𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑙𝑎́𝑔𝑟𝑖𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜 𝑐𝑎𝑒𝑛, 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑙𝑙𝑜𝑟𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑐𝑎𝑑𝑜𝑠, 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑐𝑎𝑑𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑛𝑎𝑐𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑦 𝑒𝑠𝑜 𝑙𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑢𝑏𝑟𝑖́𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠, 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑙𝑙𝑒𝑣𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑔𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑎𝑐𝑡𝑜𝑠. 𝐸𝑙 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑒𝑛 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠
𝑝𝑒𝑟𝑜...𝑈𝑛 𝐷𝑖𝑜𝑠 𝑠𝑒 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎?.
En medio del caos y la ruina, el fuego se propagaba por mi hogar mientras una corrupción oscura se expandía por nuestros territorios, todo el ambiente era tan agobiante y desesperanzador que no pude evitar llorar por lo que estaba sucediendo.
Aquellas sombras que emanaban del suelo lentamente se apoderaban de la naturaleza y de esta emergían criaturas deformes cuyo único propósito era acabar con la vida orgánica de lo que estuviese en su territorio.
Dichas criaturas parecían masas sin forma con múltiples tentáculos y fauces que utilizaban para consumir su alimento.
Me costaba respirar y salí corriendo de mi escondite, un carruaje deteriorado. Sin embargo dichas criaturas fueron más rápidas que yo y en un breve momento me atraparon pués podían desplazarse arrastrandose cual serpientes.
Sentí como mis huesos crujían y se rompían lentamente, introdujeron en mi cuerpo sus tentáculos y empezaron a succionar mi sangre robandome la vida, cuando no podía ser peor usaron sus aberrantes bocas para morder y comer mi carne, desgarrando mis músculos y arrancando mis órganos, me ahogaba con mi sangre y agonizaba del dolor.
En ese momento desperté.
Año 332, Pueblo de Fohmál
Con el corazón a punto de estallar grité con todas mis fuerzas llevandome la grata sorpresa de estar con vida, sonreí aliviado mientras mis latidos se relajaban, exhalé y me quedé pensativo un momento pués fué un sueño horroroso el cual me dejó algo perturbado, –fué solo un sueño– decía en voz baja, me levanté de mi cama pués también el hambre me carcomía.
-Buenos días mamá- fueron las palabras con las que inicié mi día.
Mi hermosa madre me dedicó una linda sonrisa junto con sus buenos dias y sirvió el plato con comida, unos rico panes con queso, salsa y carne de dorum, sin pensarlo dos veces le dí y un bocado y mi madre como siempre jamás decepciona.
-está delicioso mamá, deberías montar un puesto de comida- Sugerí a mi madre pués ella tiene lo necesario para ello, luego de desayunar salí de la casa, inhalé con fuerzas y exhalé mientras admiraba el pueblo de Fohmál, un lugar acojedor donde sus habitantes son únicos al igual que en todos los lugares del mundo, muchas especies, mucha gente buena.
Desde Sirenas y Licántropos hasta Dragones y Ryhnovyanos, y a pesar de ser un lugar muy humilde y sencillo en comparación a reinos como Ghamhull o Xa'gal, aquí se respira paz.
Un nuevo día para que mi corazón pudiera latir con tranquilidad, camino felíz por el sendero saludando a los vecinos y amigos, conocidos y comerciantes.
-Buenos días señor Hyro como está el negocio?- pregunté al herrero del pueblo, un Ryhnovyano conocido por hacer armaduras de alta calidad, su piel blanquecina con tonos azulados y ojos brillantes jamás han cambiado pués los ojos blancos con esclerotica negra son algo distintivo de su especie, al igual que sus antenas las cuales le hacían destacar por su tamaño, lo más caracteristico de los Ryhnovyanos son sus 4 brazos pués gracias a ellos se desempeñan bien en trabajos físicos.
