📖CIENTO CUARENTA Y OCHO📖

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P. O. V. KAI:

En unos pocos minutos Asher me contó lo sucedido en su reunión con la RG y de como Grinberryall había cumplido su palabra de no decir nada sobre nosotros (de hecho hizo un poco más).

-De haber sabido que lo conocían, habría aprovechado para que interviniera más, capaz que con sus comentarios los dejaban fuera de la mira de nuevo. - se lamento Asher luego de unir piezas.

-Pues realmente no puedo decir que lo conozco. - confesé pensativo. - Pero estuvo bien así, su comentario fue preciso y tu reacción demasiado real como para que tu jefe no sospechar a nada.

-Si, pero no olvides que tengo que pasar reporte de ustedes, igual sospechara mi jefe. ¿Tienen alguna coartada?

Lo pense. No podíamos decir que estábamos dentro del Archivo de la Reina, puesto que la pelea fue a pocos metros de ahí; tampoco podíamos decir que estábamos aquí en la casa de mi padre, porque nadie nos creería; Grinberryall no podía ser nuestra coartada porque eso lo afectaría... Lo único que quedaba, era...

-Diles la verdad.

-¿Qué? ¿Perdiste la cabeza? - se alteró Asher.

-No, solo piénsalo. - le pedí pacientemente. - Tus compañeros y Dymytrie nos vieron, eso no se puede cambiar, así que debemos confesar que ellos nos atacaron primero, nos tenían en desventaja de número y de fuerza. Nosotros sí los golpeamos como defensa...

-Claro, porque la defensa propia justifica el asesinato, Kai.

Odiaba esa palabra. Asesinato. Era algo repulsivo.

-No, simplemente di que nos dejaron mal a nosotros y después de darles unos golpes perdimos el conocimiento sin saber que alguien llegó a rescatarnos.

Asher me miro cauteloso. No era una total mentira. Realmente había estado inconsciente y alguien nos había salvado, lamentablemente no al mismo tiempo, pero similar.

-Tiene sentido, pero no bastará para dejar tranquilo a Dymytrie, él lo vio todo y lo recuerda. - me recordó Asher.

-Pero haz dicho que algunos ponen en duda su palabra, seguramente pensaran que tanto golpe lo hizo alucinar con que fuimos nosotros.

-Bien, bien, lo intentaré... - acepto finalmente. - Así que pasando a otros temas... Gracias por darle una paliza a Dymytrie, casi me río cuando me contaron.

Y efectivamente soltó una carcajada. No me causaba gracia, aún podía escuchar su grito de dolor cuando le quebraba las costillas con varias patadas.

-A todo esto, ¿Cómo lo lograron? - pregunto sacándome de mis recuerdos.

-Aún no lo entiendo... - confesé.

-Con el poder Ackerman. - respondió Kikyō desde el pasillo.

-Tenía mis sospechas, ya que lo mencionas... - le comento Asher pensativo. Luego sonrió y añadió: - ¿Todo bien? Lamento lo de Dymytrie...

Kikyō negó con la cabeza y se sentó con nosotros.

-No hay problema, sabíamos que era un riesgo probable y ciertamente no tienes la culpa de las tonterías del otro. - aceptó mi amiga encogiendose de hombros. - Además, estamos bien, gracias a Kai y Carla.

-Si... Conque Ackerman... - añadió Asher y soltó una pequeña carcajada. - Bueno, eso ha explicado muchas cosas: su talento para luchar, su temperamento, el como conocían la ciudad, su interés por esta casa, todo en realidad... Aunque, creí que el poder Ackerman se había ido junto con los titanes.

-Se supone que eso debía suceder - confirmo Kikyō. -, quizá fue solo cosa de suerte o realmente el poder no está ligado a los titanes.

-Momento. - interviene sin entender nada. - ¿Cómo saben de ese poder? ¿Por qué yo no se nada? ¿Qué es en todo caso ?

Asher me miro incrédulo, hasta abrió un poco la boca por la sorpresa.

-Me estás diciendo que tu padre es el gran Levi Ackerman, pero no sabes que es el poder que lleva su nombre, ¿seguro que conoces a tu familia? - me reprochó el subterráneo.

Chasquee la lengua. Asher estaba perdido, pero no podía culparlo, hasta ahora no le había dicho que era lo que nos había traído aquí, quizá era el momento de contarlo.

-El Poder Ackerman era una especie de contrato que tenía la familia con la realiza... - comenzó a explicar Kikyō. - Según mi madre, los Ackerman habían sido los guardias más fieles de la familia real, esto gracias a este poder que les confería un gran nivel de fuerza y resistencia, además de ciertas habilidades de combate que casi nadie ha podido igualar nunca. Cuando la familia Real cayó, no físicamente sino que se distorsióno su ideología, los Ackerman fueron los primeros en estar en contra, lo que hizo que se les declarará enemigos del reino y fueran cazados hasta su casi extinción.

-Ahora, la leyenda Subterránea, cuenta que los Ackerman, o algunos de ellos, llegaron aquí. Ya haz oído sobre Kenny “el destripador”, fue el Ackerman más famoso antes de que llegara Levi y Mikasa. - añadió Asher emocionado por el hecho. - Pero, ¿cómo no sabes sobre el poder de tu padre? ¿Nunca te lo menciono?

Volví a chasquear la lengua disgustado. Me levante y camine hacia la puerta de la casa, para abrirla y así salir a tomar un poco de aire. Necesitaba aclarar mis pensamientos.

-Kai. - me llamó Kikyō antes de que saliera. - No vayas lejos.

Tenía mi mano en el picaporte de la puerta. La mire por encima de mi hombro:

-No me digas que hacer. - respondí con la poca delicadeza que aun podía conservar.

Abrí y puse el primer pie fuera de la casa.

-No te vas a ir lejos, ¿entiendes? - me repitió con más firmeza.

Me tense al instante.

-Si... - acepte tras luchar con no darle la razón.

Salí de la casa completamente y cerré dando un portazo. Baje las escaleras corriendo, me sentía asfixiado, una presión inmensa caía sobre mi y no podía hacer nada para liberarme de ella. Comencé a correr hasta que perdí de vista la casa de mi padre, ni siquiera el mohoso aire subterráneo me liberaba de la sensación, de hecho la empeoraba conforme me alejaba.

De un modo u otro, terminé en un callejón completamente oscuro, tanto que parecía que la noche te estaba comiendo. Me hice un ovillo en el suelo y traté de regular mi respiración, repitiendome constantemente quien era yo, como pudiera olvidarlo en cualquier momento, como si al decirlo pudiera despertar de esta pesadilla...

Soy Kai Ackerman, mis padres son Levi Ackerman y Ami Arai, vivimos a las afueras de la capital y de Ehrmich.

Hace una semanas me escape de casa y ahora estoy en la ciudad Subterránea, buscando respuestas.

Mate a varias personas para sobrevivir.

Por mis venas corre la sangre de guerreros con un poder especial que los ha protegido por generaciones.

Mate a varias personas con ese poder.

Mis padres nunca lo mencionaron, ni eso ni nada.

Y ahora mate a varias personas por esa ignorancia.

Soy el hijo de dos asesinos.

Soy un asesino.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora