El principe de la dulce pena(parte 3)

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El diablo tararea canciones susurradas al oído. Blasfema caricia, aunque vea mi muerte con cada latido. 

Canta poemas de lúgubres versos, acerca su boca y la pega a la mía. Su aliento está muerto, sus labios son tersos, me jura tristeza y melancolía. 

Corrompe mi cuerpo con un solo beso. Su cuerpo es de hembra, de hombre su sexo. 

El diablo me canta a menudo un lamento de noches eternas cuando hay luna llena. Y cuando me toma y me usa, le cuento que me traiga el infierno, mi dulce condena. 

Señor de la inmundicia, Príncipe de la Dulce Pena, mi sangre me acaricia. Hoy soy tuyo, hay luna llena. 

el cementerio de los versos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora