Amarnos

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Los últimos dos días habían sido un escape de toda la locura en la que estábamos, me dediqué a cuidar a María José. Aunque a ella le costara admitirlo, Kim la había lastimado y yo lo único que quería era curar sus heridas, nunca la había visto tan vulnerable, y por más que amaba mucho su parte dominante, también amaba poder cuidarla y engreírla.

Me levanté de la cama, ella aún estaba dormida, su cabello rubio combinaba muy bien con su pijama rosada, definitivamente yo era una mujer muy afortunada de tenerla en mi vida y de poder decir que es mi mujer, aunque sería aún más hermoso poder decir que es mi esposa... Salí de mis pensamientos y fui a ducharme, hoy era el día en el que volveríamos a salir para continuar la investigación de Pato, definitivamente nos iba a costar dejar nuestra burbuja después de dos días muy tiernos, pero teníamos que concentrarnos.

Me encontraba cepillándome el cabello mientras me miraba en el espejo del baño, en eso sentí unas manos tomarme de la cintura, su reflejo en el espejo me sacó una sonrisa.

MJ: Buenos días, hermosa (besando el cuello de Paulina)
P: Buen día, mi amor (dejando su cepillo a un lado y tomando la mano de la rubia)
MJ: Te quería agradecer por cuidarme estos días, me he sentido muy amada, muy protegida, eres increíble (besando su espalda mientras con sus manos abre la bata de Paulina y va acariciando su cuerpo)
P: No... tienes... que... agradecer... princesa (dejándose llevar por las caricias de María José)
MJ: Déjame agradecerte como se debe, mi amor (deja caer al piso la bata de Paulina) Toma con una mano un pecho de Paulina y comienza a acariciarlo, seguidamente estimula su pezón, con la otra mano acaricia su trasero
MJ: Dime qué quieres que te haga
P: (gime mientras toma una de las manos de su mujer y la lleva a su intimidad) Quiero sentirte dentro mío (dice con dificultad)
MJ: mmmhm (comienza a estimular la intimidad de Paulina, primero con caricias suaves y luego adentrándose a su centro con movimientos circulares, va sintiendo como su pareja acelera su respiración)
P: (toma la otra mano de su pareja y la pone en su otro pecho, el que no había sido estimulado)
MJ: (va estimulado el pecho de Paulina mientras decide introducir un dedo en su centro cuando la siente lista)
P: (gime cuando siente el dedo de su mujer introducirse en ella) Maaás
MJ: (sonríe ligeramente mientras introduce otro dedo y mueve ambos rítmicamente)
P: Ahhh (gime alto)
MJ: (con su pulgar comienza a hacer círculos en su clítoris, sabe que eso hará que Paulina explote de placer)

Abrí los ojos y vi lo excitante que era ver nuestro reflejo mientras teníamos sexo, María José levantó la vista y me miró sensualmente mientras se mordía el labio, me ponía tanto cuando hacía eso.
P: (gime aún más alto, siente que pronto llegará a su orgasmo, con una mano toma la mano libre de su mujer y la aprieta cuando llega a su tan satisfactoria liberación)
MJ: (escucha sus gemidos mientras siente su cuerpo convulsionar de placer, le besa el cuello para generarle más placer a su liberación)

Fue el orgasmo más increíble que he tenido, no sé si fue por la posición en la que estaba, o porque habíamos pasado dos días increíbles y era la mejor manera de culminarlos o porque oficialmente María José era de nuevo mi mujer y estaba muy feliz por eso, no lo sabía, pero estaba segura que esa rubia de ojos verdes era la única persona que podía provocar tanto placer en mí.
Quería todas mis mañanas despertar junto a ella, engreírla, protegerla, disfrutar de ella cada día y tomar su mano con orgullo siempre, quería que fuera mi esposa.

Majolina - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora