𝑷𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒐

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Las personas llegan sin esperarse, en un momento espontáneo, quizás no sean importantes en tu vida o pueden que se conviertan en tus mejores amigos, y quién sabe, pueden ser hasta el amor de tu vida.

Pero Jungkook no lo sabía, solo sabía que aquel nuevo niño que sería su vecino sería su mejor amigo. Y no se equivocó.

Pasaban las tardes juntos, Jungkook fue su primer amigo en el vecindario y compañero en el colegio.

Kim Taehyung amaba pasar sus días con ese niño de cabello azabache y ojitos de Bambi y no sabía el porque cada vez que estaban juntos su pequeño corazoncito se aceleraba.

Pero le gustaba, le gustaba esa sensación.

—Jungkookie, te quiero mucho. —Dijo el pequeño castaño de doce años mientras iban de camino a casa después de clases, tomados de la mano y compartiendo un helado de fresa.

—Yo también te quiero mucho, Taehyungie. —El menor de ambos se detuvo haciendo que el contrario le imitara. —Prometeme que siempre seremos amigos. —Dijo con una pequeña sonrisa soltando su agarre de la mano de su amigo y levantar su meñique.

El castaño respondió a la sonrisa con una igual al mismo tiempo que también levantaba su meñique.

—Te lo prometo.

Ambos cerrando aquella promesa entrelazando sus pequeños deditos.

Tomándose de la mano después para continuar con su camino a casa.

𝐏𝐨𝐫 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐦𝐢 𝐚𝐦𝐨𝐫 > 𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora