Capítulo 25 "Si me callas, gritaré"

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Todos habían logrado llegar a la guarida de nuevo. Todos excepto Nacho, Alai, Valeria, Tefi, Teo y los teen. Estaban molestos, una parte de ellos esperaba que algo saliera mal, pero no que todo saliera mal. No se imaginaban que iba a ser Simón el que los iba a reprimir.

-¿Qué carajo pasó?-Preguntó Jhonny entrando a la guarida, seguido por todos los demás.

-Saimon pasó.-Respondió Luca. -El turro llegó a reprimir y les fue chiflando el moño a los demás como en un dominó.

-Ese va a cobrar.-Dijo Torito.

-Ahora los chicos quedaron adentro y la jefa está manipulando a Simón como manipuló al resto.-Dijjo Jhonny. -Antes de pensar en volver a entrar para despertar a la urbe, hay que pensar en como hacer reaccionar a los chicos.

-Necesitamos ir a rescatar a Amado.-Dijo Melody sollozando inconsolable. Torito la abrazó y trataba de calmarla acariciándole el pelo.

-No me detengas más, papá. Yo la perdí, yo iré por ella.-Nina discutía con Cristóbal preocupada porque Alai había quedado del otro lado del muro, y Cristóbal le seguía repitiendo que ya la iban a rescatar, pero que no podían mandarse así nada más.

-De verdad creía que estando acá con nosotros estaban mejorando.-Sollozó Kika.

-Es más complicado que eso.-Dijo el profesor, causando que todos lo miraran. -Y no es Luz la que está manipulando a Simón. Me parece que es momento de una explicación. -Cristóbal miró al profesor y este asintió. Era hora de que supieran la verdad.

Los chicos comenzaron a dudar del profesor y de su misterio. Todos comenzaron a gritarle que hablara, mientras que Cristóbal trataba de calmarlos. Lo que ninguno de ellos sabía era que el profesor era inmune a los gritos de todos. Siendo Thiago Bedoya Agüero del futuro ya había tenido mil encuentros parecidos y sabía como eran sus amigos. Con el tiempo había aprendido a mantenerse firme ante ellos sin importar nada. Claro, salvo cuando ella insiste. 

El profesor no sabía por donde empezar, había tanto que les tenía que decir y no sabía si el tiempo era suficiente. Todo había comenzado cuando tuvo un déjà vu, ahí se dio cuenta de que el mundo estaba cambiando y que su mejor amigo, Simón, ahora convertido en Jay, estaba cambiando el mundo. Desde ese día había estado viajado en el tiempo siguiendo a Jay y anotando sus cambios para estar consciente de lo que estaba haciendo. Ahora pensaba que la mejor manera para aliviar la angustia de los chicos era que supieran todo.

-¿Vas a hablar?-Preguntó Lleca. -Porque yo tengo esta ensalada en la cabeza y la verdad quisiera un par de respuestas.

-Tranquilo Llequita. Vamos a hablar de lo que ha estado haciendo la corporación-Propuso el profesor, mientras se sentaba enfrente de todos los chicos que se habían acomodado listos para escuchar. -A la gente de la urbe les hicieron un proceso llamado reseteo, que consiste en eliminar los recuerdos de una persona cambiándoles la identidad. A la mayoría de esta gente les hicieron creer que los que están acá afuera son salvajes asesinos y no recuerdan nada de lo ocurrido antes de las explosiones. Todo esto para crear esta guerra entre él afuera y él adentro.

-Buenísimo, pero eso no fue lo que le hicieron a los chicos. ¿Podés ir al grano?-Le gritó Luca, frustrado.

-Pará un poco Luca.-Dijo Melody aun llorando. -Si no dejás de interrumpir al profe, jamás va a terminar de contar.-Luca le pidió perdón y se acercó a ella para brindarle un abrazo y un poco de consuelo.

-Lo que les hicieron a los chicos fue algo muy distinto y para motivos muy diferentes.-Explicó el profesor. -Los chicos fueron sometidos a un trauma psicológico. Un tipo de condicionamiento a través del miedo. Los recuerdos se sacan a la luz, se alteran por medio de alguna tortura y luego se vuelven a guardar modificados. -El profesor notó que no todos lo estaban siguiendo, así que decidió ser más claro. -Imaginá Kika que te pido que recuerdes algo que viviste con Rama, ya sea por voluntad propia o porque te obligo, y mientras tenés fresca la experiencia, te doy un choque eléctrico. No lo suficientemente fuerte como para matarte, pero si lo suficiente para llenar ese recuerdo de dolor, miedo y duda. Y eso es lo que tu cerebro guarda.

Hay otra historia escrita para no pensar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora