Es curioso saber que lo imposible puede ser posible. Yo no creía en varias cosas como la reencarnación, era algo ilógico y estúpido, pero bueno, cada quien tiene sus creencias. Sinceramente nunca pensé renacer en un mundo como lo es Kimetsu no Yaiba...
Me sentí incómodo. Mis palabras no salían, sabía que Makomo me iba a decir "te lo dije, idiota". Tomé un pequeño suspiro y la mire un poco más serio. Ella me miro con los ojos entrecerrados, me conoce tan bien que sabía cuándo estaba nervioso y cuando estaba a punto de decir algo que no le iba a gustar. Reí nervioso y mire a otro lado mientras me rascaba la cabeza, el sudor frío de mi cara me delató. Makomo suspiro fastidiada, se cruzó de brazos y me miro con una cara de: "Ya dilo de una vez".
-Este... Verás... Tengo que pedirte un favor importante...- eso lo dijo casi en un susurró, sin embargo Makomo lo escucho perfectamente.
-¿Y cuál sería?- pregunto Makomo con "amabilidad", su cara demostraba que ya se quería ir.
-Ehh...- su voz empezó a tartamudear -Q-Quiero que cuides a mi prometida que está embarazada- dijo Haruka sin ver a los ojos a Makomo, está última se le fue el aire por la impresión.
-¿Hablas en serio?- Makomo aún no creía en las palabras de Haruka.
-Si-
-¡¿Desde cuando?!- pregunto más enojada.
-Hace un mes...- respondió bajando la cabeza, no quería verla a los ojos.
-No puedo creerlo...- se agarró la cabeza -(Esa mujer que me recibió... ¿Era su prometida? Pero parece una prostituta... Claro, Haruka-san es así, no dudo que la haya salvado de un demonio o la compro para sacarla del Distrito rojo)- pensó Makomo con una notable furia en sus ojos -Realmente no se si golpearte, decir "te lo dije" o felicitarte por la noticia-
-Felicitarme, supongo- dijo Haruka sonriendo nervioso. Makomo lo miro con ojos asesinos por intentar hacerse el gracioso.
-¡Debería golpearte! ¡¿Cómo se te ocurre ser padre a los quince años?! ¡¿Acaso no pensaste un poco antes de actuar?! Y dicen que eres el Pilar más fuerte de todos... Yo solo se que eres el Pilar más pendejo- se recargo en una pared -Pensé que arreglaríamos los problemas que tuvimos... Incluso me traje esto para dártelo- lanzaría un pedazo de tela con algo adentro.
-Estos son...- agarro el pedazo de tela y miro que tenía -¡Los aretes de papá!-
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-Me los dio la última vez que fui a visitarlos. Me dijo que te los diera para que siempre los tengas en la mente- dijo aún recargada, estaba procesando toda la información y pensando que hacer.
-Gracias...- agachó su cabeza -Se que soy un idiota, no lo niego, y que no te agrado por lo que pasó aquella vez en nuestra primera misión. Yo tenía mis motivos personales y por eso no mate al demonio. Se que va a sonar raro, y más al saber que estoy comprometido con alguien, pero... No quiero que te alejes de mi. Ambos nos criamos casi al mismo tiempo, eres parte esencial de mi familia, eres especial para mí, Makomo- Haruka tomó las manos de la chica, a está última le apareció un pequeño tiene rojo en sus mejillas.
