Calidez en la frígida lluvia.

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2𝚍𝚘 𝙹𝚘𝚞𝚛
รเєՇє ค.๓, ยภค ץ ๓є๔เค ค.๓ ♡
ᴵⁿᵛⁱᵉʳⁿᵒ

Ranpo tuvo un día bastante movido (por así decirlo).

El pelinegro había ido de allá para acá, y de acá para allá. ¡Más que estuvo lloviendo todo el santísimo día! Definitivamente iba a pescar un resfriado.

¿Lo positivo?

¡Hizo unos amigos!

¿Lo negativo?

No hay pistas.

Nada.

Absolutamente nada.

¿Se habrá equivocado de lugar?

Su cerebro le dice sí, su corazón dice no.

¡Está seguro de que está en este lugar! Sus instintos nunca fallan.

Llego a las 18:20, se tiró a la cama, y no despertó hasta las 20:30. No tenía hambre, así que decidió ponerse a pensar. ¿Cómo es que el mejor detective del mundo no puede encontrar al amor de su infancia?

”¿Qué es lo que me hace falta? Maldita sea...”—murmuró, frustrado.

Se estaba poniendo presión y a penas iba en su segundo día de búsqueda, estuvo ocupado con las clases, aunque supiera como hacer las actividades; eran muchas cosas por deber y hacer. A parte, ¡Era San Valentín! Que rabia. Se la paso viendo flores por todos lados, y cada que cruzaba la calle veía a parejas dándose cajas chocolates en forma de corazón. ¡Que rabia y que hambre! Definitivamente no la está pasando tan bien aquí en Japón.

Volteó a ver a las sosegadas gotas de agua que descansaban en la ventana y dió un largo suspiro. No tenía sueño, había tomado el hábito de no dormir cuando tenía emociones fuertes (La rabia, el estrés, la confusión y la frustración)

Entonces se le prendió la lamparita.

Tomó las sábanas y las almohadas de las dos camas y junto las sillas de los escritorios. Tomó algunos libros, ¡y guala!

Se metió adentro del fuerte de almohadas y sábanas, y tomo la lámpara de su escritorio para iluminarle.

Se distrajo unos 10 minutos, probablemente así podría dormir mejor y estar entretenido.

Se oyó la puerta abrirse lentamente.

”¿Ranpo-kun?”—Se escuchó la suave voz de Poe.

”¡Poe-kun! ¡Ven, ven, entra!”—Una mano salió en medio de dos sábanas, hechas para simular que eran puertas.

Poe se agachó y dejo sus libros a un costado de la puerta del cuarto ya cerrada, gateo hasta las dos sábanas y se adentro en el temible fuerte de Edogawa, donde se sentó en un almohadón y posó su vista atentamente en el chico pelinegro, que ahora estaba dibujando lupas y estrellas en una cartulina verde.

”¿Q-qué hace?”—Preguntó.

”Vamos a hacer una pijamada. Estoy muy estresado y no puedo dormir si estoy estresado. ¿Tienes algo que hacer?”

···- Ⴆҽʅʅҽʂ ɳυιƚʂ à ƚҽʂ ƈôƚéʂ.-RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora