El combate para entrar en el sekai taikai la había tenido de los nervios, pero nada comparado con cómo estaba ahora que buscaba a Miguel para volver con él.
Aun no tenía claro que sentía o que quería, pero tras las palabras de apoyo del latino durante su pelea con Devon, sabía que lo necesitaba a su lado.
Llegó a la fiesta que los chicos hacían en casa de Johnny después de haberse arreglado con esmero, buscó a Miguel con la mirada, resultándole extraño no verlo por ningún sitio. El apartamento no era tan grande.
_ ¡Sam! - la saludó Kris cuando al girarse chocó con él - ¿Quieres algo de beber?
_ No gracias, ¿sabes por casualidad donde esta Miguel?
_ Seguramente con Robby, ha salido detrás de él hace un rato.
Volvió a agradecerle por la información y salió fuera de nuevo.
Aun no se acostumbra a que esos dos se lleven bien, sigue pareciéndole sub realista ver como se sonríen, se abrazan y siempre están junto al otro.
Ahora son tan buenos amigos, que cualquiera pensaría que lo eran de toda la vida.
Lleva un par de minutos buscándolos cuando unas sombras, bastante apartadas de la zona de la fiesta, llaman su atención.
Se acerca con cuidado, si no son ellos no quiere molestar.
No dio más de diez pasos cuando los pies se le quedan clavados al suelo.
Si, son ellos, pero Sam no puede creer lo que ven sus ojos.
Miguel esta contra la pared, rodea a Robby por la cintura y lo besa de una forma que solo podía describir como para mayores de dieciocho. A su vez, Robby sujeta a Miguel por la nuca, sus dedos se pierden en la mata de pelo oscuro del latino, disfrutando al máximo del beso. Al menos, eso parece.
Si hubiera pillado a Miguel besándose con una chica como lo hacía con el castaño, estaba segura que se habría echado a llorar. Pero irónicamente, tenía frente a ella a las dos personas que más había querido y solo podía pensar que debió ser así siempre, que esos dos eran como piezas de puzle que al fin habían conseguido encajar.
Se cubrió la boca para evitar que se le escapara cualquier sonido, quiso irse sin que la notasen, pero una lata que se cruzó en su camino y el ruido fue ensordecedor entre tanto silencio.
Los chicos se separaron mirándola con cara de circunstancia, mientras ella solo pudo saludarlos con la mano sintiéndose fatal por interrumpirlos.
_ Yo...os espero dentro – dijo con una sonrisa nerviosa muerta de vergüenza.
******
Estando de fiesta en su propia casa, llegó un momento en el que dejó de sentirse cómodo y tuvo que escapar.
Halcón, con toda la buena intención del mundo, le había presentado a Miguel un par de chicas para que olvidará el chasco que se había llevado con Sam. Hasta ahí todo normal.
El problema era que él no sabía qué coño le estaba pasando con Miguel. No lo entendía.
Desde que empezaron a llevarse bien tras la paliza vigilada por su padre, la nube negra que parecía no abandonar su mente se disipó de la nada.
Pensó que esto le traería paz, sin embargo, le ocasiono más bien dolores de cabeza. Miguel era divertido, risueño y muy cariñoso, para él ya era raro no sentir el cálido cuerpo del latino junto al suyo.
Todo esto lo hacía experimentar un cosquilleo por todo el cuerpo cada vez que lo tenía cerca, que su corazón latiera como loco y que le fuera imposible despegar sus ojos de él una vez aparecía.
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Sucedió en la fiesta (Kiaz)
FanfictionSam llega a la fiesta por su entrada en el sekai taikai, decidida a volver con Miguel. ¿Le saldrá bien? ¿Miguel seguirá esperándola o ha conseguido pasar pagina?