Aromas en el aire.

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El principe Taehyung estaba muy contento de lo que había logrado. Sintió que lo había hecho con muy poco o casi nada de esfuerzo y aún así, con ese poco esfuerzo se había librado de los dos príncipes herederos y solo quedaba Yeji. De los demás sería más sencillo, eran omegas y podría tomar a alguno como compañero o compañera de por vida.

Sentado en el frío trono cubierto con pieles, observaba a la gente correr de un lado a otro y a unos más descansando dulcemente. Para algunos la guerra es estar al frente de batalla y para otros realizar jugadas con las vidas de afuera en la comodidad de un recinto tan acogedor como un castillo.

Las reuniones culturales o festivales culturales habrían sido una excelente manera de matar la alegría y traer miedo en medio de una celebración que demuestra todo lo contrario, pero aquello era mejor. Le resultaba más placentero.

El príncipe comenzaba a salivar al pensar en ello, incluso su saliva la sentía dulce en la boca, algo asqueroso, repugnante, estrepitoso y alarmante para cualquier persona normal dentro o fuera de Fastravia.

Pero aún no se siente bien como esperaba sentirse con los dos príncipes fuera del camino.

Pudo darle rienda suelta al sentimiento y quemar todo a su paso, sin embargo no era el tiempo de sucumbir a los deseos de su corazón que por mucho que él deseara que no lo fuera, seguía siendo humano.

Era aquello a lo que aspiraba, a aquello que Han Jisung logró llegar con tan poco tiempo. Pero llegar a ese estado medio, a ese limbo, ameritaba un esfuerzo mayor que dejar correr un leve sentimiento, un pobre deseo. Necesitaba de algo tan fuerte, tan primitivo, tan animal para de verdad despertar ese instinto reprimido en su interior. Una caída mayor que uno mismo, un sentimiento exhuberante en comparación a cualquier otro.

— Su real eminencia— hablo un alfa guerrero, el ministro de guerra con sus cabellos negros echados hacia atrás, vestido con pieles blancas acomodadas cómo un par de alas que cubrían parte de su pecho y traje color beige, portando la insignia de su tierra encima de las blancas pieles. — Hemos recibido los informes del exterior y nuestro enlace confirma que hemos tomado Ponzodia por completo.

— ¿Qué hay de Dendraia y las bases rebeldes?— preguntó acomodando su cuerpo en el trono.

— Estamos avanzando señor, pero no podemos tocar tierras Pluvilanicas, los rebeldes merodean esas zonas y es imposible acercarse por allí. Los omegas y…

El príncipe Taehyung le interrumpió, no sabía nada de la migración de omegas, aunque varios de sus caballeros y espadachines estuvieran ya en territorio neutro buscando dañar a la menor cantidad de inocentes.

— ¿De que omegas hablas? ¿Hay algo que no hayan estado diciendo o que no me haya enterado? Por qué si es así, me encantaría saberlo de inmediato—

— Bueno señor, hay omegas combatiendo y acompañando a las bases de resistencia. Nos hacen trampa, pero estamos trabajando ahora mismo para manejar mejor la situación.

El príncipe por motivos intuitivos adivinó que el hombre no mentía del todo, por ende tampoco decía toda la verdad.
Se limitó a sonreír dejando claro al ministro Hoseok que sabía del eclipse a la verdad absoluta causandole un enorme temor al alfa. Esa clase temor de no lograr el objetivo, no tanto por saberse descubierto o arrepentido, ya que por mucho que Taehyung fuera su príncipe, Hoseok sentía la necesidad de preservar la vida de la mayor cantidad de personas a costa de la suya o de otras cuantas que participaban en el ajedrez del príncipe.

—De acuerdo —dijo de forma definitiva— Entonces trabajen en ello, me pasaré más tarde por las caballerizas.

— Si no es indiscreción preguntar, me gustaría saber a quién irá a visitar.

ᴇʟ ʜᴏᴍʙʀᴇ Qᴜᴇ ᴘʀᴏᴠᴇɴÍᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀ [ᴍiɴʙiɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora