95: concierto

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•Pov Amelia

Ibamos en el auto camino al hotel que no tenía idea de dónde quedaba o como era. Venía fascinada viendo por la ventana como se veía la ciudad de las vegas.

¿Que hacíamos aquí? No tenía ni la menor idea pero yo estaba más que feliz, extrañamente nunca había venido y era hermosa la ciudad.

—porque las Vegas? —le preguntó a pedri que estaba a mi lado comiendo los dulces que venían con el auto que pidió

—ya verás rubia, ya verás —me dice con una sonrisa y yo lo miro sospechosa ¿porque había escogido las Vegas?

No lo sabía pero yo estaba más que contenta de poder estar con él, no tenía ni puta idea de que éramos y era algo extraño.

En estas semanas no hablábamos tanto, solo el tema de los abogados y pedri tiraba uno que otro comentario en forma de coqueteo pero hasta ahí, dejo de estar metida en mis pensamientos cuando el auto se detiene, ya habíamos llegado al hotel, era el hotel bellagio, yo abro mi boca en una o mirándolo sorprendida.

Este hotel valía mi riñón, era considerado uno de los mejores acá en las Vegas.

—Estas de coña? —le digo al bajarme del auto viendo lo enorme que era el hotel por fuera, eso que apenas había entrado

—lo mejor siempre para ti —me dice con una sonrisa y yo no puedo controlarme y salto a sus brazos con una sonrisa de felicidad en mi cara— en vez de un abrazo yo creo que me merezco un beso

Yo le sonrío mientras tenía mis brazos enrollados en su cuello para después darle un beso en la mejilla cerca del labio.

De camino al hotel, nos fuimos conversando del tema de Elena, los abogados ya habían puesto la denuncia a ambos, ya deben de estar informados de la denuncia y no dudó que por lo mismo pedri me trajo hacía acá, para poder desconectar un poco de todo.

En cierta parte lo necesitaba, no quería ver a Elena, ni a marco, solo quería que pagaran por todo lo que han hecho y que reciban ayuda.

—era en los labios, no en la mejilla, boba

—veamos si te lo ganas en lo que queda
del día —le respondo con una sonrisa antes de cojer su mano para adentrarnos al hotel

Pedri me pide que hable por él ya que con suerte sabe decir hello en inglés, le comento a la recepcionista que hicimos una reserva a nombre de Pedro González y nos da la tarjeta de la habitación del hotel, subimos por el elevador para después llegar a la habitación que nos habían asignado, era enorme, tenía una cama matrimonial y diferentes sofás en la habitación, con una televisión gigante y una vista de puta madre.

—ponte más guapa, vamos a salir en un rato

—a donde? para saber cómo vestirme —le preguntó sacando la ropa de los bolsos, que yo ni había hecho, los había preparado mi hermana pero me quedo tranquila al ver que escogió ropa bonita de mi closet

—a.... Cenar?

—pregunta o afirmación? —le cuestionó dándome vuelta y el asiente

—afirmación —me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa antes de adentrarme al baño— puedo bañarme contigo para hacerlo más rápido? —me dice sonriendo de una manera inocente y yo dudo

—sin hacer nada —le digo adentrándome al baño para comenzar a sacarme la ropa, él entra conmigo para después imitarme y comenzar a desnudarse

No mires para abajo, no mires para abajo, no mires para abajo, me digo a mi misma una y otra vez mientras intentaba desabrocharme el corpiño pero no podía.

¿Destino o casualidad? - pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora