Mixtape: OH

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La campana que anuncia el inicio de las clases matutinas, resuena con su estridente chillido mientras los estudiantes se apresuran a sus respectivas aulas, dejando sin terminar conversaciones atrasadas desde el viernes pasado y los planes para el trascurso de la semana en pendiente.

Harry, quien no por primera vez llega con el tiempo justo a su instituto, se baja con rapidez de su bicicleta y busca la cadena y el candado para dejarlo en el improvisado parqueadero para las bicis.

— ¡Diablos! —se queja mientras el candado cae con un golpe sordo en la punta de su pie derecho.

— ¡Harry, apresúrate! Esta vez no dejaré que yo sea el único amonestado por impuntual. —le grita la voz de su novio Draco desde el pasillo del segundo piso. Su novio... Draco.

Harry no puede evitar detenerse y sonreír ampliamente mientras mira hacia arriba, donde se asoma la cabeza rubia de Draco. Su cabello pulcramente peinado brilla con la luz del sol y Harry se obliga a recordar que debe respirar para poder continuar con su día.

— ¡Espérame! —le grita— O mejor dile a la profesora que subiré en cinco.

— ¡No ha llegado! ¡Sube rápido! —le urge Draco, y Harry decide que hoy será el primer y único día que dejará su bicicleta sin encadenar, pues guarda de nuevo la cadena y el candado y silenciosamente pide a Dios que cuide de su medio de transporte.

Corriendo, sube de dos en dos las escaleras para el segundo piso y se apresura a llegar a Draco, quien está dando brinquitos en su sitio como si eso agilizara los pasos de Harry.

—Hola —saluda Harry casi sin respiración cuando le alcanza—. Te juro que esta vez me levanté temprano.

—Ah, no importa —Draco le da un beso rápido en la mejilla y jala de él hacia el interior del aula, ignorando como la mente de Harry se desconecta por un breve momento.

Son amigos desde los diez años, pero son novios apenas hace seis meses, y a Harry aún le cuesta acostumbrarse a lo afectuoso que puede ser Draco como novio. Bueno, en realidad aún no se hace a la idea de que por fin es novio del chico que lo trae suspirando desde que entendió por primera vez qué era gustar de alguien... qué era sentir las dichosas mariposas en el estómago cada vez que ese alguien te miraba o sonreía.

Cuando mis manos te rozan, cuando te miro me quedo sin respiración. Nunca antes me he sentido de esta manera, no puedo explicarlo. Se siente diferente, por eso cada vez quiero más.

Cuando ambos ya están acomodados en sus pupitres, Draco procede a contarle los chismes frescos de los que pudo enterarse antes del toque de entrada, y Ron, quien se sienta detrás de ellos, hace sus propias aportaciones y los tres se ríen por el castigo que está pasando el bravucón del salón, Vincent, en los baños del colegio.

— ¿Estudiaste para los finales? —Draco centra toda su atención en Harry cuando Ron se entretiene con alguien más, dejando a la pareja a su gusto— Estuvimos toda la noche en el chat y no creo que hayas leído siquiera dos líneas del libro de Biología en el fin de semana.

Harry hace una mueca y deja caer la cabeza en su pupitre.

—Lo intenté, Draco, de veras, pero no pude hacerlo. Cada vez que quería estudiar, mi mente se distraía con otras cosas, y todos los temas se enredaban en mi cabeza. Me rendí en la tarde y vi la tele.

Draco pone los ojos en blanco y le da un leve golpe con el codo.

—En lugar de ver la tele, pudiste haberme llamado para ayudarte a estudiar, Harry —le regaña—. Eres igual o peor que Ron, y si sigues así, no nos graduaremos juntos este año.

Mixtape: OH [ Drarry Song-fic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora