Segunda parte: El reencuentro.

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Cayó la mañana, y Samuel despertó muy agitado. Misteriosamente, se encontraba en su casa, sano y salvo. Se percató de todo lo que había ocurrido, deseando que todo hubiese sido una terrible pesadilla. Inesperadamente, alguien llamó a la puerta de la casa, por lo que abrió con curiosidad e incertidumbre. Al abrir, no podía creer lo que veía: no había nadie, solo un sobre de papel con unos globos pegados al buzón. Al abrir el sobre, encontró fotos de sus difuntos amigos con todo lujo de detalles de las barbaridades por las que fueron sometidos. Detrás de la última foto, había un mensaje que ponía: "Esto no ha acabado". El chico comenzó a correr y a llorar en busca de ayuda, llegando a la comisaría de policía. Explicó lo sucedido y guió a la policía al lugar de los hechos, donde solo encontraron un descampado completamente desierto. El chico buscó desesperadamente en sus bolsillos para enseñarles las fotos, pero no las encontró: habían desaparecido. Tiempo después, Samuel no pudo más con la situación y acabó ingresándose voluntariamente en un centro psiquiátrico, donde pensó que podría estar a salvo, hasta que recordó una frase: "Esto no ha terminado". En realidad, todo esto es un pequeño resumen del final de esa fatídica etapa de la vida de Samuel.

Cuando la policía, en compañía de Samuel, llegó a la supuesta escena del crimen, todo estaba limpio, sin signos de que en ese desierto descampado hubiese ocurrido esa sádica purga. Samuel salió del coche policial, atónito. Entonces, recordó las fotos del buzón junto con los globos, por lo que metió las manos de manera ansiosa por todos los bolsillos de su ropa en busca del dichoso sobre con las pruebas definitivas para que abrieran una investigación. El joven buscó con ansias, pero en esos bolsillos solo estaban sus esperanzas perdidas. No podía creer lo que estaba pasando: solo querían pasárselo bien por Halloween y ahora sus amigos estaban todos muertos, y de las maneras más horribles posibles. Las esperanzas del chico cayeron en picado, mientras su mirada perdida recorría cada milímetro de la tierra de ese descampado. Los agentes volvieron a dirigirse al lugar donde se encontraba el chico, y comenzaron a hablarle, aunque Samuel no lograba procesar sus palabras del todo.

-Lo siento. Samuel, ¿verdad?

El chico asintió amargamente con la cabeza, deseando desaparecer de ese sitio o despertarse de ese horrible sueño.

-Muy bien, chico. Lamentamos informarte de que en este descampado no hay nada. Hemos buscado pistas, huellas, alguna muestra o prueba de asesinato, pero no hemos encontrado nada. Este sitio está limpio. De todos modos, volveremos a mirar en cada centímetro de tierra, pero hasta entonces, solo podemos esperar.

Las lágrimas comenzaron a reinar de nuevo el rostro de Samuel, y eran lágrimas muy amargas. El tiempo transcurrió, y los policías volvieron a acercarse al muchacho.

-En efecto, no hemos encontrado nada. En la comisaría mencionaste un sobre con unas fotos, ¿me equivoco? ¿Podrías enseñarnos las?

-No, no puedo, agente. Las fotos han desaparecido, ya no están, como ese maldito circo del infierno.

El chico estaba abatido, y los policías no podían hacer nada más que ofrecerle algo que comer o de abrigo y la garantía de que seguirán con el caso si encontraban alguna prueba.

Los días transcurrieron, y Samuel fue llamado a comisaría. Sus ánimos estaban por los suelos, no comía, casi no dormía, no salía de casa, su mente estaba cada vez más y más turbia. El comisario que le atendió le miró con gran preocupación, pero no podía hacer nada más.

-Lo lamento, Samuel. Por desgracia, nadie sabe nada sobre ningún circo en la noche de Halloween. Todos los vecinos afirman que no escucharon ningún grito en mitad de la noche, y no hay ninguna prueba sobre los asesinatos. Sin embargo, hemos intentado contactar a sus amigos, pero no responden. Sus familias tampoco los han visto en los últimos días, por lo que es muy probable que hayan desaparecido. Hemos puesto una orden de búsqueda, pero por nuestra parte no podemos añadir mucho más. Somos conscientes de que este caso te está afectando mucho, pero no podemos hacer mucho más, lo sentimos.

El Circo de la MedianocheUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum