Capitulo 1

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Me senté en la encimera de la cocina, observando a mi mamá hacer pasta
"al horno; ella estaba entrando ligeramente en pánico y seguía mirando al reloj a cada minuto. Sabía por qué lo hacía, mi papá debía estar en casa en exactamente en dieciséis minutos y a él le gustaba que la cena estuviera en la mesa tan pronto como entrara.

Jimin se acercó, jugando con sus figuras del Hombre Araña.

-Mamá, ¿puedo ir a jugar a casa de jungkook? -preguntó, lanzándole una mirada de cachorrito.
Ella miró el reloj de nuevo y sacudió la cabeza rápidamente.

-No ahora, Jimin. La cena no tardara mucho y necesitamos comer como una familia.  -se estremecio ligeramente mientras hablaba.

La cara de Jimin cayó, pero asintió y vino a sentarse a mí lado. Inmediatamente le arrebaté el hombrecito de sus manos y me reí cuando jadeó y lo arrebató de vuelta, sonriendo y poniendo los ojos en blanco hacia mí. Él era un chico lindo, con cabello rubio y ojos marrones. Era mi hermano mayor, y como los hermanos mayores, era el mejor. Siempre me cuidaba en casa y en la escuela, se aseguraba de que nadie me molestara. El único que tenía permitido molestarme, según su opinión, era él, y en una menor medida su mejor amigo jungkook, que resultaba que vivía en la casa de al lado.
-Entonces, ¿necesitas ayuda con tu tarea? -preguntó él, codeándome.
Jimin tenía diez, y era dos años mayor que yo, así que siempre me ayudaba con el trabajo de la escuela.
-Nop. No tengo tarea. -Sonreí, balanceando mis piernas mientras colgaban de la encimera.

-Bien, niños, pongan la mesa por mí, Ya saben cómo. Exactamente bien, ¿de acuerdo? -pidió mamá, rociando queso sobre la pasta y poniéndola en el horno.
Jimin y yo nos bajamos de la encimera y agarramos las cosas, dirigiéndonos a la sala comedor.
Mi papá era muy particular sobre todo, si todo no estaba exactamente bien, se enojaba y nadie quería eso. Mi mamá siempre decía que mi papá tenía un trabajo estresante.
Siempre se enoiaba con facilidad si hacíamos algo mal. Si has escuchado ese dicho: "Los niños deberían ser vistos y no oídos", bueno, mi papá llevaba eso a otro extremo. En su lugar, le gustaba: "Los niños no deberían ser vistos u oídos". A las cinco treinta llegaba a casa todos los días, comía la cena de inmediato, y luego Jimin y yo éramos enviados a nuestras habitaciones, en donde jugábamos en silencio hasta las siete y treinta cuando teníamos que ir a la cama.
Odiaba esta hora del día. Todo estaba bien hasta que él llegaba a casa, y luego todos cambiábamos. Jimin siempre se quedaba en silencio y no sonreía. Mi mamá tenía esa mirada es su cara, como de miedo o preocupación, y empezaba a correr de aquí para allá ahuecando los cojines sobre el sofá. Yo siempre me quedaba allí y deseaba silenciosamente que pudiera esconderme en mi habitación y nunca salir.

Jimin y yo pusimos la mesa y luego nos sentamos en silencio, esperando que el clic de la puerta señalara que él estaba en casa.

Podía sentir mi estómago revoloteando, mis manos empezando a sudar mientras rezaba en mi cabeza que él hubiera tenido un buen día y estuviera normal esta noche. Algunas veces, el estaba de un humor realmente bueno, y me besaba y abrazaba. Me decía la niñita tan especial que era, y lo mucho que me quería. Eso sucede realmente los domingos. Mi mama y Jimin iban a la práctica de hockey y me quedaba en casa con mi padre. Aquellos Domingos eran los peores, pero no le dije a nadie jamás de esos días, y lo mucho que me tocaba y me decía lo bonita que era. Odiaba esos días, y deseaba que los fines de semana nunca llegaran.
Prefería mucho más que fuera un día de escuela cuando solo lo veíamos a la hora de la cena.
Definitivamente prefería cuando me miraba con ojos enojados, que cuando me miraba con ojos suaves. No me gusta en lo absoluto, me hacía sentir incomoda, siempre hacia que me temblaran las manos.
Afortunadamente, sin embargo, hoy apenas era lunes, asi que tenía casi una semana antes de que tuviera que preocuparse por eso de nuevo.
Un par de minutos después, el entro. Jimin me lanzo una mirada que decía que me comportara y sostuvo mi mano bajo la mesa. Mi padre tenía el cabello rubio, del mismo color que el de Jimin. Tenía ojos marrones, y siempre tenía el ceño fruncido.

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2023 ⏰

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el chico que se escabulle en la ventana de mi habitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora