cap 4 - "cita?"

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--Me duele el cuello...-- Helena comentó a Joel mientras ambos se estiraban.

--Dejame ayudar..-- dijo.

La mujer le dió la espalda, señalándole dónde dolía.
Joel acercó sus manos y comenzó a masajear sus hombros. Ciertamente pasar la noche sobre el sofá no fue lo más cómodo del mundo.

--Gracias-- respondió una vez sintió el dolor desaparecer.

--El desayuno está listo-- anunció Sarah desde la cocina.

Ambos fueron hasta la mesa, sentándose donde usualmente lo hacen.

--Gracias cariño-- ambos dijeron a la vez cuando Sarah les entregó sus tazas de café.

--Oye, Nelly-- le nombró Tommy por su apodo con cierta sonrisa, alertando a Joel de que haría algún tipo de broma.

Helena levantó su mirada hacía el, escuchando lo que quería decirle.

--¿Está noche estás ocupada?-- preguntó.

--Tommy-- advirtió Joel.

--No, los fines de semana tengo libre-- les miró extrañada. --¿Qué sucede?--

--No es nada, sólo era una pregunta-- le aseguró, volteando ver a su hermano como si quisiera decirle algo con la mirada.

(...)

Para cuándo llegó la tarde, helena regresó a casa de los Adler para tomar una ducha y cambiarse de ropa.
Conny y Danny habían llevado a Nana a la ciudad aquélla mañana, asi qué no había nadie más que Mercy en casa junto a ella.

--¿Hace cuánto no te llevan de paseó, Mercy?-- preguntó mientras acariciaba su pelaje.

Pensándolo unos segundos, decidió levantarse de su asiento y tomar el arnés colgado sobre el perchero en la entrada.
Alistó a Mercy y salió junto a ella a dar un corto paseo.
Sarah, quién les vió desde su ventana, decidió acompañarles.

--El tío Tommy me llevará al lago esta tarde-- Dijo la niña mientras sostenía la correa de Mercy.

--¿Ah sí? ¿Irán a pescar?-- preguntó mientras veía su teléfono.

--Sí, es algo así como una "tradición"-- aseguró. --Pero mi padre no es muy fan de la pesca asi que suele quedarse en casa--

Helena asintió mientras terminaba de contestar el mensaje en su teléfono.
Sarah aproximó su rostro para poder ver de quién trataba.

--Entrometida-- sonrió la mujer mientras guardaba su teléfono.

Sarah rió al ser atrapada.

--¿Quién era?-- preguntó.

--Uno de mis hermanos-- respondió. --tiene problemas de dinero, no ha dejado de insistir en que le envíe algo de dinero..-- suspiró.

Helena rápidamente notó que a quien le compartía esa información era una niña de 14 años.

--Pero no es nada grave-- sonrió, intentando cambiar el ambiente.

The last hope -Joel Miller-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora