—Has elegido al peor traductor de la historia— Le digo a Liedna —¿por qué crees que voy a saber qué son esas criaturas que pululan por tu mundo?
—Vas a acabar descubriendo que eso no es cierto, conozco mi mundo pero no os conozco a vosotros —dice pensativa— Muy bien, pregunta lo que quieras saber. Si puedo te lo explico.
Como ni ella ni yo tenemos ningún lugar concreto al que ir he decidido que seguiría el hilo rojo a ver hasta dónde me lleva. Aún no hemos salido del bosque, aunque de vez en cuando cruzamos algún claro que otro. Han aparecido algunas criaturas raras pero han huido al vernos. La más llamativa ha sido una especie de moco lila con brazos y boca grande. Su halo era el naranja. Suerte que también ha huido.
—Cuando dices que las horneadas traen cambios, ¿A qué te refieres exactamente?
Liedna se queda pensando y luego contesta. —Digamos que nuestra historia es muy larga pero sabemos muy poco. Cada vez que han habido horneadas nos hemos retirado hasta que finalizaran. ¡Es la primera vez que voy a vivir una!. Los más viejos vivieron la primera y guardan un recuerdo tan horrible que nunca más hemos vuelto a exponernos.
—En cada horneada —sigue explicando— Aparece una nueva ola de criaturas y monstruos. Está muy relacionado con los seres que llegáis desde lo que dices que son las puertas. Nosotros solo salimos cuando ya quedan muy pocos humanos y nos encargamos de la limpieza. O por lo menos de deshacernos de las criaturas más peligrosas.
—¿Criaturas como cuales?
—La última vez que salí a limpiar fue hace unos siglos y la criatura más difícil de suprimir fue un dragón negro que se instaló en la montaña del volcán, no le afectaban las magias comunes. Necesitamos todo el ingenio y poder de los más antiguos para derrotarlo. Creo que ese dragón aniquiló él solo a toda la horneada. Nos costó mucho reducirlo.
—En una horneada aparecen todo tipo de seres. —continúa— Desde serpientes de tres cabezas hasta mariposas brillantes, goblins, enanos, duendes, otras especies de elfos, sirenas, gigantes... No solo eso, también aparecen islas fantasmas y barcos hundidos, aparecen cuevas y escaleras estrechas que suben hacia el cielo. De hecho mira allí. —Señala a lo lejos una zona de niebla muy espesa en la que hay unas islas que flotan— ¡ves! eso antes no estaba.
—Me queda claro que este no es mi mundo...— Me da cierta vergüenza mi frase y para disimularla sigo preguntando —¿Porqué lo relacionas con el hecho de que lleguemos nosotros?
Me mira durante un rato. —Está relacionado. Este mundo lleva 5 siglos igual. Aparecéis y ya hay bichos raros, islas en el cielo, frutas raras...— Me señala una especie de piña morada con círculos —Si no está relacionado con vuestra llegada entonces soy un duende.
—¿Y no podría ser que nosotros seamos simplemente un bicho más? No sé si me entiendes. Que la horneada traiga consigo a estas cosas de cada uno de sus mundos y a la vez nos traiga a nosotros. Puede que tengas mal puesto el enfoque.
—Si fuese así no necesitaría un traductor— Me mira con una expresión que me aterra, luego sonríe —Mira, de todas las criaturas que he nombrado la más temible y la que más ha puesto en peligro a mi pueblo ha sido la tuya.
Seguimos en la zona boscosa, me sorprende la cantidad de animales que vemos. Algunos los conozco y otros no. Hay algunos brillantes y unos pocos casi transparentes.
Andando un poco más nos encontramos a un chico que está descansando a los pies de un castaño inmenso. Cuando se lo señalo a Liedna ella se queda petrificada. Me cuesta mucho convencerla de que me acompañe. Al final cede y me sigue con mucha precaución.
Es un chico castaño, altura normal. Va vestido con ropa deportiva. Me temo que habrá que hacer algo con la ropa, dudo que la mía aguante mucho por estos bosques... El chico tiene encima un halo azul. Me sorprende ver eso también en las personas. Pensaba que solo era en las otras razas y animales.
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La Puerta Dorada
Fantasy"Todas las puertas son opacas y no siempre sabemos qué hay al otro lado" Fausto va a tener que aprender a vivir en un mundo en el que todo lo imaginado es real y todo lo deseado, posible. Un mundo lleno de puertas cerradas de distintos colores. Libr...