〃 don't 〃 vmin ੭ˑ

𝘰𝘯𝘦

Se conocieron a los 18, en un día lluvioso…

Taehyung resoplaba apresurando sus pasos. Las gotas de lluvia caían con sutileza aumentando de poco en poco.
El clima no era favorable, las nubes grises parecían no querer irse y  sus mejillas mojadas se lo recordaban.

Debía apresurarse, no quería que su abrigo se arruinara con una tonta lluvia, su abuela lo mataría.

Como una mala jugada la lluvia aumentó.

Gruño con desespero mientras sus ojos se movían de un lado a otro buscando un lugar donde resguardarse.

Una cafetería apareció y con pesadez sonrió.

Taehyung odiaba el café, incluso su olor le parecía insoportable pero no tenía otra opción, era eso o ver a la abuela enojada, no, no, sería un pequeño sacrificio para su olfato.

Apenas entró y las miradas se dirigieron a él, sus mejillas se colorearon de carmín por la timidez de la atención.

Ignorando todos los ojos, corrió hasta la mesa más alejada.

Pasaron unos minutos en los que el alfa intento contactar a algún ángel que quisiera ir a su rescate, pero nadie parecía estar disponible. Su nariz picaba caprichosamente y su lobo gruñón no lo dejaba en paz.

Entonces lo sintió.. su lobo alzó las orejas en alerta, olfateando como si minutos atrás no se hubiera negado a hacerlo.

Un olor dulzón se adentro en su nariz e incluso su parte humana empezó a olfatear buscando por más.

Sus ojos lo guiaron hacía un chico, un Omega bajito de cabellos castaños y melosos labios que se dirigía a su mesa.

Por alguna razón se sintió nervioso, entonces aquel Omega habló y por un segundo, Taehyung se sintió en los cielos.

-Buenas tardes ¿qué desea ordenar?- Jimin sonrió igual de apenado, sus deditos temblando aferrándose al lapicero.

Sin ser conscientes, el olor a café desapareció, y en su lugar una nube de chocolate caliente y malvaviscos lo inundó.

Taehyung nunca imaginó que las cosas que más odiaba serían lo que lo llevaría a encontrar al amor de su vida.

Y su alfa, su alfa amaba los malvaviscos.

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