Un desgraciado (Saneino - Gentan)

369 14 2
                                    

Este capítulo forma parte del evento "Febrero proshipper" del fb "Dibujitos feos de la Cherry_Wine"
Temática: Amor.Aclaraciones: omegaverse y AU moderno.

Genya tiene problemas, específicamente problemas amorosos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Genya tiene problemas, específicamente problemas amorosos. Generalmente su pánico es cuando está frente a una chica o una joven mujer, es algo que ha ido aprendiendo a controlar... Pero esto es diferente.

Tanjiro Kamado es diferente.

Joder, no existe nadie más que le robe el cerebro con una mirada y le reviente el pecho con una sonrisa. Ese pequeño rufián le roba hasta la última neurona apenas se posa a su lado.

Es que esos preciosos ojitos brillan con pureza, su cabello ondula con gracia, la blancura de su sonrisa podría dejarlo ciego, su olor de omega es embriagante y... Y ya está fantaseando otra vez.

Necesita ayuda urgente y solamente hay una persona que se la puede brindar.

Sólo existe un desgraciado con la misma mala suerte que él si de apariencia se habla y que haya logrado triunfar en el amor. Alguien con cara de asesino serial, aura de alfa territorial que espanta hasta a los betas y ojos de loco en narcóticos.

Busca el número en su agenda y toca el ícono de llamada antes de arrepentirse.

—¿¡Sí, quién llama!?

Al parecer no es buen momento, Sanemi suena agitado, no furioso pero sí parece algo fastidiado.

—Hola Nemi, perdón por llamar de pronto.

—¡Genya! Desgraciado, mejor discúlpate por no llamar más seguido– la voz se hizo mucho más tranquila, incluso alegre.

Como esperaba, Genya pudo contarle a su hermano mayor los problemas amorosos que ha estado teniendo, esos momentos vergonzosos en que se queda pasmado y cuando suelta una estupidez como el caso que lo orilló a pedir auxilio.

Decir "No quiero ser amigo de Tanjiro" es un problema, no terminar la idea con "Quiero ser mucho más" empeora el asunto. Que esa frase inconclusa fuera escuchada por el chico borgoña es el colmo de la mala suerte.

Genya habló largo y tendido, sin omitir detalles porque ya no podía sentir más vergüenza, incluso estuvo a punto de terminar y llegar a la parte en la que pide un consejo cuando un fuerte ruido se escuchó al fondo de la llamada.

—Espera Genya, dame un segundo– uh, esa voz...

Ese tono es el de Sanemi siendo alfa de una familia que lo saca de quicio, peor ahora que tiene un hijo en los terribles tres años.

—Aoba ¿Cómo mierda subiste al refrigerador? Te doy tres para que bajes de ahí... ¡No, así no, no te atrevas a saltar!– el ruido del teléfono siendo soltado fue acompañado de una risa infantil y más ruidos.

Varios objetos se cayeron, algunos seguro se rompieron. Ah, no se arrepiente de haber marcado al número de casa y no al personal de Sanemi, así puede escuchar lo que ocurre en la sala y la cocina, epicentros de las tragedias.

"¡Inosuke te pedí que cuidarás al niño!"

"¡Nadie le da órdenes al jefe Inosuke!"

"¡Jefe mis huevos! ¿¡Quieres que quede idiota como tú por una caída!?"

La discusión duró un poco más, Genya tenía una gran sonrisa, es mil veces mejor cuando Sanemi se enoja con alguien que no es él. En verdad le urge conocer ese calorcito de hogar, lleno de travesuras, risas y amor.

Dejó de reír a tiempo cuando el ruido en la línea le avisó que Sanemi había vuelto a tomar el teléfono.

—Escucha, no conozco bien al chico pero todo se resume a que no hablaste. No tiene sentido que te atormentes por algo que tiene solución, más aún si sigue acudiendo a ti después de escuchar eso. Vuelve a tus trucos de antes para hablar y asegúrate de no ahuyentarlo con tus hormonas.

Claro, para él es fácil decirlo ya que encontró a un omega tan bestial como él, pero Genya no sabe qué hacer frente a tremendo solecito en la tierra.

—Hazte un favor y no te congeles, trata de... ¡Puta madre, Inosuke, baja del maldito refrigerador!

Aquí va de nuevo, más cosas se rompieron al fondo y está seguro de que puede oír a su sobrino gritar "¡Salta, salta, salta!"

"¡Si él lo hizo yo también puedo!" Inosuke, como siempre, suena muy determinado.

—Suerte, llámame cuando lo resuelvas– Sanemi no le permitió preguntar por lo que ocurría, ni siquiera despedirse —¡No lo diré otra vez, baja de ahí o!

La llamada se cortó. Bien, no obtuvo ayuda pero las risas no faltaron.

Jiji, Aoba siendo bendición para que siga la cadena de clones ヾ(•ω•')o

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jiji, Aoba siendo bendición para que siga la cadena de clones ヾ(•ω•')o

Muchas gracias por leer ❣

Libro Multiship de Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora