Capítulo 22: El entrenamiento comenzó

329 29 118
                                    


Ciudad Pálida: el lugar donde le recordaron de manera cruel que el exceso de confianza en alguien podría condenarte.

Todo estaba oscuro y el alrededor era cubierto por las gotas de lluvia que caían del cielo nublado a la ciudad, mojando las calles y los edificios, mientras que estos últimos se encorvaban sobre si mismos.

En las calles, habían varios espectadores que se encontraban viendo una televisión, buscando una o, simplemente, muertos sobre el asfalto tras haberse lanzado de un lugar alto.

Mientras que todo eso sucedía, en una calle en específica, Mono caminaba empapado hacia el centro de la ciudad para poder llegar al origen de todo mal de esta zona.

Sus pasos eran firmes y confiados, como si no fuera la misma persona que cuando llegó aquí por primera vez, y es que no lo era.

Después de lo que le pasó en su aventura, sabía que ya no le servía ser el mismo que fue antes. Si quería tener su supervivencia asegurada, tenía que cambiar, dejar de confiar a ciegas en cualquier persona sólo por tener el mismo deseo de sobrevivir; dejar de fingir que era un niño normal y aceptar que no lo era; dejar de esconder sus poderes y usarlos para mantener su vida a salvo.

Mono tenía su mirada en la Torre de Señales que se alzaba por encima de todo, estaba cerca. Había usado un televisor para acercarse, pero no fue directo allí porque no quería ir tan rápido.

Aunque iba seguro, no sabía qué era lo que iba a decirle. Lo único que sabía, era que no lo iba a matar, eso lo había dejado bien en claro; ya que, cuando pudo hacerlo, no lo hizo, sólo dijo que no se metiera en sus asuntos.

Pensó en sólo concentrarse en llegar hasta la Torre, ya se le ocurriría que decirle, o eso espera.

Una hora después...

Mono estaba quieto mirando hacia el frente, ahí estaba. A tan sólo unos pasos, se encontraba la entrada de la Torre de Señales.

La lluvia golpeaba sobre su cuerpo y su bolsa de papel que, por suerte, era resistente al agua.

Su mano derecha había comenzado a temblar, así que, rápidamente, se la sostuvo con la izquierda.

Levantó un poco su bolsa para respirar hondo un par de veces para calmarse. No importa que él no sea el mismo que cuando llegó aquí por primera vez, porque la Torre si es la misma que cuando lo encerró, y, si se lo proponía, podía volver a encerrarlo.

Cuando pudo calmarse y estaba a punto de caminar, Mono se dio la vuelta para mirar a un edificio que estaba bastante lejos. Por alguna razón, sintió que alguien lo estaba observando.

Sacudió la cabeza, pensando que, tal vez, fue su imaginación y comenzó a caminar hacia la entrada mientras se frotaba su mano derecha. Aún le dolía debido al golpe que le dio al candado, pero podía soportarlo.

Una vez frente a la entrada, Mono acercó su mano hacia esta, pero, antes de tocarla, las puertas se abrieron solas de par en par, como si se le estuviera dando la bienvenida.

La Torre estaba al tanto de su presencia.

El chico se estremeció un poco con eso mientras veía el pasillo oscuro con la puerta que tenía un ojo al final, acaba de tener un feo déjà vu.

Dudó un poco en si entrar o no, pero se armó de valor y cruzó la puerta mientras que, al hacerlo, esta se cerró detrás de él.

Mono veía el pasillo oscuro en el que ahora estaba, parecía que estaba reviviendo su aventura de hace mucho, pero se quitó eso de la cabeza y se concentró en la puerta con el ojo al final del pasillo.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora