Capítulo 1

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¡Holaaaa! ¡Estamos de vueltaaaa!

Espero contar con todo su apoyo para este libro, porque de verdad que es precioso.

Las dejo para que conozcan un poco a los personajes.

No olviden votar, comentar y compartir porque de verdad que me ayudan mucho.

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Kate

Respiro hondo y vuelvo a leer la pantalla del computador.

¿Cómo rayos se supone que esto debe vender?.

Tomo el teléfono fijo de la oficina y marco la extensión del número 9, suenan tres pitidos y responde una voz gruesa y masculina.

—¿Qué sucede?.

Carraspeo.

—Tu columna de hoy no está corregida John. —reclamo.

—¿Y?.

John Reed, mi compañero de trabajo, 30 años, soltero por insoportable, mujeriego, bravucón y un completo idiota con complejos de superioridad.

—Sabes bien que debes enviarla corregida, no tengo tiempo para hacer tu trabajo.

Se ríe y comienzo a molestarme.

—Hablo enserio John, corrígelo antes de las cinco y me la envías.

—Vete al jodido infierno Katherine, haz tu puto trabajo que para eso te pagan.

Cuelga la llamada y suelto un gritito de frustración.

¡Ese no es mi trabajo! Solo debo enviarlas para que alcancen a imprimirla en el periódico.

Si... Probablemente somos la única ciudad que aún apuesta por lo antiguo.

En realidad este es un pueblito de Nueva York que lo más seguro es que casi nadie lo conozca.

Me empeño en terminar de corregir la columna que claramente no es de mi propiedad pero no me queda otra opción si no quiero inconvenientes a la hora de sacarlo en papel.

Me subo las gafas de descanso desde el puente de mi nariz y frunzo los labios viendo todas las inconsistencias del escrito de John.

Apenas terminó las correcciones las envío al correo de Glen quien se encarga de sacar los impresos.

Me levanto de la silla y dejo los lentes sobre la mesa agarrando las diez carpetas en mis manos saliendo de mi pequeña oficina apresuradamente.

Siento que algo me hace tropezar y me caigo al suelo desparramando todo lo que traía conmigo. Puedo ver el zapato que me hizo resbalar y no hay que ser genio para darse cuenta de la zancadilla que me acaban de hacer.

—Ups, debes tener más cuidado Kate —me dice John con una sonrisa de oreja a oreja.

Aprieto los dientes enojada y recojo todo antes de sacudirme el polvo en mi pantalón blanco y procuro guardar la calma antes de darme la vuelta e irme en dirección a la oficina de mi jefe.

Llego a su puerta y le doy dos toquecitos antes de escuchar el grito para que entre.

Abro y me quedo parada en el umbral, enarca una ceja sentado en su pequeño escritorio y entrelaza sus dedos descansado allí su barbilla.

—¡NO TE QUEDES AHI PARADA COMO UNA TONTA! —Grita y me asustó corriendo hasta llegar al frente de el.

—¿Me llamó? —le pregunto despacio.

L9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora