Único 💪

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Había pasado alrededor de una semana desde que el año nuevo había llegado, toda esa euforia que el mes de diciembre había traído parecía desvanecerse de a poco, ya no había más vacaciones de diciembre y todos de nuevo tenían que regresar a sus actividades diarias. Eso siempre era deprimente.

Pero no para HyungWon, quien sentía que, como ningún otro, ese sería el año de su vida. Durante gran parte de su pre-adolescencia había dicho que ese año sería el "año de su vida", pero muchas veces resultaba ser lo mismo que los años anteriores de su vida, incluso hasta peores. Pero no este. El veinte veintitrés sería su año, costara lo que costara, lograría obtener todo eso que siempre había anhelado, dejaría por fin de lado a ese HyungWon que tanto había odiado por años.

Había visto y leído en internet un montón de consejos para iniciar una nueva vida, comenzó escribiendo en primer lugar lo que quería en su vida y lo que no, así que había comprado una libreta con una linda portada de gatitos, comenzó haciendo una lista de lo que quería, así que sin más tomó su plumón y señalando el primer punto, anotó que lo que quería para ese año era transformar por completo su cuerpo.

Durante su infancia, HyungWon pensó que no había nada de malo en su cuerpo, su mami siempre le había dicho que era hermoso, como una pequeña ardillita con sus mejillas regordetas, y de vez en cuando le picaba su panza redondita para hacerle reír. Su padre trabajaba como chef internacional y era un poco escaso el tiempo que estaba con él, pero siempre que pasaban juntos, su papá hacia los mejores platillos para que el lindo HyungWonnie los comiera.

Cuando era niño los demás parecían no prestarle atención a eso, y HyungWon vivía muy bien de esa forma, pero cuando tuvo trece años, el cuerpo de sus demás compañeros y compañeras comenzó a cambiar, de la nada, las niñas parecían tener una cintura más definida y delgada, y los niños parecían perder esa grasita que había en sus vientres y a crecer en altura. HyungWon creció, claro que sí, de hecho, creció mucho más de lo que algunos de sus compañeros pudieron haberlo hecho, pero el problema estaba en que la grasa de su estómago no había desaparecido, era redondo, y ni hablar de sus piernas y sus brazos, era enormes al igual que sus mejillas.

Recuerda muy bien la clase de educación física de séptimo grado, todos estaban inmersos en un partido de básquet que el maestro se encargaba de regular, pero HyungWon se había sentido muy cansado luego de jugar un rato, así que fue hasta las gradas para tomar un pequeño descanso y beber agua, y así estaba, tomando de su botella de pie junto a sus cosas hasta que el balón le atacó de repente, golpeándole el estómago y haciendo que escupiera parte del líquido.

—¿Viste? El balón regresó solo sin necesidad de pedirlo —comentó uno de los chicos una vez que el balón regresó por su cuenta hasta sus pies.

—Por supuesto que sí, acaba de rebotar contra una masa enorme, es más, me sorprende que no se haya perdido en medio de todo eso.

Aunque no se lo habían dicho de frente, HyungWon había logrado escuchar eso, y solo miró algo anonadado al par de chicos que hablaban de él como si del clima se tratara, incluso los escuchaba reír, y cuando el maestro se acercó a preguntarle si estaba bien, HyungWon no supo cómo responder, el agua que había escupido le había empapado la camiseta blanca y a través de ella se podía ver su piel. Se sintió avergonzado, por primera vez, HyungWon se sintió avergonzado de su cuerpo.

Fue el principio del fin, al menos así HyungWon lo denominó, porque todos comenzaron a fijarse en su cuerpo, y no de la forma que le gustaría a alguien, literalmente estaban tan al pendiente de qué usaba o qué no para poder criticar lo mal que se le veía, y qué importaba si al día siguiente otro chico iba con la misma camiseta o pantalón que HyungWon usó el día anterior, a él le quedaría mucho mejor porque esa persona era delgada y HyungWon no. Fue una tortura durante la escuela, y una vez que salió de ella, pensó que en la universidad todo sería más llevadero, pero la verdad es que seguían siendo tan crueles con él como lo habían sido sus compañeros de escuela, incluso si no lo conocían, harían burlas de su cuerpo.

Big boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora