Ultimo verano escolar

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Luego de tres años, los chicos ya tenían 17 años y ahora estaban por pasar a la universidad.

Los chicos se encontraban saliendo de clases, ya que habían empezado sus últimas vacaciones escolares.

Todos salieron del salón al pasillo de la escuela, por el pasillo que habían caminado durante años al salir de vacaciones, de la escuela, incluso al entrar.

—Me sorprende que Richie haya pasado los exámenes con buenas calificaciones —dijo Eddie.

—Entonces hablas por todos.

—Oigan, yo también tengo mi lado inteligente. No siempre seré el tonto ¿saben? Soy diferente a mi yo interno.

—Claro que lo sabemos, hermano —dijo Jenny entre risas.

Todos salieron de la escuela e igual que siempre, tiraron el interior de sus mochilas al basurero.

—Stan tenía razón, es una de las mejores sensaciones cuando tiras todo a la basura. ¿Para que alguien lo guardaría? No es necesario.

—¿Que piensan hacer hoy a la tarde? —preguntó Ben

—Yo iré a la casa de Bill, veremos una película.

—Voy contigo —dijo Richie.

—No vas a ir conmigo, es una cita.

—¿En serio? ¿Así pasarás la tarde?

—Lo dice el que planeaba pasar todo el verano en los videojuegos.

—Eso es más divertido que tener citas con alguien.

—Pues cada uno piensa a su modo.

—Ya dejen de p-pelear y continuemos con la conversación.

—Yo pasaré la tarde en la biblioteca —dijo Ben.

—¿Por que te gusta ir a la biblioteca? Es más aburrido que ir por obligación.

—Como dijo Jenny, cada uno piensa a su modo. Y yo pensé en ir a la biblioteca.

—Yo creo que me quedaré en casa, tengo cosas pendientes que hacer con mi padre.

—Creo que yo me tendré que quedar en casa, hoy comí algo en el desayuno que no me hizo bien, y le dijeron a mi mamá. Puede que mañana tampoco los pueda ver.

—Pero mañana iremos a la c-c-cantera.

—Eddie, tendrás que convencer a tu madre de que te deje salir mañana.

—Veré que hacer.

Los chicos se montaron en sus bicicletas y se fueron todos a distintas direcciones, menos, los hermanos Tozier y Billy.

—Iré a buscar una chaqueta a casa, nos vemos en tu casa.

—Está b-bien.

Jenny, junto a su hermano, fueron a casa y no pasaron ni dos minutos y Jenny ya estaba montándose en su bicicleta para ir a casa de Billy.

Cuando llegó a su casa, (aún se veía el sol) Bill, la estaba esperando en el garage, ya que ahí verían la película.

—Este lugar me trae recuerdos malos —refiriéndose a lo ocurrido con las diapositivas y el payaso.

—Si quieres, p-podemos ver la película en otro l-l-lado.

—No es necesario. Esa cosa ya se fue, y si vuelve será en mucho tiempo.

—¿Segura?

—Si, no te preocupes. No pasará nada si estamos juntos —dijo la chica seguido de un beso corto—. Bien, a ver la película, traje bocadillos.

Hay que ser valientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora