★capitulo seis★

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Marlene y Dorcas tenian que hablar, no porque alguna de las dos estuviera mal con comerse la boca en frente de toda la escuela, si no porque comerse la boca en frente de toda la escuela era algo que en una relación falsa no se supone que hagas. A si que la de pelo color noche habia decidido citarla en donde hablaron por primera vez: La cancha de Quidditch.

-Si lo que me vas a decir es que te arrepentis del beso... -Había empezado Marlene con desilución en su voz que Dorcas no tardo en cortar.

-No seas tarada, lo que venia a decirte no era eso.

-Ah

Las dos jovenes se miraron, era irreal creer que con dieciseis años ya habian encontrado a su alma gemela, pero en el fondo las dos sabian que no querian experimentar nada con nadie más.

-Venia a pedirte de una forma poco romantica y simple que... Que seas mi novia -En ese momento Marlene pudo sentir el orgullo slytherin preparandose por si llegaba el rechazo que en realidad jamas llegaria.

-¿Que yo sea tu novia? -preguntó, incapaz de creer que su amor de la infancia le estuviera pidiendo tal cosa, la contraria asintió mirandola fijamente a los ojos. -¿Puedo asumir que es buen momento para confesar que llevo enamorada de vos desde que te sentaste y el sombrero te puso en slytherin?

Dorcas se sintió sonrojar, casi queria llorar por el hecho de que Marlene recordara a la pequeña y asustada, desrreglada y estupida versión de si misma. Dorcas no era la persona más bonita ni popular, mucho menos sociable en primer año, aunque ella habia asumido que no habia cambiado mucho, pero se ve que estaba muy equivocada.

-¿Esa cosa te gustaba? -Ella estaba mortificada mientras la rubia le tomaba las manos.

-Me gustaba tu sonrisa, y como pasabas tu pelo por atras de las orejas cuando te ponias nerviosa -dijo asintiendo.

-Me mirabas mucho, y nunca lo note...

-Soy más disimulada que mis amigos, James estuvo un mes insistiendole a Lily a salir y otros tres meses insistiendole a Regulus de participar en la relación, no soy tan valiente como él

-Sos más valiente de lo que crees -dijo Dorcas antes de robar un beso.

Y luego otro. Y otro. Otro. Y ya no podian parar, estaban ahí, sentadas en el pasto mojado porque lo acababan de regar mientras Marlene se acomodaba sobre Dorcas, se besaban y se recorrian de la manera más pura posible, no había ningun rastro de perversión, solo amor, amor imparable e innegable, amor puro y hermoso entre dos chicas igual de puras y hermosas.

Unos minutos despúes se vieron obligadas a parar, más que nada porque recordaron que estaban en un espacio publico, y ademas el equipo de quidditch de ravenclaw estaba llegando al campo para entrenar. Ambas se miraron y soltaron una risa complice antes de escapar hacia donde pudieran. Aunque Dorcas estaba segura que Xenophilus la había visto y luego le contaria todo a Pandora, pero poco le importaba.

Tan solo horas despúes las chicas se vieron obligadas a separarse, ya que a Marlene la mandó a llamar Mcgo, lo cual generalmente no era buena señal, pero intentó mantenerse postiva mientras su novia caminaba hacia la biblioteca.

-¡Minnie! -saludó Marlene con una sonrisa que era totalmente perfecta. -Escuche por ahí que me estaba buscando ¿Es así?

Mcgonagall tenia una no-tan-secreta debilidad por los merodeadores, pero una más especifica en Marlene y Sirius, eran sus niños y los amaba como si fueran sobrinos o hasta hijos, pero claro que jamas lo diría a ellos porque se aprovecharían. Como si no lo hicieran de todas formas.

-Señorita Mckinnon -Minerva estaba intentando ocultar una sonrisa ante la felicidad contagiosa de su alumna. -no es de mi total agrado, no voy a mentirle, pero su hermano a venido a visitarla, dice que tiene algo muy urgente que decirle y que usted no responde sus cartas

Mcgonagall enarcaba una ceja en dirección de una muy avergonzada Marlene.

-Estuve distraida, pero si pudiera indicarme donde esta Dan yo se lo agradecería muchisimo y...

-Está en el lago negro. -dijo Mcgonagall sanjando la conversación antes de ofrecerle un dulce que Marlene tomó con una sonrisa.

Segundos despúes la chica se hayaba corriendo en dirección al lago negro. No tenía la mejor relación con su hermano o su familia en general, él le sacaba diez años y era una de esas personas muy propensas a comentarios homofobicos que a Marlene claramente le desgradaban.

Mientras corria su mente solo podía pensar "¿Que mierda puede querer Daniel ahora?" pero no encontraba una respuesta logica. Al llegar y encontrarlo allí parado, mirando el lago negro vestido con ropas demasiado elegantes para ser casuales y demasiado casuales para ser elegantes, quiso largarse a llorar, pues él era el mayor causante de sus peleas familiares y no quería recordad la ultima que tuvo.

-Daniel -dijo parandose a su lado mientras su hermano giraba la cabeza para verla.

-Hermanita...

-La ultima vez dejaste claro que no somos hermanos. -Daniel era más alto, unos diez centimetros, pero Marlene siempre habia sido más determinada e intimidante. -¿Qué quieres?

-Vengo a disculparme

-Estoy harta de que te disculpes, desde que tengo once tienes que venir a disculparte, ya no acepto más esas estupideces de "oh, eres repugnante por salir con mujeres, pero eres mi hermanita y un mes despúes de haber sido una mierda vengo a disculparme para pasar un par de meses siendo un buen hermano antes de repetir todo el maldito puto circulo" -Marlene ahora miraba fijamente a su hermano, una mirada fría, casi glacial que hizo al mayor estremecer.

-Mamá te extraña -dijo Daniel con la voz hecha un hilo. -papá tambien, yo tambien

-¿Que extrañan?¿Hacerme esos comentarios de mal gusto o tener a alguien para atacar siempre que pueden solo porque es su hija? -A este punto la menor tenia que apretar sus puños para no recurrir a la violencia. -Si vuelvo a casa cada verano tengan en claro que no es por ustedes, no es porque los extraño, es porque no tendría a donde irme

Excepto que ahora si lo tenia, ella no lo sabia, claro, pero Dorcas y sus madres estarian felices de recibirlas. En especial luego de la que la morena les hablo de su novia.

-No seas tan dura con nosotros, solo no sabemos como reaccionar a que eres... lesbiana -La palabra salió con asco de la boca de Daniel y Marlene quiso borrarle el asco de un puñetazo, llenarle la boca de sangre, pero se dijo a si misma que debia aguantar.

-Tuvieron cinco años para asimilar mis preferencias sexuales, y en todo caso, eso no deberia cambiar como me tratan pero ¡Ah! -finjió sorprenderse. -cierto, ustedes me trataban como la mierda desde el momento que nací, a ti no te gustó tener una hermana, a papá no le gustó tener una niña y a mamá no le gustó su disgusto. A si que ahora no voy a andar pidiendo amor de personas que claramente no me aman cuando tengo amigos que me aman tal cuál soy

Y sin más, Marlene se dió media vuelta y caminó hacia la habitación de los chicos, donde sabía que encontraría a Sirius y con algo de suerte tambien a Remus, ambos con ropa si Merlin se apiadaba de ella.


Be my Valentine (Dorlene) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora