ÚNICO

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Guillermo no podía dejar de mirar hacia su compañero masculino en esa habitación, admiraba sus pómulos prominentes manchados de carmín por el alcohol, sus labios color rosa pálido rodeados de una abundante barba castaña, para después volver a buscar la mirada de esos ojos cafés en los cuales se había perdido desde que los miro.

Su esposa lo había invitado a una cena con su amiga y su esposo, nunca le dijo quienes eras sus acompañantes, así que la sorpresa fue enorme cuando vio a Lionel Messi y a Antonella acudir a la cita en un restaurante de lo más bello. En este momento se encontraban en una habitación escondida a las demás personas, pero la vista hacia la ciudad era preciosa, la platica era liderada por ambas mujeres, ellos solo intervenían cuando lo solicitaron.

-Si, Lucciana se está volviendo una niña muy preciosa estoy segura que Memo va a tener que lidiar con sus pretendientes- Dice Antonella mirándolo con una sonrisa dibujada en sus labios.

-El dice que no va a ser ese tipo de papá, pero yo digo que cuando vea a los chicos rondandola va a cambiar de opinión, ¿Verdad, amor?- su esposa le toma la mano sacándolo de sus pensamientos.

-¿Eh?... Ah si, pienso que es más fácil educar a mi niña sobre el tema de los chicos, porque yo puedo espantar a sus pretendientes pero al final ella tiene que tomar sus propias decisiones- bebe un sorbo de vino- y se que va a cometer errores, pero ella debe estar segura que su papá siempre la va a apoyar.

-Un pensamiento muy sabio, estoy segura que si hubiésemos tenido una niña Lio será como un perro guardián- La morena mira encantada al Mexicano.

-Eres un hombre muy protector entonces- Memo mira fijamente al argentino.

-Siempre trato de buscar lo mejor para mi familia- Le dedica una sonrisa que Memo interpreta como coqueta.

La conversación prosiguió, al parecer Karla y Antonella se conocieron en una gala benéfica en Francia, siguieron en contacto durante un mes hasta que pudieron concretar esta cena. Memo podía sentir la mirada de Lionel, pero no se atrevía a regresar a verlo.

-Al final de la calle esta un mall, se que se acerca tu cumpleaños, me gustaría que fuéramos a buscar tu regalo- Antonella le sugirió a Karla.

-No es necesario-

-Insisto, además dentro hay un bar para que ellos se queden ahí-

Karla regresa verlo, su mirada le pide su consentimiento para aceptar el plan, ella sabe que a veces puede ser un poco tímido con gente que no conoce, el mueve su cabeza en confirmación.

-¡Perfecto!- Antonella luce feliz.

Memo voltea su mirada hacia enfrente, chocando con la de Lionel, puede identificar un brillo especial que no puede identificar, siente su garganta seca no importa cuanto vino tome, su pierna se mueve ansiosa pero lo logra disimular.

El traslado al mall se da media hora después, llegan en carros diferentes, su esposa se está disculpando de antemano por el tiempo que se van a tardar, el le asegura que no pasa nada, que se tome su tiempo pero por dentro no quiere pasar ningún minuto a solas con él Argentino. El lugar es muy grande, puede ver el nombre de varias marcas de lujo, es sin duda un lugar para gente de dinero, observaba a la otra pareja mirando el escaparate de una tienda.

-Ten amor, por si te gusta alguna cosa- Guillermo le extiende su tarjeta de crédito.

-No pienso comprar nada- Su esposa le acaricia los rizos.

-No importa, llévala yo tengo la otra- la tarjeta es retirada de su mano.

-Te amo-

-Yo igual- Guillermo se inclina para sentir los suaves labios de su mujer, el sabor del gloss inunda su boca.

SI TÚ TE ATREVES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora