E X T R A

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Al abrir sus ojos se sintió muy desorientado.

¿Así es como se veía la vida después de la muerte? ¿Cómo él maldito hospital de San Mungo? Muy jodido y nada original, debe admitir. Se suponía que ya estaba muerto, entonces, ¿porque carajos sentía que su cuerpo dolía y ardía en demasía?

Nada de esto era lo que le dijeron que pasaría si moría, se sentía estafado.

Quiso moverse, quería hacerlo de verdad, pero un peso sobre su brazo izquierdo y otro sobre su pierna derecha se lo impedía. Soltó un suspiro y gruño, ni muerto lo dejaban en paz.

Y al parecer eso basto para que las personas o seres, no lo tiene claro, se movieron dando indicios de que comenzaban a despertar. Eran un par de cabezas que se le hacían bastante conocidas, pero se sentía tan mareado y confundido que no pudo conectar bien sus ideas.

Se siente agotado, quiere volver a dormir, espera que la muerte le permita hacerlo antes de que le dé la breve introducción de como funciona la vida después de la muerte, o algo por el estilo, se siente como un loco pensando en eso, pero estaba muerto, era comprensible pensar de esa manera, ¿verdad?

— ... ¿escucharme? — Alguien le llamaba, su voz se le hacía conocida, pero, podía ser un truco de parte de la muerte como una forma para que estuviera tranquilo, creía. — Regulus, ¿puedes escucharme?

Asintió a la pregunta, no quería hablar, ojalá la muerte fuera generosa y le dejará descansar eternamente, ya hizo mucho en vida como para que no lo dejen descansar.

— ...us, quédate con él, yo iré por el medimago y avisaré al resto. — Escucho al segundo abandonar la habitación.

Tenía los ojos cerrados, por lo solo escucho el silencio que hubo después, escuchó una silla moverse, y un delicado sollozó, uno doloroso, se sintió mal pero también se sintió bien por aquello, es como si alguien se preocupará por él, y eso era extraño.

— Tú. — comenzó. — Tú, maldito hijo de perra... — su voz se rompió, y Regulus de verdad sintió que lo iban a regañar por morir, bastante irónico. — ¿Cómo es que se te ocurrió tremenda y completa estupidez? ¿Qué pasó por tu maldita cabeza como para no pensar en las malditas consecuencias de tus actos? — fue casi un susurro, noto el enfado, pero el alivio de la persona, ser, lo que sea que fuera. — No me vuelvas a hacer eso, Regulus, te juro que si me vuelves a hacer esto... No podré soportarlo. — Y el llanto se intensificó.

Sufrían por él.

Se sintió tan irreal que casi no lo creyó.

Decidió abrir los ojos, quería ver quién era capaz de sufrir por él, quién se sentiría tan devastado de su muerte.

Se sorprendió, no lo negará, ¿que no estaba muerto? Entonces, ¿por qué Sirius, su hermano, estaba frente a él?

— ¿Siriud? — si no fuera por el silencio de la habitación, su voz no sería audible para nadie. El mencionado alzó la mirada y limpio sus lágrimas.

— Maldito... — Alivio, notable alivio en su voz. — ¿Estás bien?

— Sirius... ¿Por qué estás aquí? ¿Eres... una ilusión o algo? — De verdad se sentía muy confundido. — Sirius, ¿qué esta pasando? — Regulus juraría que está por llorar del estrés y confusión de su mente.

La habitación estaba en silencio, Kreacher había llegado y dejado la grabación en manos de Sirius, quien al verlo tan agitado y asustado, algo que era completamente extraño, pues el elfo usualmente era indiferente con todos, excepto con Regulus

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La habitación estaba en silencio, Kreacher había llegado y dejado la grabación en manos de Sirius, quien al verlo tan agitado y asustado, algo que era completamente extraño, pues el elfo usualmente era indiferente con todos, excepto con Regulus.

— Kreacher, ¿qué pasa con Regulus? — Sirius fue directo, podrá haberse distanciado con su hermano, mortífago o no, era su hermanito.

El elfo quedó congelado, volteo a ver al Black mayor, podía desobedecer a su joven amo, se castigaría más tarde, sufriría si, pero el joven amo podría vivir.

— El pequeño amo está... Amo Sirius, Kreacher no puede decir más que tienen que ver la grabación, Kreacher puede llevar al amo Sirius con el pequeño amo Regulus. Aunque Kreacher será castigado después. — y sin pensarlo tomo la mano que el viejo elfo ofreció, desapareciendo después de darle la grabación a Remus que estaba con él en la habitación.

Y con el casi silencioso sonido de desaparición, Kreacher y Sirius desaparecieron.

Remus observo el reloj que había en la pared, y suspiro, se sentía bastante ansioso, tenía media hora que Sirius y el elfo se habían ido y no sabía que hacer, ya había llamado a sus amigos quienes estaban con él

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Remus observo el reloj que había en la pared, y suspiro, se sentía bastante ansioso, tenía media hora que Sirius y el elfo se habían ido y no sabía que hacer, ya había llamado a sus amigos quienes estaban con él.

Tenía la grabación en sus manos, quería verla, quería saber que había pasado con Regulus, su mente está llena de recuerdos y no sabe cómo no se dió cuenta cuando Regulus decidió formar parte de los mortifagos.

Sentía que había fallado como amigo del menor.

El hombre lobo estaba por llorar de la impotencia, había fallado una vez más, no se lo perdonaría nunca. Si tan solo él...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el patronus que apareció frente a él, era de Sirius.

— Moony, encontramos a Reg, estamos en San Mungo, trae a Jamie, A Pite, a Lily, a Sev, ¡YA! — al finalizar el mensaje el cuervo desapareció.

Sin perder tiempo Remus fue por los anteriormente mencionados.

Sintió un profundo alivio y prometió mentalmente no volver a fallar, a ninguno de ellos .

Sintió un profundo alivio y prometió mentalmente no volver a fallar, a ninguno de ellos

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