Capítulo: 33

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El oji-verde se encontraba sentado cerca de la chica, su espalda estaba apoyada contra el barandal del Dragon y tenía un cigarrillo encendido entre sus labios.

Le da una calada y luego lo quita de su boca para soltar el humo retenido.

No apartaba la mirada de esa criatura teniendo el miedo de que en cualquier momento se escaparía de sus manos.

La sirena tenía una mirada intensa, como si te perforara el alma y tampoco había quitado los ojos sobre Emilio, su mandíbula estaba tensa y tenía una de sus manos puesta sobre el vidrio.

La chica quita sus ojos del pirata y ríe levemente, a Emilio le causa curiosidad.

__¿De qué te ríes?

La sirena vuelve a poner sus ojos sobre Emilio y ríe con un poco de más fuerza, el oji-verde mira a su alrededor y frunce su ceño.

Se acerca hacia la caja de vidrio y toma el pedazo de madera que el mismo había puesto.

__Si te sigues riendo, cerraré está estúpida caja y te dejaré sin aire__murmura con su mandíbula tensa y la chica deja de reír, pero aún mantenía una sonrisa en sus labios.

__Ni siquiera lo sabes__la voz rasposa se hace escuchar y Emilio alza ambas cejas ante eso.

__¿Qué es lo que no sé?

__¿Por qué debería decirte?__Emilio se aguanta las ganas de golpear el vidrio con fuerza, no podían causar ruidos fuertes.

__Bueno, sería una pena que se caiga esto y se cierre la caja__murmura haciendo referencia a la madera entre sus dedos.

La sirena se mantiene en silencio, estando neutra.

__Te eligieron para toda la eternidad y tú aún así viniste a un viaje suicida, sí tú mueres, él o ella muere__el pirata no puede evitar fruncir su ceño, estaba confundido y no tenía idea a que se refería__como ya dije, ni siquiera lo sabías.

__¿De qué miérda estás hablando?

__El collar en tu pecho, es una antigua constumbre de nuestra especie, existen muy pocos ejemplares del corazón del océano y por eso es tan fuerte su poder y significado.

El oji-verde mira la brillante piedra azul sobre su pecho por un momento y luego vuelve a poner su mirada sobre la sirena.

__La piedra no permite que otro de nosotros logre manipular a su portador, estas protegido porque ya estás tomado.

Emilio lame sus labios y suelta un suspiro, Joaquín lo había declarado como suyo.

__¿Y qué significa?

__Tú al aceptar el regalo, aceptaste a uno de nosotros como tu igual, están unidos en corazón y alma, pero si uno es lastimado el otro igual, si tú mueres el otro muere también, al ser criaturas de agua la piedra del océano es una representación de nuestro corazón, alguién te dió su corazón.

Emilio se sienta frente a la caja de vidrio y se queda en completo silencio, no podía creerlo, Joaquín le había dado ese collar para que estuviera protegido pero a la vez le había dado un objeto importante, una pieza invaluable.

Le había entregado, su corazón, su alma, su vida.

__Si yo muero, él muere__repite de forma baja y la angustia crece dentro de él, de esa forma había logrado entender lo que había pasado.

Joaquín estaba dispuesto a morir si Emilio moría, porque una vida sin Emilio no era vida.

Oh miérda.

__Exacto y como sé que ahora no quieres morir y que te importa tu vida y la de ese estúpido o estúpida que te dió su corazón, te mataré__el pirata pone sus ojos en la sirena frente a él y la seriedad con lo que había dicho eso causaba escalofríos__porque mejor tú que yo.

Emilio inmediatamente quita el trozo de madera y la caja se cierra, pero el gutural grito que suelta la chica es tan fuerte que hasta el vidrio que la rodeaba se había trizado un poco.

El oji-verde lleva sus manos a sus oídos, el grito agudo lo aturdía y provocaba un dolor de cabeza horrible, cierra sus ojos con fuerza y como puede se aleja de ahí.

Suelta un suspiro cuando deja de sentir el palpitante dolor, pero cuando ve sus manos ve como en estas había restos de sangre.

Sus oídos habían sangrado.

Todos a su alrededor estaban haciendo lo mismo, revisando sus oídos ya que todos habían sido lastimados.

Emilio mira a la chica la cual tenía una gran sonrisa en sus labios, el pirata puede ver perfectamente como modula un:

"Despertó".

Es ahí cuando Emilio cae en cuenta lo que había hecho, se levanta de su lugar y corre hacia a Li, debía decirle antes de que fuera muy tarde.

No sabía que ocurría pero el camino se le hacia eterno.

Emilio estaba a punto de llegar al timón cuando un gutural sonido ajeno suena con fuerza, era como un gruñido que causaba eco.

El mar debajo de ellos comienza a removerse con fuerza y todos sabían lo que había sucedido.

El Kraken había despertado.

Cada pirata que estaba sobre el Dragon pudo sentir ese frío viento en su nuca, causándole escalofríos y temor.

La muerta estaba respirando detrás de ellos.

El peor monstruo antes visto estaba a punto de emerger para destruir todo a su paso.

Ese monstruo que contaban en historias de terror para los niños que se portaban mal, ese monstruo que destruyó miles de navíos sin dejar ninguno en pie.

Emilio pierde el aliento, no quería morir, no estaba listo para saber que Joaquín moriría.

Así que sin esperar órdenes corre hacia el interior del Dragon yendo directamente hacia los cañones.

Los cargaría antes de que fuera demasiado tarde.

El oji-verde comienza a rellenar los cañones con polvora mientras su corazón latía a mil, sus manos sudaban como nunca y sentía su cuerpo frío.

De pronto algunos de sus compañeros se le unieron y ya el trabajo no se le había hecho tan pesado.

Emilio estaba rellenando el último cañón cuando lo siente, siente al Dragon crugir ante la presión y ve esos grandes tentáculos frente a la pequeña ventanilla que le daba espacio al cañón.

El oji-verde no lo duda y es el primero en prender el cañón, se aleja un poco por el estruendo y ve perfectamente como la bola de hierro perfora uno de los tentáculos del Kraken.

Ya no había vuelta atrás.

OCEAN HEART (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora