¡Mafia Babyls!

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Sazuki Dalkira o mejor conoció como El rey del Inframundo. Era un hombre que gobernaba en el bajo mundo, un hombre que se le conoce que es muy despiadado a sus víctimas.
Un hombre de sangre fría, era un hombre solitario, cosas que hacía temblar a sus enemigos y aquellos que escuchaban tan solo su nombre.

Sin embargo, este hombre que era el jefe de todos. Tenía un hijo, un hijo que nadie más conoce y ni él. Hasta que vio aquella mujer que había pasado un tiempo con ella hasta que esa mujer descubrió lo que se dedicaba, la mujer ambiciosaba de poder y dinero, le ordenaba que la tratara como una Reyna, como ella decía "Me lo merezco, soy tu pareja" sin embargo todo lo que él veía de ella se fue perdiendo, así que la dejo. Sin embargo esa mujer se había quedado embarazada y se había casado con un hombre de igual manera de ambicioso.

Con todo lo que había investigado, su pobre hijo había sido maltratado y forzado a trabajar. Cosa que se había enojado.

— Vaya que haz estado haciendo de las tuyas — El hombre hablo de manera fría, la pareja de congelo del miedo. La mujer miro al hombre que una vez "amo", enfrente de ellos estaba el gran hombre que hacía temblar a sus enemigos.

— Delkira — la mujer trago grueso, la simple presencia lo sofocaba demasiado.

— Tratar a mi hijo como la mierda, si que es caer bajo — Delkira miraba la pequeña sala, había cosas simples ante sus vista.

— ¿Qué haces aquí? Te largaste cuando estaba embarazada. No vengas aquí por como trato a Mi hijo — la mujer  miro con enojo al hombre.

— Hmm — su mirada cayó en el niño que miraba con miedo, frunció el ceño cómo ese hombre miraba mal al niño — Me lo llevaré.

Sin importar los reclamos de la mujer, un peli rojo camino hacia donde estaba el niño, lo cargo con delicadeza.

— ¡Déjalo! Si lo quieres dame algo a cambio — la mujer sonrió — dame dinero.

El pequeño estaba en shock, su propia madre lo estaba casi vendiendo a su padre biológico.

— Ingrata — Delkira la miro con odio, sin más se dió la vuelta para caminar hacia la salida.

— ¡Dame dinero! ¡Yo tuve que cuidar a ese mugroso mocoso! — la mujer grito, sin embargo el hombre no le hizo caso y siguió caminando. Un hombre de cabellos negros con un tono de color morado, tenía una arma apuntando a la pareja.

— Se mueven y los mato — Sonrió al ver la cara de la pareja.

Delkira entro al auto, viendo como el peli rojo dejo al menor en frente de él. Este solo miraba hacia abajo, temblaba levemente.

— ¿Iruma, verdad? — Delkira relajo su mirada, el niño asintió con la cabeza sin mirarlo — No tengas miedo.

— Yo..— Iruma temblaba, no sabía que hacer o que decir, enfrente de él estaba su padre biológico.

— Hablaremos en la casa, hay muchas cosas de las cuales tengo que explicar — sonrió levemente y con una caricia en la cabeza hizo que el niño se tensara.

Este no es el verdadero apellido de Delkira.