𝐌𝐂 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘

𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬

Especial: Among Us.
Contiene: Smut.

Cierto chico con traje café, caminaba con miedo por los pasillos de la nave.

Temiendo tropezar o algo peor, tener un cuchillo clavado en alguna parte su cuerpo, en cualquier momento.

Las luces estaban apagadas.

Al parecer, nadie ha ido a la sala de electricidad aún porque llevaban a oscuras al menos, unos cuatro minutos.

Debía ser valiente e ir, o nadie más lo haría.

Caminó con cuidado por el almacén, hasta doblar el pasillo a la derecha.

Era lo bueno de memorizar cada lugar de la nave.

Ingresó a la sala de electricidad con pánico, podía haber algún cadáver en el lugar.

Dio unos pasos más hasta tener la palanca entre sus manos. La jaló con fuerza hacia arriba, logrando que las luces se encendieran poco a poco.

Soltó un suspiro de alivio, no había nada en la sala.

De pronto, escuchó una respiración a sus espaldas.

Se dio vuelta inmediatamente, encontrándose con la persona que ansiaba ver.

Su novio yacía enfrente suyo, mirándole con aquel brilló especial pero no estaba del todo bien.

Había algo extraño, algo de lo que se percató a los segundos después:

Auron pudo ver a la perfección el traje naranja de su pareja, el cual poseía diversas manchas de sangre.

Su mente captó inmediatamente: Reborn era uno de los asesinos, pero eso no era lo peor.

Lo peor era que estaba apunto de ser descubierto por las cámaras que yacían colgadas a un extremo del pasillo.

Inevitablemente, comenzó a entrar en pánico.

No por miedo a lo que Reborn pudiera hacer en su contra. Sabía que no sería capaz de lastimarlo, sino por el hecho de que pudieran descubrirlo.

Efectivamente, estaba preocupado por un asesino.

Algo extraño pero no podían culparlo, era su novio.

Auron frunció el ceño, al ver al menor tan tranquilo.

A veces, llegaba a odiar la capacidad de su novio para mantenerse sereno en las peores situaciones existentes.

La odiaba pero al mismo tiempo, deseaba poder tenerla.

Reborn esbozó una sonrisa, adentrándose en la estrecha sala de electricidad.

La luz estaba encendida, por lo que jaló la palanca hacia abajo para apagarla nuevamente.

Con la oscuridad bajando, se acercó al cuerpo del mayor.

Este último, retrocedió hasta chocar con una de las máquinas que yacían en el lugar.

Gracias a su visión nocturna, Reborn podía observar a la perfección cada detalle del rostro de su dulce novio.

Con darle una mirada, podía sentir su nerviosismo palpitar contra su pecho.

Era la gloria misma tenerlo en esa situación: