Capítulo 22

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MANSIÓN DE BONTEN
4:56 A.M.
(Narrador omnisciente)

Mirar con frecuencia las manecillas del reloj era lo que más hacían, mientras uno daba vueltas, el otro movía su pie y uno de ellos se encontraba con la mirada pérdida.

— ¿Te contestó?— Replicó Mikey al ver como los minutos pasaban y su presencia no hacía aparición

— Ni una mierda, las llamadas no le caen — Sanzu, quien estuvo al pendiente con el celular en la mano contestó la duda de su jefe

Sabían que el trabajo no era muy complicado, solo tenia que matar y regresar sin dejar ninguna huella.

— Deberíamos hacer lo mismo que los demás... dormir, ella regresara yo se que sí lo hará — aun con una pequeña esperanza Koko habló.

Mikey quien estuvo pendiente al estar mirando en la ventana quien entraba y salía estaba perdiendo un poco la paciencia. Los Hermanos Haitani hicieron presencia en la habitación junto con Mochi; que al parecer venían de hacer uno que otro trabajo, Rindou se acerco a ver lo que Sanzu hacia en su celular.

— ¿Que tanto haces en el celular Rata apestosa? — se inclinó levemente con la esperanza de ver un poco

— Algo que no te incumbe Perro pulgoso — bloqueo su celular — bueno en realidad si te incumbe.

— ______ no aparece — Kokonoi habló — y las llamadas a su celular no entran.

Mochi quien estaba oyendo todo mientras se servia un trago hizo un ruido con su garganta como una burla.

— ¿No será que la mujercita de Bonten huyó con los rusos y su intento de asesinato fue su cuartada? — musito sin necesidad de ver a los demás, aun que podia sentir las mirada de los Haitani taladrar su espalda.

A estas alturas era posible, habían pasado 6 horas cuando se fue y habían quedado en que regresaria rápido por su seguridad.

Mikey quien se aferraba a un sentimiento de que algo estaba mal simplemente salió del despacho donde algunos integrantes de la organización se encontraban, tomó camino hasta su oscura habitación para encerrarse como era común.

— ¿deberíamos ir a buscarla? — Rindou hablo

— No, no debemos involucrarnos en asuntos que no son nuestros — Esta vez fue Takeomi quien se hizo presente a la conversación.

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El sol amenazaba con salir con cada minuto que pasaba, sus ojos se sentian pesados y su cuerpo dolía más que nada.

— ¿Que mierda? — abrió poco a poco sus ojos, se sentía un poco mareada y somnolienta.

— Vaya hasta que al fin despiertas —

Un chico alto vestido de traje negro habló, haciendo reaccionar a nuestra prota; no veía con mucha claridad debido a la droga que le habían inyectado anteriormente mente pero podría jurar que era un jóven atractivo. Su cuerpo era esbelto y su piel era blanquecina, con un color de ojos inusual, un color azul cielo, pero un cielo opaco y con poca vida.

— ¿sabes que me costo demasiado encontrarte? — su cuerpo dejo de apoyarse en la mesa y camino hasta la silla donde se encontraba atada la femina — es una lastima que tu bello rostro este tan lastimado.

— Pudrete — Aprovecho que sentía el sabor de su sangre en su boca y le escupió en la cara — Ja.   Jajajaja

—¡ Juro que te arrepentirás de esto, maldita zorra! — una sonora cachetada se escucho en la habitación. — vendre en la tarde por ti, no intentes escapar, princesita  de porcelana.

Movió su cabeza en señal de retirada hacia sus gorilas, estos siguieron a su jefe hasta la salida, dejando sola a la chica.

— Tengo qué... sa-salir de a...qui — volvía a sentirse mal sus parpados se cerraban en contra de su voluntad dejandola nuevamente dormida.





Las horas habían pasado y por fin despertaba, solo que volvía a despertar sola, movió sus manos en un intento de desatarse de la cuerda que tenia amarrada sus manos, estuvo por un largo rato haciendo el esfuerzo por safarce hasta que lo logró, observó sus manos y notó que estas estaban lastimadas por la cuerda.

No perdió el tiempo y empezó a desatar el rostro de su cuerpo, observó por la ventana  la posición del sol para tener la hora o su aproximado, escucho como alguien se acercaba a cuarto donde ella estaba y decidió esconderse atrás de la puerta.

O fue casualidad o fue el destinó, había una tubo de hierro detrás de la puerta, era delgado pero servia como arma por los momentos. Espero detrás de la puerta hasta que alguien abrió, sin pensarlo dos veces golpeo fuertemente la cabeza del hombre, haciéndolo perder la conciencia.

— Malditas ratas

Como pudo y con la poca fuerza que tenia arrastro al hombre hasta la silla donde ella se encontraba, amarrado sus pies y sus manos fuerte para que no escapara, para al final hacerle un mordazo del lazo para ponerlo en su boca

— bien, ahora tengo que pensar en como salir de aquí...



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MUY BUENAS NOCHES O BUENOS DIAS O BUENAS TARDES MIS QUERIDOS LECTORES.

Volvi, si lo hice después de un gran largo tiempo.

Espero que de verdad les guste ^^

Próximo episodio: ¿De verdad no me traicionaste?

La Asistente de Bonten || Tokio Reverengers x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora