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Min Yoongi jamás fue una persona insegura, ni siquiera cuando se enamoró de un hombre por primera vez. Su pasado estaba lleno de historias de amor conflictivas, no correspondidas y frustradas a mitad de camino. Por eso, cuando Jimin lo miró a los ojos, años atrás, y le confesó que lo amaba, su corazón se volvió loco observando por primera vez la potencia de ese amor trémulo pero sincero. Y ni siquiera tuvo que dudar para decirle que sí.

Pero desde hace unas semanas Yoongi no puede negar que Jimin ha comenzado a comportarse de forma extraña. Todo empezó por una pelea tonta provocada por el cansancio y la rutina.

«Tenemos una cena familiar hoy» Jimin le dijo ese día en el que al regresar del trabajo él le preguntó curioso por qué estaba vestido con tanto esmero «Te lo dije ayer, comeremos con mis padres» le recordó, pero el cansancio era tanto en su mente y en su cuerpo que su memoria se negaba a cooperar.

«Llevo casi veintidós horas despierto, no estoy en condiciones de ir a ningún sitio» le respondió él desparramándose en sofá y desprendiéndose la chaqueta para estar más cómodo. «Habíamos acordado que nada de salidas en días de semana, de todas formas» le recordó.

«Dado que es el cumpleaños de mi madre, no puedo exigirle que mejor cambie su fecha de nacimiento a otro día. Será solo un rato» su novio insistió, y él debería haberse callado la boca en ese momento y asentir, pero para su desgracia es más tonto de lo que cree.

«Envíale mis saludos entonces, le compraré flores mañana» fue lo que se le ocurrió decir cerrando los ojos.

«Min Yoongi le prometí a mis padres que comeríamos los cuatro juntos. Tú estuviste de acuerdo cuando propuse incluso comprarle un pastel, no puedo llegar allí solo. Para eso la hubiese dejado hacer sus propios planes sin interferir» le reprochó, perdiendo la paciencia.

«Lo siento amor, de verdad estoy muy cansado. Te prometo que le compraré un regalo bonito a mi suegra antes del fin de semana» le aseguró acomodándose en el sofá con intenciones de dormirse.

«Por supuesto que sí, siempre estás cansado cuando se trata de mí. Pero si en este momento tu teléfono sonara y alguien del trabajo te pidiera volver a la oficina de forma urgente, lo harías sin dudar. Pero por supuesto que no puedes con esto» Jimin le dijo tan enojado que lo hizo sentarse de golpe, y esa fue la segunda oportunidad que perdió de callarse y aceptar su destino.

«Sabes que trabajo por ti, para que tengamos- » en cambio eligió comenzar a decir.

«Yo jamás te pediría que trabajes hasta horarios tan inhumanos, también te he dicho miles de veces que no necesitas hacerlo, pero ¿Me escuchas? Claro que no. Y ahora tendré que cancelar la maldita cena» su novio exclamó, y él lo oyó comenzar a llorar.

«Amor, no tienes que- » intentó calmarlo.

«¿Y qué quieres que haga? ¿Qué aparezca allí solo? ¿Qué te disculpe con ellos por vez número mil y me humille con tu ausencia constante? ¿Sabes cuántas veces me han preguntado si hemos roto y no estoy intentando protegerte? No quiero volver a escuchar eso, así que mejor me ahorro el mal momento de no saber qué decir» Jimin terminó diciendo antes de hacer el camino a la habitación con pasos de piedra y azotando la puerta para cerrarla y mantener la distancia entre los dos.

Jimin estaba intentando calmar su llanto entre respiraciones que terminaban en hipidos cuando lo alcanzó, todavía con su teléfono entre sus manos, intentando comunicarse con su madre.

«Lo siento mi amor» le dijo arrodillándose frente a él, hundiéndole las manos en el pelo «No tienes que llorar, está bien. Vayamos a esa cena»

No todo son flores - OS YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora