CAPÍTULO 3

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Todo era tan raro, quería hablarle pero ella solamente me mostraba una pared que era imposible de cruzar, fría y despota.

Al final yo era el culpable de todo, sentía dolor en mi pecho por tanta culpa que sentía después de todo lo que le hice a Aranda.

DÍAS DESPUÉS

Los días pasaron y yo solamente podía insistir para poder hablar con xiang, pero ella solo me evitaba, gritaba o a veces me agredía físicamente, pero no me daba por vencido quería hablar, solucionar nuestros problemas pero ella no quería.

Otro día más en el campus y como siempre a las 8:04 veía a Xiang en la entrada comprando su jugo de naranja habitual, le gritó pero ella solamente me ignora, camine rápidamente y toque de su hombro.

— Xiang, por favor dejame hablarte —hable sintiendo un golpe en las palmas de mis manos.

—Déjame en paz Roux, no quiero hablarte— me respondió con una mirada fría.

—¿Pero porqué? ¿Por qué no quieres que te hable? ¿porque me evades?—la invadi de preguntas siguiendo sus pasos

— Es que—habló—¿porqué no entiendes? Dejame de perseguir, deja que pueda vivir en paz, solo eso te pido ¡por favor!

—No puedo xiang, necesito hablarte, necesito aclarar las cosas; dejame hablarte—suspire

—No quiero, no vez que sufro cada día que te veo, me hace recordar aquella tragedia, aquél accidente — me habló casi llorando, lo admito es tan sentimental

— Pero si todo quedó claro, fue un accidente tu no tuviste la culpa.

—Todo fue mi culpa, la muerte de tu madre y la de mi padre todo por mi torpeza, soy una asesina, soy una inútil

Ella volvió a colapsar y a medida todos nos quedaron viendo, cómo pude cargue a xiang y entramos a un aula vacía, la trate de calmar pero era demasiado tarde, sus manos temblaban y tenía muchos espasmos. ¡Que terrible!

— Xiang déjame ayudarte, si me cuentas lo que paso con tu padre yo te podré ayudarte— quizás lo vean mal pero debo aprovechar cualquier oportunidad para saber lo que pasó, pero

—Sólo era una niña, tenia 7 años de edad, era una tarde muy esplendorosa y muy cálida— dió una sonrisa pero está se nublo casi enseguida— estaba con mi padre en argentina en mi hogar anterior.

Sus palabras se empezaron a pronunciar de la nada, eso me asombro ella por fin me estaba hablando, pero escuche silenciosamente mientras tomaba sus manos.

RECUERDO (Años atrás)

—Papi, cuéntame otro cuento ¿Sí? — dije con dulzura y la inocencia de niñez

—Hija mía ya es hora de la cena, después se nos hace tarde y tú madre se pondrá muy preocupada si no bajamos— me respondió mi padre muy dulce mientras me cargaba en sus brazos.

Ese día cominos en familia, mi madre estába feliz al igual que mi padre al fin podían abrir su panadería apreciada, la que mi padre soñó por años y se iba hacer realidad, solo faltaba mudarnos a París/Francia.

—Papi ¿podemos comer un helado? — le hable a mi padre esperando con entusiasmo su respuesta, ya que los helados eran mi dulce favorito.

—Si cariño, vamos—habló con su sonrisa en labios— ¿nos acompañas Mei?

—No mis amores, me quedare arreglando unos pendientes ustedes vallan y diviertanse— nos dijo mientras acariciaba mis mejillas y me daba un beso en la mejilla a mi padre.

Amnesia: Todo se olvidó. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora