada uno de ellos. Puedes morir después de haber vivido por varios años o puedes morir en tu plena juventud.
La gente dice que soy muy cruel y despiadado, que no se lo merecían o que es injusto que los buenos mueran y los malos continúen viviendo.
Si, soy muy cruel y desgraciado. Esa es mi naturaleza para mantener un orden en la vida, pero también odian la vida.
Me culpan de que su vida no es como la desearon, por no nacer en un mundo de lujos, por no darles una mejor familia, unos mejores amigos, una mejor pareja o hasta un simple trabajo.
Mi misión es dar y quitar la vida, la forma en que la construyan depende de ellos no de mí.
Cuando se dan cuenta que su tiempo termino, es cuando entiende que nada es eterno y los arrepentimientos se asoman.
Siempre me he preguntado porque desperdician sus vidas en cosas que los lastiman, en cosas innecesarias, cosas sin valor.
Yo soy un espíritu, o para muchos un juez que dirá quién continúa y quién tiene que venir conmigo, pero nadie se plantea si la vida o la muerte siente las mismas cosas.
Yo quisiera disfrutar de sus privilegios, ver un amanecer y un atardecer, disfrutar de un platillo, oler una flor, entre muchas cosas más. Pero estoy muy ocupado en mantener el orden y que no se altere, pero cuando tengo la oportunidad, son los momentos que más aprecio, porque nunca se cuando lo volvere hacer.
Además de llevar a los espíritus a su lugar de descanso y evitar que sigan vagando por el mundo, aunque a veces me encuentro con casos especiales en dónde no están muertos del todo y tienen la oportunidad de decidir si seguir o irse.
En otras ocasiones, esos espíritus han estado mucho tiempo en este plano terrenal que se niegan a irse, se niegan a aceptar que su vida ha dado fin y que no la van a recuperar.
En un noche me encontré con un chico distinto a los demás espíritus, no podía llevármela porque seguía con vida pero su espíritu estaba muriendo internamente, en cualquier momento el iba a morir.
Ese chico tenía los ojos mas lindos que haya visto, su sonrisa, su personalidad, su risa, todo me gustaba de él, cuando podía siempre lo buscaba, aunque no pudiera verme, siempre he estado presente en sus momentos felices y sus momentos tristes, sentí lo que los humanos le llamaban amor.
— No se si quiero seguir viviendo...
Cuántas veces he escuchado esta frase desde mi existencia, si los animales pudieran hablar dirían las mismas palabras.
El joven estaba acostado en su cama con lágrimas en sus ojos y un frasco de pastillas a su lado, es evidente que va a quitarse la vida, ¿Voy a intervenir?. No, no lo haré porque es su vida, la vida es un regalo que yo les doy y solo el dueño sabe que hacer con su regalo.
— Nadie me entiende, a veces les doy señales a mis amigos de que no estoy bien y no se dan cuenta, mis esfuerzos son nulos y creo que perdí el rumbo de mi vida, ¿porque la vida es tan cruel?
Porque el mundo se empeña en echarme la culpa de todas sus desgracias, es por ello que siempre digo que la gente siente un amor odio conmigo y eso jamás cambiará.
— Creo que ser feliz no estaba escrito para mí.
— Te equivocas, yo no soy el escritor de tu vida, yo solo te di un papel en dónde tú eres el escritor. Él que decide cómo inicia y cómo termina tu historia.
El chico voltea a mí asustado ante mi presencia, a diferencia de mi que estoy acostumbrado a ver reacciones de este estilo hace mucho tiempo.
— ¿Quién eres...? — Habló el joven con voz temblorosa.
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Enseñame a vivir (Jikook) - One-Shot
RomanceSiendo la muerte y la vida, tengo la tarea de asegurar de que todos los espíritus vayan al más allá para descansar en paz y puedan reencarnar en una nueva vida, pero hay un espíritu que aún no moría del todo, le pregunté qué quería hacer antes de pa...