Columpio vacio

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Naruto corre mientras nadie lo sigue.
Algunos murmuran sobre su llanto.

Se adentra al bosque, corre tan rápido como puede, sus ojos sueltan lágrimas interminables mientras esté las intenta quitar desesperadamente.

"los ninjas no lloran"

Se cae y se lastima, aún así, sigue sin rumbo fijo. Lentamente desacelera derrumbándose al piso en desesperación

La sensación intensa y persistente le impiden calmar su respiración. Era como si las costillas del rubio le apretaran hasta estrangularle el corazón.
Su cuerpo se entumecía hasta no poder respirar.

Intentaba taparse los oídos, no paraba de escuchar un pitido agobiante en todas partes.
Naruto sentía que se estaba muriendo y volviéndose loco al mismo tiempo.

Unos acelerados pasos se acercaban a este, el rubio estaba paralizado, sus oídos solo escuchaban el fuerte sonido proveniente de la nada.

Una cara familiar se puso frente a su rostro asustando al pequeño.

—esta bien, esta bien, soy yo, naruto, mizuki— Sy profesor mizuki lo había seguido, fue el único. Naruto queda viéndolo aún con l respiración agitada y el corazón a mil.
Su profesor se sentó al frente de él.

El rubio tiro de su propio cabello poniendo su cara contra el piso.

—¡¿Porque no puedo hacer nada bien?!— el rubio gritaba desesperado. Mizuki acarició el pelo del pequeño intentando calmarlo, y lo logró. Agarro las manos de naruto evitando que se siga haciendo daño a sí mismo.
Naruto murmuraba frases para sí mismo "soy un bueno para nada" "nunca seré suficiente" "no soy..."

–¿qué pasó con el niño que nunca se rinde?– mizuki se levanta extendiéndole la mano a este.
Naruto agarra la mano de mizuki soltando una ultima lágrima y secándose la cara por completo.
En su carita roja por el gran llanto nace una leve sonrisa que va creciendo.

–Naruto, se lo mucho que quites convertrte en ninja–
–Te voy a ayudar, pero tiene que ser un secreto ¿su?– dice el mayor con una gran sonrisa.
Naruto aferrado a la idea de seguir adelante se emociona enormemente y evita que más lágrimas caigan por su rostro, aprieta los puños fuertemente hasta hacerse heridas a su mismo.

El rubio asiente con la cabeza y levanta el pulgar hacia arriba con una gran sonrisa. Aun transpirado y agitado, con el pulso hacerle Razo y una gran presión en el pecho, aún así... nuca jamás se rendirá, aunque caiga, aunque se lastime, es una promesa, los ninjas no rompen promesas ¡De veras!

—Bien, te dire lo que debes hacer—


—¡Bienn!—

Exclama naruto emocionado
«no te decepcionare, papá»

¡Hatake Naruto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora